¿Amor?

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P.O.V. Draco

Después de una larga espera entro mi madre al comedor que daba bajando las escaleras del tercer al segundo piso de la casa. Los elfos domésticos ya habian puesto la mesa y la comida. Mi madre se sentó a la derecha de mi padre y a lado del profesor Snape; yo estaba sentado a la izquierda, cuando mi madre agarro su copa de vino tinto y en forma de brindis dijo:

-Atención todos, quiero presentarles a la nueva bruja integrada al mundo mágico. Les presento a la señorita Caroline Elizabeth Holmes Snape.

Bajando las escaleras, vi primero unas lindas zapatillas color plata y después fui subiendo hasta que vi unas rodillas y la falda de un vestido, y seguí subiendo hasta que vi su cara, una cara algo pálida pero hermosa, con los ojos más negros que la noche y unos hermoso labios rosas. Se veía increíble, sentía que tenía a la realeza ante mí. Para mi corta edad, jamás había sentido algo parecido, si había conocido ciertas niñas pero ninguna que captara más mi atención como lo hace ella.

-Querida, siéntate junto a Draco, por favor- dijo mi madre.

De repente me sentí muy nervioso. Nadie me había puesto así de nervioso, solo mi padre cuando se enojaba conmigo, pero eso era otro tipo de nerviosismo. Llego junto a mí e instintivamente me pare para retirarle la silla, como todo buen caballero.

-Gracias, Draco- dijo dedicándome una hermosa sonrisa.

-Por nada- le dije a ella devolviéndole la sonrisa.

Y apareció la comida. Delante de nosotros apareció un delicioso pavo, junto con una ensalada alrededor, en otros tazones encontrabas otros platillos, pero el pavo era mi favorito. Me serví y me dispuse a comer. Los adultos platicaban de como el Ministerio de Magia no hacía nada por ciertos asuntos que a mí no me interesaba oír. A lado mío tenía una hermosa dama, y no pensaba desperdiciar mi noche con ella.

P.O.V. Caroline

De todos los manjares que tenía enfrente, agarre pavo. Pocas veces se me dejaba comerlo y cuando lo comía me sabia a gloria. Sabía que cubierto utilizar para la ocasión, así que no pase vergüenza por cual tenedor y que cuchillo usar.

Draco se ha portado muy caballeroso conmigo y durante varias veces me voltea a ver. No le tomo mucha importancia, pero es raro. Mi padre comento que me veía muy linda y esperaba que siguiera así, me sentí algo ofendida respecto a eso, pero no le tome mucha importancia y el tampoco ya que después se puse a hablar sobre no sé qué Ministerio de no sé qué de Magia.

-Te ves muy hermosa- dijo Draco viéndome, pero cuando yo volteé el retiro la vista hacia su plato.

-Gracias, Draco. Me encanta tu vestido-No se me había olvidado que antes de que el naciera sus padres esperaban una niña, y no dude en burlarme un poco.

-¿Verdad que si?, esta, DI-VI-NO- dijo el poniendo énfasis en cada silaba de la última palabra a modo de niña presumida, lo que me dio un pequeño ataque de risa que después paro cuando mi padre me fulmino con la mirada y cuando el padre de Draco le llamo también la atención- Perdón, padre.

Como ya no se me ocurría que decir, me propuse descubrir más de esa escuela a la que íbamos a entrar.

-Oye- dije tratando de llamar su atención lo cual lo logre más rápido de lo que esperaba- Cuéntame más sobre Hogwarts.

Los dos habíamos terminado nuestra cena. El abrió la boca para decir algo pero su madre lo interrumpió antes de que hablara.

-Cariño, ¿Por qué no llevas a Caroline los jardines, mientras que nosotros hablamos? Talvez le puedas enseñar el campo de quidittch.

Una sangre sucia en SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora