Capítulo 2: ¿Quién eres?

10.1K 721 45
                                    

-Abre la maldita puerta- Gritó Mersio, quien me estaba llevando en el saco.

-Hey solo porque llevas al importante no significa que debas tratarme como tu sumisa o tu esclavo- se quejó Tollen, compañero de Mersio, al tiempo que se escuchaba el rechinar de unas puertas. Definitivamente ibamos a entrar.

-Ya cálmate... Te pareces a mi suegra cuando va de compras... Te quejas por todo-

Era increíble lo exageradamente espacioso que era todo. Lo que parecía ser la sala principal constaba de unas paredes de mármol negro y un piso del mismo material pero blanco, con ciertas decoraciones en dorado. Habían ciertas imágenes colgadas en la paredes que a cualquier persona le causarían escalofríos, gente siendo descuartizada; una masacre total causada por unas extrañas criaturas de color moradizo sin pelo; unos monjes con túnicas negras...

-Vamos al salón de disecciones, así que muévete- apremió Mersio.

"¿¡Disecciones!?" Gritó una voz en mi subconsciente asustada "Bueno, descuida, nadie ha dicho que van a disecar a TÍ.."

-Primero le sacamos el corazón a la chica y luego sus demás órganos- dijo Tollen con notable morbo en su voz.

"¡Rayos¡"

Intenté moverme o sacudirme para salir del saco, pero solo conseguí despertar a mi dedo meñique de la mano izquierda y parte de mi lengua. Estaba perdida. "¡Vamos muévete!... ¡Tu puedes!". Ni modo, seguí tratando de moverme y conseguí abrir mi boca, pero pude decir nada...o no quise?... Mersio y Tollen seguían discutiendo como descuartizarme en pedazos. conseguí mover mi pié. Tollen golpeó juguetonamente el saco donde me encontraba. Conseguí mover mis manos. Mersio rió por lo bajo. Mi cuello despertó también. Se escuchó el sonido de una puerta crujir al abrirse. "Efectivamente... Me iban a partir en pedacitos"

Sentí como si el mundo se pusiera boca-abajo, me estaban sacando del saco. Cerré mis ojos.

-Parece que sigue inconsciente- dijo Tollen algo decepcionado -Es una lástima... Me hubiera gustado escucharla gritar-

Abrí los ojos y rápidamente me puse de pié. La expresión de sorpresa de aquellas criaturas no le llegó ni a los talones a mi cara al verlos... Eran de color verde pálidos, y estaban más arrugados que los dedos de los pies de un viejito que pasó mucho rato en la piscina. Parecían unos sapos estrujados con fuerza. Eran feos con "f" de foco fundido. Hey, pero no se confundan, puede parecer que estoy perfectamente bien, pero en realidad me estaba muriendo de miedo.

-necesitamos cambiar de poción, la que estamos usando no dura lo suficiente...- dijo Mersio mientras él y su compañero tomaban cosas de los estantes. Cuchillas.

"¿En serio?¿por qué no mejor me tiran algodón de azúcar?... O al menos un par de almohadas"

Al pasar de unos segundos me di cuanta de que no tenía nada de que preocuparme, porque aquellas criaturas tenía una puntería malísima... PÉSIMA. De las cincuenta y tantas cosas que me tiraron, solo tres se acercaron ligeramente a donde me encontraba.

-¿Nunca jugaron a tirarle cosas a los demás cuando eran niños?- pregunté con sarcasmo -Triste infancia la que tuvieron ustedes.... Seguramente se burlaban mucho de ustedes... Lanzan como niñas-

Sinceramente me estaba aburriendo de aquello y, súbitamente recordé que no había terminado mi dibujo de aquel chico, así que me bajé de la mesa sobre la cual me encontraba y me dispuse a caminar hacia la puerta, pero Mersio y Tollen se colocaron en mi camino e intentaron atraparme.

"Dios, si son persistentes"

Cerré mis ojos e intenté concentrarme. Los abrí nuevamente. La escena pareció convertirse en una extraña fotografía, pues nada se movía. Ambas criaturas habían quedado completamente petrificados.

-Bueno, si me lo permiten, debo marcharme- dije abriendo la puerta y saliendo de aquella horrible habitación.

Rodeé a mis agresores y abrí la puerta saliendo de aquella horrible habitación, solo para encontrarme con un largo pasillo... Que por cierto no estaba ahí cuando llegamos. ¿Cómo pude haber olvidado completamente aquel extraño corredor?... No, era imposible que hubiese aparecido ahí de la nada... ¿Y si la habitación de había movido?... "Estúpida, las habitaciones no se mueven".... Ni modo. Empecé a correr rápidamente, pero al parecer no importaba que tanto corriera, no daba indicios de llegar a su final.

*squoooooshhhh* el sonido de algo deslizándose agilizó mis sentidos... ¿¡Por qué coño las paredes se estaban cerrando?!.... Ohhhh nonononono no no no noNO NO NO.... Mierda....

Corrí y corrí, pero la maldita salida no aparecía por ningún lado. Intenté concentrarme y así detener las paredes con la mente, pero tampoco funcionó mucho que digamos.

-¡Déjenme salir!- grité golpeando las paredes que casi no me dejaban mover mis brazos.

-¡Calla! Estoy en eso- dijo una voz por encima de mi cabeza.

¿A caso me estaba volviendo loca? Intenté mirar hacia arriba, pero el ambiente empezó a girar a mi alrededor y por un instante mi mirada se nubló. Qué clase de droga me habían dado para que empezara a alucinar de manera tan frenética... Pero no me sentía drogada... Nadie puede estar viviendo algo como esto en vida, al menos no estando cuerdo...

Abrí los ojos. Estaba demasiado alto como para encontrarme en el mismo lugar de antes, además de que me encontraba al aire libre y el cielo estrellado era lo único que se veía encima de mi cabeza ¿Qué demonios estaba pasando?¿Qué rayos había pasado?¿¡Por qué me estaba pasando a mí?!...

-Aquí es donde me agradeces por haberte salvado- dijo una voz a mis espaldas. Me di la vuelta solo para encontrarme con un chico alto y delgado, en su finura se marcaban los músculos de los brazos y de su torso, demostrando que era bastante fuerte. Llevaba un cinturón de cuero negro, bastante grueso y lleno de bolsillo y fundas adicionales que llevaban dagas y cuchillos arrojadizos. de su espalda colgaba una espada de plata (probablemente de bastante filo) ¿Qué clase de persona lleva espadas consigo en el siglo XXI?

Pero nada de eso me extrañaba con tanta sobremanera comparándolo con su rostro. Facciones afiladas y tes blanca; con una nariz perfilada y una boca de labios carnosos. Sus ojos eran azules, del color del cielo a las seis de la tarde, o el océano con ligera profundidad. Con el cabello rubio, de ligeros hilos hondulados dorados, de una textura que daba a enterder que era casi tan suave como una pluma... Me resultaba anormalmente familiar...

...

...

...

¡Era el chico de mis dibujos! ¡La misma cara! todo era exactamente igual.... Decidí agregarlo a mi lista de "cosas imposibles e inverosímiles del día de hoy" y tartamudear en un susurro un pequeño "gracias..."

-Bueno esperaba que te lanzaras a mis brazos y me agradecieras con alocada euforia y emoción... pero eso me basta...- dijo el chico en tono gracioso.

No pude responderle, pues por la descarga de adrenalina del día, mis piernas fallaron y me desplomé inconsciente en el suelo, con cuatrocientas dudas aún flotando en mi cabeza.

ANTHONY

¿Acaso aquella chica se desmayó?... me contuve de pensar que mi belleza e increíble atractivo la habían afectado... no era momento para bromas.

La tomé en brazos. Era sorprendentemente liviana.

"Que cabello tan extraño" pensé a ver el color castaño de pelo resaltar con sus puntas blancas, casi plateadas "Pero le queda bien... digo se ve lindo... osea... se ve genial...Deja de pensar estupideces..."

¿Qué demonios hace una chica en un lugar como este?

Academia de ProdigiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora