Sentir que vuelo cuando te abrazo

Capítulo 1. Volar.

Ella me dijo una vez que sentía soledad en medio de esta sociedad, aunque esto parece ser una suciedad de a ratos. Las personas suelen quemar las etapas de atrás, hacia adelante, y por eso ella me parece que es lo suficientemente "rara", como la llaman los del común, como para traerme enamorado de esta loca manera.

Volviendo un día de la Universidad, me topé con una enorme sorpresa en mi cuarto. Era ella que me había dejado un pequeño regalo, que mis amigos catalogaron de cursi, pero da igual, todos ellos son personas del común, y poco me interesa lo que emanen sus pensamientos absurdos. Ella me dejó una carta algo extensa que he leído más de veintidós veces, porque quiero, porque la quiero. No sabía ni qué era volar, porque nunca había tenido la oportunidad de subir a un avión, ni mucho menos a un helicóptero, pero ella rompió cualquier esquema de lo que era "volar", y tomó mis manos y las colocó en su espalda, como cumpliendo un deseo que tenía desde hace rato. Colocó su oído justo en mi corazón, porque ella tiene una estatura ideal para hacer parecer que un abrazo es la perfección, aunque digan que nada ni nadie lo es. Sentí que volaba en el instante que cerré mis ojos, y le dije "te amo".

-Te confieso que esto me encanta. -Le dije al susurro.
-¿Abrazarme? -Me preguntó.
-No solo eso, estar contigo.

La estrujé fuerte, muy fuerte entre mis brazos y no mediamos palabra alguna, al menos por tres minutos o más, no lo sé. A ella no le gustan ciertos meses del año, pero ha hecho de todos mis meses un mejor lugar para estar. Ella es mi mejor momento. Siempre había querido subirme a un avión y viajar por el mundo, ya saben, conocer París, Madrid, Barcelona y algunas islas exóticas. Pero a pesar de no haber ido a esos lugares, yo siento que vuelvo cuando sus brazos rodean mi torso, y me aprieta fuerte, ella sabe que me encanta y lo hace. Pese a que hemos tenido baches que nos han golpeado, logramos volar nuevamente, y esta vez con mayor intensidad. Yo pienso que si alguien ama a otra persona y no siente volar, entonces no se aman. Amar es volar sin desprender los pies de la tierra.

-Eres objeto de todas las miradas, cada vez que sales. -Le dije con los ojos en blanco.
-Pero, nadie puede tocarme, tú sí. -Me dijo, mientras rozaba los dedos de mi mano.

Ni supe qué sentí en ese momento, pero qué agradable fue el beso que nos dimos. Fue diferente haberla besado después de haber sentido que su amor se marchaba a otro sitio. Pero yo siempre he pensado que ella es mi sitio. Aunque ella hace meses lo haya dudado.

-Cuando me sienta perdida, bésame, entonces así puedo saber que ese es mi sitio. -Me dijo entre lágrimas.
-Entonces este será nuestro trato. Como no quiero que te vayas, te besaré toda esta vida y las otras. -Le dije acunando su cara en mis manos.

Luego la besé, y sus lágrimas llegaban hasta nuestros labios. El amor nos hizo.