Capítulo III: Los cuatro fantásticos.

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—Nos vemos, Sus. - susurra Esmith en tono coqueto y juguetón al ver pasar a la atractiva hermana de Juan de la cocina a su cuarto. Ella se limita a sonreír hipócritamente y desaparece. — me adora, lo veo en su rostro.

—Claro que no. — dice su voz proveniente desde el pasillo, pero yo estoy convencido de lo contrario. Nos adora, aunque no en la forma que nos gustaría. Simplemente le gusta que tres chicos, amigos de su hermano, pensemos que es endemoniadamente atractiva, seguro le sube el ego.

Nono y Juan se atacan de risa y yo aprovecho para sacar de la plataforma de Final Destination al Kirby controlado por Nono.

—¡Hey! No es justo. — grita.

—No le pusiste pausa. — me limito a decir mientras mando a volar al Fox controlado por Juan. — además tienen muchas vidas.

—Tienes 10 vidas más que nosotros. — reclama Juan.

—Ah, pues síganse distrayendo con tu hermana. — me burlo sonriendo y mi diálogo me cuesta una vida, cortesía de Esmith y su Samus.

—Yo no me distraigo con mi hermana. Son ustedes. — alega Juan disparando continuamente a Kirby que termina flotando.

—¿Por qué crees que nos gusta venir a tu casa? — le digo sonriendo y regresando a la vida en una plataforma al centro de la arena.
Debo aprovechar los segundos de inmunidad que el juego te da al revivir. Lanzo mi Pikachu al aire y caigo en picada sobre Fox que no deja de disparar. Este se electrocuta y sale volando.

—¿Ah, sí? Te diría que ya no los voy a invitar, pero mi hermana tiene muy buen gusto y jamás va a pelar a ninguno de ustedes. — exclama con suficiencia y su Fox vuelve a la vida.

—¡Gracias, hermanito! — se escucha desde el fondo del pasillo.

—Claro que no. ¿Has escuchado de la atracción por proximidad? Nos ve tan seguido aquí, que no sería extraño que terminara saliendo con uno de nosotros. — continúa Esmith soltando el control, ya que su Samus se ha quedado sin vidas.

—Porque seguro va a terminar saliendo con un tipo de nombre Esmith. Es como salir con un Brayan. — se burla Juan dando patadas de ahogado porque su Fox está a punto de morir.

—¿Te estás burlando de mi nombre, Juan? Con este grupo de amigos el que debería sentirse mal eres tú. Tienes el nombre más común de los cuatro. Nono. Elmo, Juan y Esmith. — nos señala a cada uno conforme menciona nuestros nombres. Luego toma una rebanada de pizza de la mesa del centro y comienza a morderla.

—Pues prefiero llamarme Juan que Nono. Ni siquiera es de Irlanda y tiene mas cara de nopal que yo. — Dice y suelta el control, también se le acabaron las vidas. Le da un trago a su vaso de refresco.

—¡Es Italiano! — agrega Nono que aporrea los botones de su control intentando ganarme. La verdad es que lo tiene difícil, le llevo cinco vidas de ventaja.

—Da igual. Sigues sin ser de allá. — continúa Juan. — luego está Elmo el muppet.

—Elmo no es un muppet. Es de Plaza Sésamo. — digo, pero los tres repiten al unísono conmigo. Ya se saben de memoria mi discurso acerca de mi nombre.

—Y finalmente Esmith. ¿Necesito decir algo más? Tu nombre ya es un chiste de mal gusto. — termina Juan ligeramente molesto, aunque lo hemos visto mucho peor.

—Sí, sí. Yo solo sé que si buscas Esmith en Facebook, te aparecen menos de diez, pero si buscas Juan te aparecen diez mil. — dice sin terminar de tragar el pedazo de pizza, luego se limpia la mano en el pantalón y avienta la orilla de la pizza al centro de la mesa.

—¡Agh! Tan civilizado como Ben Grimm. Ahí hay servilletas, animal. — Juan las toma y se las avienta. Nono está a punto de perder, la verdad es que me está dando buena batalla.
Si me descuido, podría perder yo.

—Tan afeminado como Sue Storm. — se burla y toma las servilletas para limpiarse. — estaban muy lejos.

—Que soy Franklin Richards o Peter Parker en su defecto. — Juan toma de nuevo su control, preparándose ante la inminente derrota de Nono.

—No puedes ser Franklin Richards, es uno de los seres más poderosos del universo y pues tú eres tú. Y no somos Future Foundation, por eso no puedes ser Peter Parker. Nono es Reed, Esmith es La Mole, tú eres Sue y yo soy Johnny. — le explico y Pikachu grita "¡Pika!" Y un rayo cae del cielo impactándose en Kirby y mandándolo a su muerte definitiva.

—Pero yo no quiero ser Sue. — alega Juan

—Te pasa por ser seis años menor. — dice Nono ya listo para el siguiente combate.

—Y el de nombre más común. — sonríe Esmith y se mete un pedazo de pizza completo a la boca, nunca he entendido como hace eso sin ahogarse. ¿Podríamos presentarlo en Ripley's? Luego presiona A.

—Pero Elmo no tiene nada de galán, no puede ser Johnny. Podría ser yo porque también es el más joven. — Juan es el último en presionar A porque no deja de alegar.

—Hasta donde sabemos, tú no tienes pechos y eres Sue. Elmo puede ser Johnny. Además fuiste el último en llegar al grupo, eres el último en elegir. Eres Sue. — me defiende Esmith. Quizá contra todos sus principios. Luego elige de nuevo Final Destination porque por alguna razón el tiene el control número uno.

—Y conocí a una chica ayer. Me dio su numero. — sonrío como si me hubiera ganado un Óscar o un Nobel.

—Nadie te cree, Elmo. — grita Sus desde su recámara, como si pudiera ver la cara de todos.

—Gracias, Sus. Aprecio el apoyo, pero aunque no lo creas es cierto. — le respondo presionando B repetidas veces para comenzar a lanzar rayos.

—¿Cómo se llama? — pregunta Nono. Y me entra el pánico porque la realidad es que no lo sé. Pierdo una vida.

—Eh... No lo sé. — respondo honestamente.

—¿Cómo es que conociste a una chica y no sabes su nombre? — ataca Nono, tanto con su pregunta como en el videojuego.

Me tomo un momento para pensarlo, si sigo hablando sin meditar lo que digo, puedo meterme un un callejón de bullying sin salida. Eso me cuesta una vida más.

—La conocí en el metro. Nos tropezamos, charlamos un poco, me dio su numero y salió corriendo. — resumo rápidamente antes de que cualquiera pueda interrumpirme.

—¿Ya le marcaste? — pregunta Esmith volteando a verme porque acaba de tener una muerte patrocinada por Juan.

—Aún no. Debo esperar al menos tres días, ¿no? — digo repitiendo la estúpida regla masculina.

—Seguro te dio un número falso. — dice Juan. Y que lo diga él duele, porque es el menor.

—Es una posibilidad. — lo acepto porque no tengo otra salida. — pero tampoco me hago ilusiones. Igual no estoy seguro de hacer algo al respecto.

—Si el número es real, deberías hacer algo. — opina Sus desde su cuarto. A veces me pregunto si hace algo o solo se sienta en su cuarto a escuchar lo que decimos.

Lo que es indudable es que le gusta lucirse con nosotros, porque suele pasearse en ropa entallada o poca ropa cuando vamos, y tampoco es que no sepa que vamos a ir. Solemos ir los mismos días siempre, jueves, sábado o domingo.
Incluso con eso, no creo que se interese en ninguno de los tres.

—Si lo es, haré algo. Pero no me hago ilusiones. — agrego después de un par de segundos.

Me he distraído mucho en esta partida, estoy a punto de perder.

—Bueno, pues tendrás que contarnos que sucede. — agrega Nono dándome el golpe final.

Asiento y luego noto que nadie me ve porque tienen la mirada en la pantalla. Yo ya he soltado el control.
Sus pasa de nuevo hacia la cocina y Esmith pierde por voltear a verle el trasero.

—Valió la pena. — dice mirándome con una sonrisa y encogiéndose de hombros.

De Zorros y HuronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora