Un sello, una suerte.

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RAQUEL

La cosa no iba muy bien, por no decir que parecía imposible salir de ahí. Había perdido de vista a María, Yoli, Tania y Rosa e Inma tenía a tres mercenarios a su alrededor intentando atacarla. Uno de los mercenarios se había tirado encima de mí e intentaba matarme.

Forcejeaba para intentar quitármelo de encima y poder ayudar a Inma ya que ella también necesitaba ayuda, más que yo. Le dí una patada en la entrepierna y lo empujé hacia un lado para poder levantarme. No pude llegar a levantarme del todo porque aquel mercenario me cogió del tobillo e hizo que cayera al suelo.

Pude ver que Inma tenía a dos mercenarios sujetándola de los brazos mientras que el tercero le daba puñetazos en el estómago. Tenía que ayudarla como fuera. El mercenario tiró de mi tobillo hasta volver a colocarse encima de mí e intentar clavarme la espada.

Rápidamente coguí uno de los cuchillos que había tirado en el suelo a escasos centímetros de mí, y lo pasé por todo el costado haciéndole un roce que le rompió la camiseta en una línea horizontal y le empezó a sangrar.

Conseguí levantarme y acercarme a Inma. En cuanto creí correcto, me tiré al suelo con un empuje y llegué a colocarme delante del mercenario que le daba los puñetazos. Le clavé el cuchillo (con un mango bastante antiguo y una marca que me atrajo bastante) en el estómago y me levanté para darle un codazo en la nariz a uno de los que la sujetaba.

Inma cayó al suelo por lo ocurrido y el tercero sacó una pistola de su bolsillo. Recibió un cuchillo que fue clavado en su espalda y cayó al suelo, miré detrás y fue Tania la que lanzó el cuchillo. Buscamos a las demás y las encontramos a todas, menos a María.

Según los que había contado quedaban 7 mercenarios y 5 de ellos estaban desmayados o heridos. Punto para nosotras. Conseguimos encontrar a María, y salir corriendo de allí. Decidía guardarme el cuchillo en la bota y llevarlo conmigo.

ROSA

Los mercenarios por poco nos matan. Conseguí librarme del que me persiguió por la segunda planta y huir todas juntas. La única herida que había era María, que tenía una bala metida en la zona del costado, e Inma ya se estaba recuperando de los golpes que le habían dado tres mercenarios. Recorridos dos kilómetros, el jeep no daba de sí y no avanzaba más. Se paró en medio del desierto.

Nos bajamos algunas para mirar el motor, yo en cambio me metí bajo el coche por si acaso venía de allí.

-Chicas, tenéis que ver esto.

Todas se agacharon y desde distintos puntos, vieron que nos habían cortado el cable que llevaba la gasolina. Nos sería imposible movernos, al menos en el coche.

-No veo nada, ¿qué ocurre?

-Nos han cortado el cable que lleva la gasolina. El coche no se podrá usar hasta que esto no se arregle.

-¿Crees que podrás?

-Podré.-dije mientras reía y lo decía totalmente segura.

-¿Y que hacemos con las heridas? Por que tenemos dos y no se pueden mover, ninguna.-resaltó la última palabra.

-No podemos movernos así que intentar curarles las herdidas como sea.

-No sabemos curar heridas, y menos de bala.

-¡Pues habrá que hacer algo con ellas, no podemos dejarle a María la bala dentro ni dejar que a Inma se le hinchen las heridas!

-Vale, nos las apañaremos, tú... intenta arreglar el coche.

Mientras yo arreglaba el coche, podía escuchar los leves quejidos de Inma cuando le curaban las heridas y las infecciones y los gritos de María mientras le sacaban las balas.

INMA

El dolor que sentía cuando Yoli me curaba los golpes no era nada comparado con el que sentía María. Yo estaba sentada en el suelo con la espalda apoyada en el coche mientras que María estaba sentada en los asientos traseros del coche y Raquel y Tania me sacaban la bala con todo el cuidado posible.

***

Habían pasado dos días. Dos días que llevábamos en el desierto sin habernos movido más de dos metros ya que Rosa, aunque arregló el coche, no nos quedaba nada de gasolina. Decidimos no movernos puesto que María todavía no podía moverse mucho todavía.

Por suerte los mercenarios no habían venido a buscarnos. Quizás porque estábamos en un lado apartado del desierto bastante lejos de alguna ruina a kilómetros de distancia. En cuanto María se sintiera mejor empezaríamos a andar a ver si llegábamos a alguna ruina. Las noches eran lo mejor, veíamos el cielo y las temperaturas algunas veces bajaba y se estaba fresquito.

Las horas pasaban y las heridas no sanaban. necesitábamos movernos y adelantar territorio, al fin y al cabo, no nos podríamos quedar allí para siempre porque nos encontrarían.

Si las cosas iban bien, e íbamos en el buen camino, llegaríamos al almacén de agua en 13 días, aunque las chicas pensaban que eran 7 días. No me gustaba mentirlas, pero necesitaba ese agua con urgencia, el pueblo la necesitaba. Y cuando volviéramos al pueblo para romper las tuberías y repartir el agua por el pueblo, sería lo mejor de lo mejor.

Me encantará ver las caras de los jueces y demás mercenarios en esos momentos. Aunque las chicas se enfadaran, sé que me terminarán perdonando por la mentira y me ayudarán, beneficioso para todo el mundo.

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Siento que sea tan corto, pero estos caps no seran tan largos como los de otros libros.

Un Desierto Inolvidable (Auryn, Make My Day)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora