XII

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Observó la ágil figura de la chica moviéndose entre los tejados, saltaba con la gracia de una Catarina de hoja en hoja —ahora completamente entendía su apodo— y mostraba algo como una mueca en su rostro.

Quería caminar más cerca de ella, necesitaba aproximarse. Sintió un escalofrío recorrer su espalda.

Aún no era tiempo, si lo hacía así expondría todo su plan y acabaría todo en desastre. Necesitaba ocultarse.

Entonces así lo hizo, se mantuvo escondida entre las sombras, ocultando su rostro de los reflectores y de los pasantes.

Pero no es como si le aterrara o le fuera difícil, amaba esa sensación, después de todo, había pasado gran parte de su vida así.

Enterrada entre el sueño y la vigilia, recordaba esas noches en las cuales no tenía nada más que hacer que cerrar el pico y continuar dejando que la pisotearan. Debía acoplarse, después de todo, eso la haría fuerte y distante ante todo.

Podría por fin convertirse en la mujer que quería ser.

Y lo era, tanto maltrato había corrupto su alma y la había dejado sin una. Nada más que un hueco vacío en el pecho que no emitía ningún tipo de sonido y un superficial corazón que continuaba latiendo.

Sola, psicópata y sin misericordia. Así era ella, no se arrepentía de nada.

Y jamás se había sentido más viva.

Se sorprendió cuando una figura negra se posó al lado de la chica, sostuvieron una pequeña charla y después la misteriosa chica se fue.

La siguió con la mirada, ella también parecía ser una superheroína.

Y por lo tanto, ella también era peligrosa.

Quería seguirla, pero algo le advirtió que se quedara con la pelinegra, que las cosas se volverían más interesantes si lo hacía.

Y así lo hicieron.

Al poco tiempo de estar caminando cabizbaja, chocó con un adolescente rubio.

El impacto de este choque provocó que el sujeto soltara algo, y éste algo resultó ser un celular. Y el celular resultó víctima de un atropellamiento a media avenida.

Rió por lo bajo.

—Ja, idiotas—siguió observando la escena, ahora parecían entablar una conversación llena de vacilaciones y sonrojos.

Puso los ojos en blanco, ¡que infantiles eran los adolescentes!

Tiempo después de una pequeña charla, salieron caminando juntos hacia quién-sabe-donde.

Decidió seguirlos, quería seguir caminando detrás de ellos. Pero el gentío se lo impidió.

Soltó un gruñido de frustración, tenía que buscar otra alternativa para continuar observándolos.

Miró a todos lados, desesperada. no encontraba más que vigas sueltas y escaleras mal acomodadas. Pero no se inmutó, eso era justamente lo que necesitaba.

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El chico tendió la mano, le heroína se sonrojó y aventó el yo-yo al aire.

—¡Lucky Charm!—convocó, éste se abrió y dejó caer un aparato rectangular roja con puntos y una gran franja negra que no podía apreciar desde donde se encontraba.

Suspiró y entrecerró los ojos, ¿qué era eso? Vio como ellos también intentaban averiguarlo.

Sólo le faltaron unos pasos para averiguarlo, la caja se abría y adentro contenía algo.

Rodó los ojos, fuera lo que fuese, ese par de niños se iban a tardar un buen rato en descubrirlo.

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Minutos después, ya se encontraba más cerca a ellos, y ellos ya habían logrado abrir la caja.

—Es un teléfono—exclamó Adrien—. ¿Para qué la gran LadyBug necesitaría un aparato de esos? ¿Qué no tienes uno ya?

Ella hizo una mueca, haciéndole pensar que era cierto. Que la chica detrás de LadyBug era de recursos bajos y por eso sabía tanto y era tan ágil, que la vida le había enseñado a la mala a defenderse. Quizá era por eso mismo que su kwami la había escogido.

—No, si tengo uno. Me compraron otro hace poco, de hecho, por mi cumpleaños—miró el aparato, fuera de la caja estilo LadyBug, pasaba completamente desapercibido por un celular común y corriente—. Tal vez éste es para ti, ¿sabes? Por lo de hace rato.

Ahogó una risa y le tendió el aparato, Adrien sonrió un poco y aceptó con mano temblorosa el dispositivo.

—¿Fue tu cumpleaños? Bueno, felicidades atrasadas—sonrió, y ella lo imitó—. Ojalá lo hubiera sabido antes, te hubiera comprado un bonito regalo.

Marinette aguantó las ganas de decirle que si lo había hecho, que le había dado un celular nuevo lleno de fotos exclusivas de diseños a publicar de Gabriel Agreste.

—Ja, ¡gracias! Es muy tierno de tu parte—tomó una cucharada de su postre, estaba frío y le envió un pequeño escalofrío al colocarlo en su lengua.

—No, es enserio, no sabes lo mucho que me hubiera gustado...

Se escuchó un "beep" y la chica casi se atraganta con su helado, tosió un par de veces antes de levantarse de golpe, dejando el helado a medio terminar.

—Lo siento, Adrien, ¡de verdad lo siento! Es sólo que yo...—brincaba de un lado al otro, impaciente. ¡Mierda! Estar con ese chico la había embobado tanto que había olvidado completamente que después de usar el Lucky Charm, tenía escasos minutos antes de volver a ser ella.

«¡Maldición, Tikki!» Pero no podía culparla a ella, la tarada de la historia había sido otra.

—¿Tienes que irte?—completó él, ella asintió. Había un brillo triste en los ojos de ambos, pero el rubio asintió y sonrió de igual manera—. Ve, estará bien.

—¿En serio?—el sonrió y volvió a asentir. Su corazón dio otro vuelco.— Bueno, ¡gracias! Espero poder terminar esto otro día.

Colocó unos cuantos billetes en la mesa y salió corriendo, pasando justo al lado de esa mujer que planeaba arrebatarle todo y dejarla en trizas. Ni siquiera fue capaz de advertir su presencia.

Las cosas se relajaron cuando llegó a su casa, justo a tiempo para que, segundos después de haber tocado suelo, su transformación perdiera poder y Tikki volviera a ser un kwami.

—Imagino que tienes muchas que digerir hoy, ¿no Marinette?—había una sonrisa en sus labios.

La pelinegra solo asintió.

—Demasiadas—confirmó, después se cruzó de brazos—. Me pregunto si Adrien estará bien.

—Mejor de lo que te imaginas, créeme—estaba siendo afortunada, Marinette parecía no acordarse de los eventos sucedidos esa misma mañana. Eso era ya ir de gane.

—¿Cómo lo sabes?—frunció el ceño, la kwami soltó una pequeña risita.

—Porque me encargué de darle un muy buen encanto afortunado.

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¡Un abrazo gigante a @dinocorniosalvaje porque gracias a ella actualicé un día antes! :"D *avienta confetti así todo caguai desu ne* :'v

Pueh... cuac' [el Pollito pío, el Pollito pío]

¿Cuántas pecadoras de aquí le fallaron a Hawkdaddy y vieron los Orígenes? *prepara el agua bendita y el crucifijo*

Nah, ¿a quién engaño? ... Hasta yo lo vi... :'v 

Besos robóticos congelados:

—Valery

P.S. El nuevo capítulo de ML salió hoy en Francia... :'v


Eco ||Miraculous LadyBug|| ||MariChat|| [E D I T A N D O]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora