El Libro de los Deseos - Piratas del Caribe

Tortuga

16 años más tarde

Está aquí, está aquí - repetía yo sin cesar mientras zarandeaba a mi pobre amiga.

¿Ya ha llegado verdad? - dijo un hombre alto y robusto al que todos conocían con el nombre de Larry.

Siii, está aquí, vamos Lucy quiero verlo - le insistí, sin parar de molestarla.

No puedo contigo - dijo Lucy rindiéndose ante mi petición - volveremos antes de cenar - le aclaró a Larry.

Tranquila Lucy, divertíos - le contestó Larry con tono alegre pero duro - cuida de ella.

Vaaaamos - dije levantando a Lucy del sillón donde estaba sentada tan tranquila - adiós papá.

Adiós pequeña - contestó Larry.

Lucy y yo corríamos por las calles de tortuga, mi hogar desde que tengo razón de ser... esquivando borrachos y caballos mientras nos dirijiamos a la costa que estaba justo detrás de la posada más famosa de tortuga, la de mi padre Larry. Yo obviamente solo vivía allí, ya que aunque viviese en tortuga y mi padre trabajase con piratas él no quería que yo tuviese nada que ver con ellos. Yo solo me hablaba con 5 personas en todas la isla... y Larry claro. Eran lucy que vivía conmigo, Anabel que era de la posada del frente, Joshamme que trabajaba codo a codo con Jack, y el bajito pero mayor que yo Hector... solíamos ir juntos siempre hasta que los hombres alcanzaron la mayoría de edad y sus padres los llevaron a surcar los mares... yo era mujer así que no podía salir de allí. Jack y Joshamme (al que yo llamaba cariñosamente Josh) llegaban hoy de su último viaje... Y Héctor había llegado ya la semana pasada... el grupo volvería estar junto después de tanto tiempo. Eso era lo que esperaba hoy con tanta ansia y la razón por la que estaba entusiasmada.

Cuando llegamos a la playa Anabel y Héctor ya estaban allí. Como siempre Anabel se estaba burlando de él... siempre lo hacía... era lo único que yo no soportaba de ella... eso y su manía por ligar con todos los hombres de tortuga... aunque si yo no tuviera un padre tan genial como Larry tal vez también me hubiesen criado para ser un arma de seducción como lo es ella.

Las noticias vuelan en tortuga, ¿eh? - pregunté mirando a Anabel con mi sonrisa pícara de siempre y, desafiándola con la mirada le aclaré - déjalo tranquilo, hoy es el día y no quiero pelearme contigo Anabel.

Aburrida - me contestó con su habitual tono burlón mientras fulminaba al pobre Héctor con una simple mirada.

Mira, ¿no es ese su barco? - me preguntó Lucy señalando al horizonte.

Cuando me giré hacia el lugar donde mi amiga estaba señalando lo vi, efectivamente aquel era el barco al cual esperaba desde hacia ya tres meses... su viaje más largo hasta ahora. Les echaba muchísimo de menos.