XIII

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No entendía porqué lo había hecho.

Como si de por sí no fuera suficiente que esa mañana se había visto prácticamente forzado a aceptar la invitación de Chloé Bourgeois al baile en honor a LadyBug y Chat Noir —en parte porque su padre lo mataría si se enterara de que rechazó una invitación de una persona tan importante, en parte porque no quería avergonzarla frente a toda la escuela—, el destino decidió torturarlo un poquito más al esa tarde casualmente haberlo hecho encontrarse con LadyBug cuando salía a tomar un poco de aire fresco.

Y se sentía un completo idiota, pero tan pronto tropezaron él estaba dispuesto a decir alguna mala palabra, pero después de lograr observar con atención le había salido un insulto en vez de un halago.

Genial, había insultado a la chica de la cual se había enamorado.

Tampoco entendía muy bien el porqué de ella tartamudeando al inicio, se suponía que LadyBug era valiente y hacía las cosas sin vacilar, ¿no?

Una sonrisa se formó en su rostro, una LadyBug que vacilara de vez en cuando no sonaba a una idea tan mala, de hecho.

Y después había estado ahí, comiendo tranquilamente un helado con ella. Sin importarle la excusa que usaría contra su papá al faltar a sus clases de Chino o el qué diría del celular roto. Tal vez hasta podría inventar una buena excusa que acoplara ambos incidentes.

Pero no, sobre toda su mala suerte, el destino pareció querer alegrarle el día aunque fuera un poco.

—¿Vas a prender el aparato o te vas a quedar sentado como un idiota frente a el todo al día?—el kwami sonaba irritado, como si ya hubiera tenido suficiente. Y Adrien no entendía porque, si tan sólo habían pasado unos minutos.

—No lo sé, Plagg... esto es muy nuevo para mí.

—¿Diferente? ¿En qué?—se posó frente al chico, justo encima del aparato—. No es como si no hubieras recibido regalos caros de chicas lindas antes, Adrien.

Puso los ojos en blanco.

—No entiendes, no sé cual es tu prisa. Jamás haces nada, de todos modos.

Se recargó encima de sus brazos cruzados, acostándose frente al aparato.

—Tienes cinco minutos para acabar la tarea antes de que llegue Nathalie por esa puerta a decirte que tienes clases de Esgrima—la criatura puso los ojos en blanco—. Has pasado una hora sin hacer nada, sólo contemplar ese idiota aparato y no mover un maldito dedo.

—No ha pasado tanto—desvió la mirada hacia el reloj que yacía a unos pocos centímetros de él—, santo Dios, ¡ya pasó una hora!

—Te lo dije—rodó los ojos—. ¿Vas a ver eso o no? Porque tienes que empezar a prepararte.

Tomó el aparato con manos temblorosas, tan pronto prendió la pantalla, logró distinguir un fondo negro como la noche, inclusive tenía pequeños puntos que asemejaban estrellas, pero sobre ellas relucía un gran yo-yo en blanco, idéntico al de LadyBug.

Sonrió al ver que de éste yo-yo, sobresalían dos orejas, asemejando a Chat Noir.

—¿Chat en el yo-yo de LadyBug? Uff, se pasó de la raya esta vez—Plagg soltó un resoplido.

—Cállate, Plagg—su voz sonaba juguetona, quitó la pantalla de bloqueo fácilmente y pudo ver que era un celular común y corriente, con la única diferencia de que las aplicaciones parecían todas encajar con algo de la personalidad de LadyBug o Chat Noir, y que los fondos se intercambiaban entre imágenes de ambos.

 —Más uno a mi teoría de que se pasó de la raya—el kwami volvió a rodar los ojos.

Adrien empezó a inspeccionar las aplicaciones, en la de notas, pudo ver un montón de anotaciones acerca de los gustos de LadyBug, inclusive algunos de sus temores más raros.

—¡Esto es genial!—portaba una sonrisa de estúpido, Plagg rodó los ojos ante este gesto tan infantil.

—Tres minutos, Adrien—empezó a revolotear alrededor de la habitación, desesperado por atención.

—Shh, ya voy.

Siguió revisando aplicaciones, la mayoría estaban en blanco, pero aún así se aseguró de abrir todas y cada una de ellas.

Abrió la aplicación de música, había sólo dos canciones, ambas de una banda que no conocía: "twenty øne piløts". Hizo nota mental de escucharlas después.

Por último abrió contactos, no esperaba encontrar mucho, pero logró ver que tenía algunos números de emergencia pre-guardados, no fue tanta sorpresa.

Pero lo que de verdad lo hizo saltar hasta la luna fue, que ahí mismo, tenía el número de teléfono exacto de la mismísima LadyBug.

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Tengo dos güan chots de la catarina esa mira qlos que quiero publicar... uno es Adrinette y otro es sólo Adrien... ¿quieren leerlos? :D

Dios, tantos capítulos de Miraculous LadyBug al mismo tiempo me marean... ¡pero en el buen sentido! \(OuO)/

¿Qué les pareció? ¿Les gustó? 7u7 

LadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrienLadrien 

Besos robóticos congelados:

—Valery

P.S. abnhjmkjlhnbkhjbmjhbnnmkjmputoelquelolea<3kjmklhbmiunkyjhmnki




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