Un comienzo o un final.

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TANIA

La hora había llegado. Nos tocaba robar el agua. Todas nos levantamos temprano para prepararnos y repasar el plan. Nos entrenamos durante algunas horas y después llegó la hora. Todas entrenamos lo que mejor se nos daba para estar atentas. Los guardias se habían ido para llamar a sus compañeros y hacer el cambio de guardia. El momento perfecto.

No habíamos entrado todavía, estábamos escondidas en unos arbustos a la entrada donde podíamos ver a todos los guardias que habían. Raquel fue matándolos uno a uno con el arco a una distancia de 500 metros hasta la entrada más la altura. Llevaba entrenando con el arco desde pequeña, igual que Inma con la pistola, Rosa fabricando bombas...

Una vez los mató a todos, entramos sin problema alguno en el embalse y corrimos por una pequeña entrada al aire libre hasta llegar a una verja que tuvimos que saltar. Una vez dentro corrimos por todos los pasillos.

Raquel nos hizo una señal con la mano para indicar que paráramos ya que venían los guardias por donde estábamos. No nos movimos. No nos dijo nada. Se echó un poco para atrás y los guardias pasaron de largo. Salimos al pasillo y corrimos en silencio por donde habían venido. Los pasillos eran blancos sin ningún tipo de decoración, salvo las luces.

Cuando llegamos al embalse nos asombramos al ver la cantidad interminable de agua que había allí. Aquello llegaba de sobra para todo el pueblo y para todos los que estaban allí.

-Vamos allá. No podemos perder el tiempo.-dijo Raquel mientras caminábamos para llenar las botellas en las que meteríamos el agua.

Mientras Raquel e Inma vigilaban de que no llegara ningún guardia con sus armas listas para atacar, las demás llenábamos las pocas botellas que habíamos conseguido llevar. Una vez hecho, las guardamos en las mochilas y les dimos dos mochilas a Raquel y a Inma.

Todas nos las colgamos a los hombros y empezamos a caminar. Raquel le dio su mochila a María porque no podía llevar el arco y las flechas en las manos. Se colgó las flechas a la espalda y entonces sí podía disparar sin problemas. Volvimos por el mismo camino y nos tuvimos que esconder porque oímos unos pasos.

Nos metimos en una habitación donde había más agua en botellas. Pero esta sala era una nevera gigante. El agua estaba congelada.

-No nos podemos parar aquí. Tenemos que salir antes de que se den cuenta de que falta algo de agua.

Salimos de esa habitación y me guardé una botella pequeña en el único hueco que me quedaba en la mochila. Corrimos intentando no hacer mucho ruido por aquellos pasillos hasta que sonó la alarma minutos después de que empezáramos a correr.

La alarma sonaba y se oían muchos guardias correr por los pasillos buscándonos. En uno de los cruces nos vieron los guardias que venían por delante. Inmediatamente, Raquel e Inma empezaron a disparar con el arco y las pistolas y los guardias hicieron lo mismo. Nos escondimos detrás de unas columnas que había e intentamos darle a algún guardia.

Conseguimos meternos por el pasillo y correr algunos metros hasta que Raquel se paró y empezó a disparar con el arco. Consiguió eliminar a tres y se quedó para intentarlo con más.

-¡Corred!¡Nos vemos donde quedamos!

-¡No vamos a dejarte sola, Raquel!

-¡Corred!

Tardamos en hacerlo, pero al final seguimos corriendo por los pasillos mientras Inma utilizaba su pistola y Rosa lanzaba algunas bombas de humo detrás de nosotras para que no nos vieran.

RAQUEL

Me quedé allí con el arco disparando algunas fechas más hasta que las cosas se fueron complicando.

-¡Llamad a los mercenarios!-se oyó por uno de los pasillos.

Tenía que salir de allí como fuera posible. Seguía corriendo por los pasillos que parecían interminables en un interminable laberinto sin salida. En uno de los pasillos me encontré a los mismos mercenarios que nos encontramos en la ruina del pueblo.

Nuestras miradas se cruzaron, mis ojos recorrieron todos los suyos y los de más mercenarios. Apenas me quedaban flechas y eran muchos para mí. Me dí la vuelta y empecé a correr sin importarme todos los que venían detrás de mí. Los que antes venían detrás de mí cuando corría en dirección contraria, ahora venían de frente asi que me metí por otro de los pasillos.

Encontré una puerta trasera que me haría salir de aquel lugar que llamaban embalse. No me lo pensé dos veces y empecé a correr una vez hube salido por la puerta. Corrí por el territorio que había hasta llegar al jeep que habíamos dejado a un kilómetro de distancia escondido para que nadie lo viera.

Cuando llegué, todas las chicas estaban subidas y en cuanto me vieron arrancaron el jeep y en cuanto me agarré a la puerta mientras me subía, Yolanda arrancaba y nos sacaba de aquel lugar.

Pero los mercenarios y los guardias no se quedaron atrás y salieron en 5 coches semejantes al nuestro detrás de nosotras.

-¡Inma, dispara a las ruedas!

No dudó y disparó a cuantas ruedas podía. Cogimos toda la munición que teníamos en nuestras casas y la de nuestros padres y se la dimos toda a ella para que no se le gastara demasiado pronto.

A los pocos minutos había conseguido pinchar algunas ruedas de 3 de los 5 coches, los otros dos se pararon en cuanto vieron que Inma tenía una puntería muy buena.

Un Desierto Inolvidable (Auryn, Make My Day)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora