CRISTAL
- ¿No hay más Academias como esta?- pregunté a Harry acomodando mi cabeza en su pecho para mirarlo a los ojos. Seguíamos recostados en aquel paisaje de cuento, demasiado bello para ser verdad, el lago seguía calmado y los pájaros seguían cantando, el tiempo parecía no transcurrir aquí.
Digo, era un libro ¿no?... El tiempo no transcurría si no pasabas la página.
Creo...
-¿Hum?- preguntó con una sonrisa relajada apartando un mechón de mi cabello y colocándolo detrás de mi oreja.- No... Esta es la única Academia que existe...-
-Pero... ¿No hay más Guerreros?... ¿No existen más que ustedes siete?-Pregunté colocando una de mis manos en su pecho.
-No... El gen Guerrero es muy raro, muy difícil de obtener... Antes había muchos más, pero solo quedamos nosotros- lo dijo con cierta melancolía como si la soledad la compartieran en grupo.
-¿Y no han llegado más?- pregunté nuevamente.
Harry negó con la cabeza
-no... Se podría decir que lo más reciente hasta ahora eres tu...- lo dijo con una sonrisa y plantó un corto beso en mis labios.
Reí por lo bajo intentando ocultar las mariposas en mi estómago.
-¿Por qué tu reloj no tiene manecillas?- pregunté con curiosidad recordando ciertos aspectos de su habitación. Ahora que pensaba en ello, ninguno de los relojes que Harry usaba tenían manecillas, era solo un circulo con números.
Harry pensó un momento su respuesta.
-No me gusta el tic tac de los relojes... No solo eso, la idea de que el tiempo avance al ritmo en que avanza... No me agrada...- dijo perdiendo el hilo de su pensamiento y mirando hacia el vacío.
Tomé su mano con cuidado.
Nunca había pensando en los secretos de Harry... Siempre supuse que detrás de esa sonrisa solo había otra sonrisa... Nunca supuse que hubiera algo más, algo triste...
-Puedes contarme... Sabes que trataré de comprender lo que sea...- dije con cierta preocupación.
Harry abrió la boca para hablar, pero antes de que un sonido consiguiera salir de ella, el cielo se oscureció... No tenía nada que ver con las nubes, seguía sin haber ninguna en el cielo, se trataba de la luz, la luz misma desaparecía del cielo...
Miré a Harry confundida, sin embargo Harry solo pareció ligeramente sorprendido, me tomó de las manos y me ayudó a levantarme del suelo.
Se escuchó un gorjeo, fuerte y claro, como si resonara dentro de mi cabeza.
¿Cómo es que Harry no parecía alterado por todo esto?
-Eh ¿Qué está pasando?- Pregunté al ver que Harry no hacía ningún ademán de explicar.
-Ya verás, no es nada malo, tenemos que irnos...- dijo sonriente al ver mi cara conteniendo el horror. Tomó mi mano nuevamente y me dio un beso en la mejilla (Obviamente mi cara se puso roja) -Cierra los ojos...-
Y obedecí con gusto.
Una brisa reemplazó el calor del sol de aquel paisaje, dejé de ver, pero no me impedía escuchar el silencio que había dejado el súbito callar de las aves, o que la hierba debajo de mis pies ya no crujía ni hacía ningún tipo de movimiento, de hecho, ya no la sentía para nada. El piso debajo de mis zapatos volvía a ser sólido.
-Ábrelos...- murmuró no necesité verlo a los ojos para saber que estaba sonriendo, porque mis párpados estaban cerrados fuertemente.
Solté una risita nerviosa y lo obedecí de nuevo.
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Academia de Prodigios
FantasyCristal descubre de lo que es capaz cuando llega a una Academia especial donde conoce a los que serán sus protectores en la misión de su vida... Mientras tiene que lidiar con sus compañeros mágicos adolescente que no hace más que bromear entre ellos...