El Libro de los Deseos - Piratas del Caribe

El Disparo

Habremos tumbado ya a más de veinte subordinados. Pero no dejan de llegar más.

Anabel detén esto - le grita Jack dándose la vuelta para pegar a uno que venia a por mi.

Nunca - dice Anabel riendo - es demasiado divertido ver como intentáis luchar contra el destino.

¿Sabes que es más divertido todavía? - digo yo riendo también ocultando mi cansancio por no estar acostumbrada a luchar tanto.

Anabel me mira desconcertada y, dando vueltas con Jack demostrando lo bien que congeniamos a la hora de luchar, la miro con una sonrisa.

Participar - digo simplemente haciendo que su sonrisa desaparezca.

Has cambiado - dice Anabel ordenando que sus subordinados paren de luchar - la mosquita muerta que conocí nunca se hubiese atrevido a retarme.

Te equivocas - dice Jack - si hubiese sido necesario... ella lo habría hecho.

El problema Anabel era... y es, el mismo - al decir esto vuelve a estar confusa - yo te veo como a una amiga.

Deja de ser tan buena - dice mientras me da una patada que no me esperaba y me tira al suelo - ¿Por qué eres así?

Mientras ella estaba ocupada con Jack y conmigo no ha notado que Lucy y Héctor buscaban como locos el libro. Y lo han encontrado. Así que en estos momentos ellos estarán intentando buscar a diamante para quitarle la pluma.

Soy así gracias a ti - digo levantándome - cuando me tiraste olvidé todo mi pasado, y a causa de eso empecé de zero totalmente protegida por Larry... nunca sentí lo que era la libertad hasta que Jack me lo mostró.

¿Él te sacó de la posada? - pregunta ella acercándose enfadada.

Hizo mucho más que eso - digo mirando al suelo recordando todos los momentos con Jack...

No tiene sentido - grita mientras me vuelve a dar una patada - El destino decía que todas las personas a tu alrededor... que te importasen... morirían.

Anabel... sigues sin entenderlo - le digo volviendo a ponerme de pie - Yo no creo en el destino - y sonrío demostrándole que estoy bien pese a todo - yo creo que cada uno escogemos nuestro camino... y tú has escogido hacer todo esto...

¿Por qué sonríes? - me vuelve a pegar - no tienes motivos - vuelve a pegarme una vez más - ganaré yo y lo sabes.

Sonreír hasta ahora me ha funcionado - digo agarrándome la pierna que empieza a dolerme por sus patadas - ¿Por qué parar ahora?

Por eso no pude matarte - dice dejándome desconcertada - me gustaría ser como tú.

Lo está haciendo apropósito... tiene que hacerlo aposta. No puede ser verdad.

Tú sola consigues todo lo que quieres, eres divertida y tu sonrisa es contagiosa - dice llorando pero con una sonrisa - a mi me criaron como arma de seducción... y nunca en mi vida he sentido que era la felicidad... La única vez que me he considerado feliz ha sido... cuando le hicimos la broma a Jack... con los bichos

Lo que acaba de decir me rompe en mil pedazos. Siempre la he odiado por su manera de ser... pero no pensaba en todo lo que ha sufrido.

Anabel yo... - antes de que pueda decir nada los ojos de todos sus subordinados se vuelven normales...