XV

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  La ansiedad lo carcomía por dentro.

  Quería llamarla, quería presionar ese botón verde con forma de teléfono que se encendía al lado de su información de contacto y hablar con ella.

  Quería oír su voz, su risa, inclusive la manera en la que tronaba la lengua dentro de su boca cerrada cuando se concentraba demasiado.

  Necesitaba oír a LadyBug.

  Pero no sabía qué decirle, ¿cómo iniciar una conversación inteligente con una chica a la que le bastaba sólo pensar en ella para confundirse nuevamente?

  Tan adentrado en sus pensamientos estaba que perdió el equilibrio, la espada se le resbaló de las manos y la persona con la cual estaba peleando lo tiró al suelo y colocó la punta frente a su cara.

  Se retiró la máscara.

—¿Y eso? ¿No que eras siempre el mejor, Agreste?—ladeó la cabeza y pasó un mechón de su cabello detrás de su oreja.

—Si... estoy algo distraído hoy, supongo—contestó con un sonrojo, la chica le guiñó uno de sus ojos escarlata. 

—¿Distraído? ¿Sonrojado? Pfft, ¡el señor Agreste está enamorado!—rió un poco y le tendió una mano para ayudarlo a levantarse, él la aceptó.

—No... no es tanto así—se rascó la nuca—. Aún no sé si yo le gusto o no.

—¿Te doy una pista?—su cabello verde estaba amarrado en una coleta alta sobre su cara, un leve flequillo le caía por sobre los ojos. Adrien asintió, ansioso de saber todo lo que la chica tenía por decir—. Cuéntale un chiste malo, si se ríe: le gustas.

—¿Y si se ríe de lástima?—la chica desató su cola de caballo, se encogió de hombros.

—Sabrás diferenciar una risa de lástima a cualquier otra, creeme—guiñó un ojo—. Sólo asegúrate de que el chiste sea realmente supermalo, no cuenta si lo haces de otra manera.

  Se despidió con un beso en la mejilla y salió hacia su cambiador, Adrien guardó la respiración y caminó hacia su locker para sacar su bolsa.

  Plagg soltó un gruñido, tenía medio queso en la boca y medio afuera.

—No vas a poder engullir todo de un jalón, muérdelo—las manos le sudaban cuando alcanzó el celular.

—¿Qephn decwh qoe no se phuwede?—habló con la boca llena, Adrien rodó los ojos cuando la criatura lo tragó completamente y sin masticar—. ¿Ya me viste? Mírame.

—No quiero pensar que un mal día, te vas a hacer daño.

  Sus dedos se tambalearon sobre la pantalla, Plagg se quejó un poco.

  ¿Qué le iba a decir? ¿Cómo podía empezar una buena conversación? ¿Debía seguir el consejo de su amiga en ese momento o más tarde? No tenía ni idea de qué hacer.

—¿Lo tocarás o...?—Plagg chasqueó la lengua, podría estar comiendo queso en vez de  ver a su portador dudando entre si tocar o no tocar una porquería.

  Guardó la respiración cuando su pulgar presionó el botón verde. 

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Y con esto, llamo hasta el próximo Sábado para un nuevo capítulo. 7w7r

¿Qué opinan? Los dejé con el salseo, ¿a qué no? 7w7r

Seeh, ya sé que esto ahorita está siendo mucho más Ladrien que MariChat pero espérense tantito. ^^ 

Oh, ¡también quiero mandarle saludos a Kemxno-senpai, que fue la primera en descubrir el criptograma de la vez pasada! \(0u0)

¿Están listos para el de hoy? 7w7r

Besos robóticos congelados:

—Valery

P.S. hpnioawo [key: Plagg]




Eco ||Miraculous LadyBug|| ||MariChat|| [E D I T A N D O]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora