Ella, Madison Black, dejo sus sueños por un accidente
Él, Zach Davies, dejo a su familia atrás por un accidente
Ella llega,
Él regresa
El destino quiso que bailaran juntos
Muchos se oponen
Muchos los apoya...
— ¡¡Zach!!— él se giró para verme y las palabras salieron— yo... Quería hablar contigo... Es que yo... Me gustas Zach, me gustas mucho— la sorpresa llegó a su rostro— me gustas demasiado, si soy sincera— una sonrisa de nervios llegó a mi rostro— tal vez creas que es una locura pero... Creo que me... Enam.....
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— ¡No lo digas!— su grito me hizo pegar un brinco
— ¡¿Q-que?!— sus ojos se habían endurecido y ya no parecía el chico con hermosos ojos grises que tanto me gustaban.
Zach se levantó de repente y me dio la espalda. Estaba demasiado tenso y pasaba sus manos por su cabello continuamente
— No Maddie, no lo digas, no te avergüences más, porque no te puedo corresponder, sólo somos compañeros, no lo arruines, éramos amigos que pasaban el rato, jamás hubo otra clase de sentimiento, siento si creíste que...— su palabras fueron como una cachetada pero las últimas fueron con las que se rompió mi corazón— yo no siento lo mismo que tú, sólo eres una amiga mas
La forma en que me lo dijo, hizo que me echara para atrás, herida
— yo... yo... creí que...— agradecí que estuviéramos alejados de los demás, me puse de pie e intente acercarme pero él se alejó aún más, haciéndome sentir peor.
Se giró y me miró, su expresión era dura, no podía descifrar qué le sucedía, sus ojos plata estaban perdidos tras de mí.
— ¿que creíste? ¿Que tenía sentimientos hacia ti?— su voz sonó amarga — yo no tengo sentimientos hacia nadie, creí que le harías caso a Natalie y te alejarías, yo sólo hago lo necesario para conseguir lo que quiero. Siento mucho si te confundiste Madison, pero lo más apropiado para ti es que te alejes y te olvides de mí...
Las lágrimas amenazaban mis ojos, pero ya no dejaría que nadie me viera hacerlo, la única persona que lo había hecho era él y no lo volvería a hacer jamás, Zach no se dignó a mirarme de nuevo, por lo que rechazada y dolida me aleje de él.
Esta vez todos estaban sentados en la mesa platicando.
— Maddie ¿que te paso? ¿Estas bien?—Chel se había dado cuenta primero, al parecer mi manera de ocultar las cosas ya no era efectiva — ¿estas bien?
—No...— de nada servía mentir— tenías razón sobre tu hermano, es un idiota.
— Te lo dije, te dije que él es para alguien como Lisa— ok, yo quería un abrazo no una bofetada más y menos que mencionara a Lisa.
— ¿Sabes Natalie? si crees que no me merezco a tu hermano sólo tenías que decirlo, decir que prefieres a Lisa— no podía quedarme a ver a Zach y a Natalie, solo alteraban mis nervios, pero no tenía a donde ir, una idea llegó a mi cabeza, ¡la abuela!, en una hora más o menos estaría en su casa, a las afueras de Seattle y dudó que le moleste, podría despejar mi mente.
