capitulo 10

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Bañar a Kam fue mas difícil que las veces anteriores... Pero finalmente lo logré y salimos a la fiesta.
- ¡Hola, Oli! - me saluda jack al llegar.
- Hola, amigo... ¿La fiesta es tuya? - le pregunté, y que era en una mansión y con muchísima gente. Rió.
- ¿Tu crees que tengo el suficiente dinero como para hacer esto? Digo, trabajo en una heladería. - dijo entre carcajadas.
- Supongo que tienes razón. - susurré.
- ¿Has traído al neko? - preguntó emocionado.
- Jamas lo dejaría solo. - respondí.
- ¡Ahí estás! - Jack se lanzó a abrazar a Kam desesperadamente.
- No... Respiro... - se quejó Kam, y mi amigo lo soltó.
- ¡Entremos! ¡Vamos! - definitivamente Jack había comido demasiada azúcar ese día, porque su energía estaba al máximo.
Seguimos al chico de ojos cromáticos hasta la sala de la gran mansión.
Me sorprendió ver a tanta gente bailando allí, y obviamente me quería juntar a bailar con ellos.
- Oye, Kam... ¿Vamos a bailar? - le pregunto.
- No tengo ganas... Voy a sentarme. - respondió con cara de sueño.
- Bien. Pero no vayas a ningún lado sin decirme. - le advertí. Él simplemente asintió y se fue hacia un sofá.
- ¡VAMOS A BAILAR! - gritó Jack por sobre la musica, tomándome de la mano y llevándome hacia la pista de baile.

Narra Kam

Increíblemente tenía mas sueño de lo normal. Fue por eso que negué la invitación del amo para bailar...
Tomé asiento en un sofá blanco. A mi derecha había dos tipos besándose, y a mi izquierda veía a una muchacha vestida de maid acercarse.
- ¿Se le ofrece algo para comer, señor? - me preguntó la chica, que al parecer era sirvienta. Levanté la vista para poder mirarla, y casi se me para el corazón al ver que tenía orejas y cola de gato... Como las mías. ¿Pero no era el único de mi especie?
- ¡Oh por dios! ¡Tu eres... Tu eres... Eres...! - me trabé.
- ¿Disculpe, señor? - me miró confundida.
- Ven conmigo. - dije tomándola de la mano y arrastrándola hacia el baño.
- ¿¡Qué está haciendo!? - preguntó histérica cuando comencé a tocar sus orejas.
- Veo si son reales. - le explico.
- Señor, comprendo que jamas haya visto a alguien como yo, pero... - la interrumpí.
- No es eso.
- ¿A, no? - preguntó confundida.
- No. - me quité el gorro - Es que yo también soy como tú. - sus ojos se abrieron demasiado...
- ¡Debes venir conmigo! Tienes suerte de que no te hayan descubierto. - decía mientras me volvía a poner el gorro.
- Pero sí me descubrieron. Mi amo está bailando. - apunté hacia la pista de baile.
- Pero... No tienes moretones ni cicatrices... - murmuraba mientras me analizaba.
- ¡Por supuesto que no! El amo Oliver es una gran persona. - le expliqué.
- Eso no puede ser posible. Te compró, ¿verdad? - negué con la cabeza - Nada concuerda...
- ¿Por qué estas tan preocupada? - me atreví a preguntar.
- Porque los nekos somos esclavizados y maltratados por los humanos, por eso nos escondemos. - dijo ella.
- Ah... ¿cómo te llamas? - pregunté.
- Que rápido cambias de tema... Me llamo Mizuki. - respondió.
- Lindo nombre.
- Necesitas venir conmigo. - repitió Mizuki.
- Necesito avisarle al amo Oliver antes. - dije.
- Pero... - no la dejé terminar, ya que me estaba dirigiendo hacia el amo.
- ¡AMO OLIVER! - lo llamé.
- ¿¡QUÉ SUCEDE, CARIÑO!? - respondió... ¿cariño?
- ¡TENGO QUE CONTARLE ALGO! - grité.
- OK. - me siguió hasta fuera de la casa.
- Amo Oliver, ella es Mizuki. Mizuki, él es el amo Oliver. - los presenté.
- Aw, que linda. - dijo el amo.
- Gra-gracias, amo Oliver. - respondió ella.
- ¡Solo yo puedo llamarlo así! - salté celoso. El amo Oliver solo reía ante la situación.
- Mizuki, puedes llamarme "Oliver". - dijo él.

Narra Oliver

Mizuki parecía una buena chica, aunque creo que me tenía algo de miedo.
Debo admitir que verlos charlando tan unidos me da algo de celos, pero como soy un adulto responsable (o al menos intento serlo), comprendo el por qué Kam está tan emocionado con esa chica... Mejor dicho neko...¿o mejor chica-gato? En fin, estaba con Mizuki.
- Oliver, lamento informarle que a partir de éste punto, solo están permitidos los nekos. - dijo Mizuki.
- Pe-pero... Si el amo Oliver no va, yo tampoco. - afirmó mi pequeño.
- Pues... Supongo que toda regla está hecha para romperse. - dijo ella sonriente.
- Gracias, Mizuki. - dije.
- Si Kam dice que es bueno, yo también creeré que es bueno.
- ¡Vamos! - gritó Kam emocionado.
Según lo que escuché, estábamos yendo hacia el "escondite neko". Mizuki dice que allí hay muchos como ellos, y que se ocultan porque los humanos abusamos de ellos, ya que son una especie muy especial, sumisa y trabajadora. Por lo cual venden sus orejas y colas, los venden como esclavos sexuales y los explotan en diversos empleos.
- ¡He aquí, el escondite neko! - dijo Mizuki apuntando hacia una alcantarilla.
- ¿De-debemos en-entrar allí? - pregunté asqueado. La verdad es que jamás me gustaron las alcantarillas. Tal vez es porque hay ratas y olor a muerto...
- Sip. - respondió la gatita alegremente.
- Yey... - dije sarcásticamente.
- El amo Oliver no es fanático de la suciedad... - le explicó Kam a Mizuki.
- Comprendo.

No sé cómo fue que sucedió, pero me encontraba ya en las alcantarillas siguiendo a Mizuki y con Kam tomado de mi mano.
- Te-tengo miedo, amo Oliver. - susurró Kam.
- Tranquilo, cariño, todo estará bien. - dije atrayéndolo mas hacia mi, en un abrazo.

Narra Mizuki

Oliver realmente parecía una buena persona. Cuidaba a Kam como si se tratase de un bebé. Sin hablar de ese mote... "Cariño". Parecían pareja.
Pero admito que mis dudas se esfumaron cuando lo vi abrazar al pequeño porque tenía miedo... Eso jamas lo había visto.
- Llegamos. - dije al ver que ya estábamos en el campamento.
- Wow... - dijeron al unísono.
- Es un campamento bastante grande, pero no somos demasiados los que vivimos aquí. Al principio éste era el escondite con mas pobladores, pero un día nos atacaron, y más de la mitad fueron capturados y esclavizados. - les conté a los chicos.
Ambos miraban todo como si estuviesen en una realidad paralela, lo cual me causó bastante gracia.
Los guié por todo el sitio, hasta encontrar a Blake.
- ¡MIZUKI! - gritó mientras corría a abrazarme.
- Hola, Blake. ¿Por qué estás fuera de casa, pequeño? - le pregunté despeinándolo.
- Buscaba comida. - se excusó.
- En ese caso, sigue con lo tuyo, pero recuerda no salir de las alcantarillas. - le advertí.
- Claro, tía Mizuki. - dijo para luego irse corriendo.
- Él es Blake. - les expliqué a Kam y Oliver.
- ¿Es tu sobrino? - me preguntó Kam.
- No, es huérfano. Pero aquí somos una gran familia. - dije - Sigamos. Ellos son Jim y Tim, gemelos... El tímido es Tim, y el hiperactivo es Jim. La de cabello gris es Yara, Yuki es la rubia bonita, y ella es Sarah, es algo así como una zorra... Ella es Darla, es la cerebrito, esa es Tania, una gamer, y ella es Layla, una chica muy despistada... Aquí está Lulu, quien se propuso ser la priera DJ neko, ésta chica kawaii es Izumi, Kim es digamos que la mas normal de aquí... Éste pequeño es Tyler, ellas son las mellizas Li y G y finalmente, él es Daniel. Él es algo así como el "alfa", hablando en términos perrunos. - Los presenté a todos - Y esos son todos los pobladores.
- Wow. Son bastantes. Cuando dijiste que eran pocos me imaginaba un par de personas, pero ahora que nos los presentaste estoy muy impresionado. - dijo Oliver.
- ¿Quiénes son ellos, Mizuki? ¿Por qué trajiste extraños a nuestro escondite? Un segundo... ¿ese es un humano? ¿¡CÓMO TE ATREVES A PONER A TODOS EN RIESGO AL TRAER A UN HUMANO, MIZUKI!? - creo que metí la pata.
- Lo siento, Daniel, pero... - mis explicaciones eran en vano, ya que él estaba cegado por la furia.

Mi mascota (yaoi/gay)© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora