Convecer o echarse atrás

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ROSA

Raquel e Inma nos habían llamado a las 6 para ir a una ruina que había en el pueblo y hablar de algo que nos querían contar. Cuando nos reunimos las seis en la ruina, nos sentamos donde pudimos y ellas empezaron a hablar.

-Raquel y yo habíamos pensado que...

-Inma-resaltó-ha planeado la mayor locura de toda la historia.

-Bueno a ver, os cuento: Nos han cortado el agua como sabeis, y lo que pasó con algunos de nuestros hermanos, también lo sabeis.

-¿A dónde quieres llegar a parar?-pregunté impaciente.

-Terminemos lo que nuestros hermanos empezaron.-dijo mientras nos entregaban un mapa en el que habían trazado varias líneas, que eran las rutas.

-¿Qué es esto?

-Al parecer, sus hermanos tienen una gran cantidad de agua escondida en algún lugar. Y este, es el mapa que según Inma, nos llevará hasta ella. A parte, quiere robar agua del embalse del pueblo para sobrevivir en el desierto durante el camino, y quiere enviar el agua a todo el pueblo.

-Genial-dije-. Ya es hora de que alguien les dé una lección a esos tíos. Contar conmigo.

-No, pero vamos a ver, que es una locura. ¿Sabéis en el lío en el que nos estamos metiendo?

-Que más dá, Raquel, si vamos a terminar muertas. Si no es por esto, será por otra cosa.- en eso tenía razón Inma.

No dijo nada. Aquello era indiscutible. Si no moríamos asesinadas, moriríamos de sed. Muchas personas del pueblo habían muerto por falta de nutrientes, sobre todo de agua. Si nos quitaban el agua, mucha más gente moriría y nadie podría evitarlo, ni siquiera nosotras. Yo estaba totalmente de acuerdo con Inma y estaría dispuesta a dar mi vida para que muchos más pudieran disfrutar la suya.

No sería fácil, pero tampoco imposible. Si moríamos, lo haríamos en el intento, y nos arriesgaríamos por el pueblo. Quizás, al pueblo solo le hacía falta un pequeño empujón que nos haciera salir de este mal augurio que se nos vino encima hace muchos años.

Aquello era inhumano, y muchas personas mueren. Mi abuelo fue una de ellas, todavía no me explico porque no me dejó mi hermana acompañarla para vengar su muerte.

-Entonces todas estamos de acuerdo. Raquel, no lo podemos hacer sin ti, te necesitamos.

-A mi puntería es a la que necesitais. E Inma, tienes una puntería excelente con las pistolas, simplemente aplicala a los cuchillos.

-Raquel, necesitamos tu puntería con el arco y cuchillos. Por favor, ayúdanos.

-No lo sé, no lo veo claro, chicas. Somos sies personas, nos mandaran a 12 mercenarios. No creo que logremos salir del embalse siquiera.

-Siempre puedes lanzar cuchillos e Inma balas.

-O tú fabricar una bomba, Rosa. Nos sacarías mejor de ese apuro. O de ese lugar.

-¿Eso significa que lo harás?-dijimos las 5 al unísono.

-Vamos a morir de todas formas.-todas reímos ante su comentario, y nos echamos unas risas el resto del día. No nos movimos de aquella ruina en todo el día y no necesitábamos beber nada.

Pasadas las horas ya era de noche y hacía fresco. Las temperaturas eran bastantes buenas y a la sombra aún mejor. Escuchamos el motor de un coche, que se paró cerca de la ruina. Se escuchaban las voces de unos chicos, y enseguida todas nos levantamos. Eran 5. 5 mercenarios, ya que estaban hasta arriba de armas.

Había dos rubios y tres morenos. Uno de los morenos, tenía una chaqueta que le llegaba hasta las rodillas, unos pantalones negros y unas botas militares negras al igual que los demás, junto con una camiseta y un pequeño chaleco. Otro de los morenos, una camiseta de cuadros de manga corta, junto con una chaqueta hasta las rodillas sin mangas, los pantalones negros y las botas. El último de los morenos, llevaba una camiseta blanca y una de cuadros sin mangas como si fuera un chaleco. Unos pantalones marrones y las botas militares. Había que admitirlo, era bastante guapo.

Los rubios en cambio, llevaban una camiseta blanca y una chaqueta encima, uno de ellos llevaba unos pantalones militares mientras que los pantalones dle otro rubio eran verdes del mismo tono.

Nos quedamos mirando los 11 hasta que hablaron.

-¿Qué haceis aquí?-habló uno de los rubios con voz dura.

-Lo mismo decimos, rubiales.-Raquel y su hobby de poner motes.

-Que graciosilla la morena.-el moreno de la espada fue el que habló.

-¿A que sí? Hago reír a todo el mundo y regalo sonrisas, no como otros, que las quitan y no las devuelven.-Lo dijo tan segura de sí misma y tan seria, que enseguida los 5 sacaron sus armas.

Pero nosotras 6 no nos quedamos atrás. Todas habíamos traído nuestras armas y nos colocamos en posición de ataque, al igual que ellos. Tenían espadas, chuchillos, una ametralladora, una pistola y una escopeta. Nosotras teníamos el arco de Raquel y sus cuchillos, la pistola de Inma, el ingenio de ideas de María, mi capacidad para hacer bombas, el cuerpo a cuerpo de Tania, y la agilidad de Yoli más lo que sabía del cuerpo a cuerpo. Lo que mejor se nos daba era el cuerpo a cuerpo.

-¿En serio pensais que nos podeis ganar? Somos mejores.

-Eso habría que comprobarlo.-respondió Yoli al morenito.

-Por nosotras perfecto.-dijimos al unísono.

-Deberíais ir a casa. Os llevamos. Estareis agotadas después de estar todo el día aquí.

-Solo llevamos aquí una hora.-respondió María rápidamente.

-Aún así, vamos.

-Preferimos ir andando, gracias.

-Vosotras mismas.

Guardamos todos las armas y nos fuimos andando a nuestras respectivas casas, mientras que ellos se quedaban allí. Mañana empezaríamos a hablar sobre como hacerlo, como robar el agua, como repartirla al pueblo...

Todo comenzaría en una semana.

Un Desierto Inolvidable (Auryn, Make My Day)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora