El sombrero NO seleccionador

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Este capitulo va dirigido a una gran amiga, que en mis tiempos mas oscuros me enseño a ver la luz.

Gracias, Carla


Desperté a las ocho de la mañana para poner en orden todas mis cosas y poder desayunar y estar en casa de los Malfoy a las diez. El tren salía de la estación a las once así que tenía buen tiempo para poner todo en orden. Puse todos mis libros, mis uniformes, y demás materiales en mi baúl, y baje a desayunar.

Camine por los pasillos que ya me sabía de memoria y llegue al cuadro de la pera y le hice cosquilla y me dio paso a entrar a las cocinas de Hogwarts, donde mi elfo favorito Bobby, me estaba esperando.

-Señorita Lizzie, ¿Cómo se encuentra el día de hoy?- dijo Bobby con su voz chillona de siempre.

-Muy bien Bobby. Solo que muy nerviosa- le dije al que se había convertido en un querido amigo mío- ¿Tendrás algo para comer?

Tenía mucha hambre, y eso solo me sucedía cuando estaba muy nerviosa.

-Claro que sí. ¿Se le apetece unos waffles con jugo de naranja?

-¡Sí! ¡Que rico!

El elfo se retiró a prepararlo mientras yo me sentaba y observaba el techo. Desde ahí se podía ver el Gran comedor y cuatro mesas bien alineadas enfrente de la mesa de profesores.

Mientras esperaba a Bobby, me puse a conversar con otros elfos y ya me habian comentado que habría de comer para el gran banquete. Era impresionante, por eso todos se veían muy ocupados.

Bobby regreso con una bandeja con 4 waffles perfectamente apilados uno sobre otro, una jarrita de miel de maple, un poco de mantequilla y una jarrita más grande con jugo de naranja y a lado un vaso. En cuanto me lo puso enfrente le puse la mantequilla y la miel y empecé a devorarlo.

-Bobby- dije y el elfo se voltio hacia mí- ¿Tendrás nieve de galleta para ponerle a los waffles?

El elfo me dedico una sonrisa y con un chasquido de dedos mis waffles entre cada uno se llenaron de nieve de galleta. Sabia delicioso.

Iba a medio comer cuando mi padre apareció ante el cuadro y cuando me vio me dedico una sonrisa.

-Al fin te encuentro. Te estuve buscando por todas partes- dijo y se dirigió hacia mí esquivando algunos elfos.

-¿Dónde más crees que voy a estar sino es comiendo?- dije con la boca algo llena de comida- A veces pienso que no me conoces.

-Lo pensé, pero de alguna forma lo evite- me dijo y luego dirigió a mi plato a medio comer- ¿Tan poquito vas a comer?

-Esto es solo la mitad de lo que he comido, y todavía tengo hambre por eso no he acabado- dije y me dirigí de nuevo a mi plato.

-No te vayas a ensuciar, sabes cómo son los Malfoy. A propósito, faltan 20 minutos para que te vayas con ellos.

Puse los ojos como platos al darme cuenta el poco tiempo que tenía y comí un poco más aprisa.

Al terminar me dirigí a mi cuarto que compartía con mi papá en las mazmorras y muy rápidamente fui al baño a cepillarme los dientes y tomar todas mis cosas. Faltaban 5 minutos para las diez, así que me dirigí al despacho de mi padre. Él se encontraba allí leyendo El Profeta. Cuando me vio me inspecciono de arriba abajo. Llevaba unos tenis negros, unos jeans entubados negros y una blusa lila con un saco del mismo color que mis jeans y mis tenis. El cabello recogido en una coleta alta y ya. Esa era yo en todo mi esplendor.

Una sangre sucia en SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora