Narra Kam
Estábamos en camino a una cafetería que nadie conocía... Comienzo a creer que en realidad no existe, ya que cuando le hablo a alguien sobre ella, dice que no la conoce...
Llegamos a una pequeña tienda con un cartel pintado con colores pasteles que decía "petit". Realmente quedaba en el medio de la nada, pero la comida lo valía.
Entramos y nos sentamos en una mesa junto a un gran ventanal que daba a un precioso jardín floreado.
- Lindo lugar. - dijo Oliver, observando hacia afuera.
- Así es... Vengo cuando quiero estar tranquilo.
- Buenos días, ¿puedo tomar su orden? - preguntó la mesera. Cabello recogido blanco y ojos púrpura. Su insignia decía que se llamaba "Jenifer".
- Etto... Yo quiero una dona rellena, y para beber chocolate con leche, por favor. - pedí amablemente.
- Claro, ¿y tú? - dijo mientras anotaba mi orden en su pequeña libreta.
- Yo quiero... Un trozo de pie de banana con un café. - respondió Oliver, cerrando de un golpe el menú.
- En seguida traigo su orden. Con permiso. - dijo Jenifer, y se alejó.
- ¿Qué eres? - pregunta una voz aguda. Ambos nos giramos para ver quién era el dueño de esa melodiosa voz, pero no vimos a nadie. Nos miramos entre nosotros confundidos.
- Aquí abajo. - repite la voz, haciendo que ambos bajemos la mirada hacia una niña de ojos púrpura.
- Oh, hola... - saludó Oliver.
- Hola, soy Violette. - dijo la niña.
- Un gusto, pequeña. Yo soy Kam, y él es Oliver. - nos presenté.
- ¿Son novios? - ¿por qué los niños siempre hacen esa pregunta? ¡Metanse en sus propios asuntos!
- Nosotros no...
- Pronto, pequeña. - me interrumpió Oliver - Estoy intentando recuperarlo, porque hice una tontería y nos alejamos, pero ahora estoy intentando hacer las cosas bien. - ¿por qué le dijo eso a una niña que no conoce?
- Oh... ¡Buena suerte, tío Oliver! - ¿oí bien? ¿Dijo "tío Oliver"?
- ¿Qué está pasando aquí? - pregunté confundido.
- ¿No te dije que tenía una hermana? - negué con la cabeza - Bueno, tengo una hermana. Se llama Jenifer, es al mesera. Y ella es mi sobrina Violette.
- Oh... - dije, intentando procesar toda la información que había entrado en mi cerebro.
- Violette, te traje un regalo por tu cumpleaños, aunque no sabía que íbamos a encontrarnos, lo traje conmigo. - sonrió Oliver. Se veía tan hermoso con esa sonrisa...
Metió una mano en su bolsillo y sacó una cajita azul. La abrió, y de ella salió un hermoso collar plateado con un medio corazón multicolor.
Los ojos de la niña se iluminaron al ver la joya.
- Wow... Es precioso... - dijo, mientras estaba hipnotizada mirandolo.
- Date vuelta. - le ordenó Oliver con cariño. Violette obedeció y él le puso el collar.
- Y... ¿Dónde está la otra mitad? - preguntó ella mirando el medio corazón.
- Aquí. - dijo él, apuntando a su pulcera, la cual tenía el mismo dije que el colgante.
Violette se abalanzó a abrazar a su tío.
- Gracias, tío Oliver. Me encanta. - decía la niña sin soltarlo.
- Me alegra que te haya gustado, gatita. - respondió él, acariciando su espalda.
En ese momento me sentía incómodo, como que hacía mal trío...
Pero ver esa escena tan... Paternal de parte de Oliver realmente me conmovió. Jamás creí que fuera tan... Así.
- Aquí tienen su comida... ¿y a mi no me has traído nada? ¡Que mal hermano menor! - intervino Jenifer, la mesera. Oliver rió con nerviosismo.
- La felicidad de tu hija debería ser el mejor regalo. - se excusó torpemente.
- ¡Ja! Sí, claro. ¡Yo quiero un regalo, Oliver!
- ¡No seas codiciosa!
- ¡Yo soy lo que se me da la gana! - comenzaron a pelear como si fuesen niños.
- ¡Bien! La próxima vez que nos veamos te daré un regalo. - se rindió Oliver, luego de diez minutos.
- Gracias. - sonrió, Jenifer, triunfante.
- Mami, te presento al futuro novio del tío Oliver. - dijo Violette apuntándome, lo cual me puso algo nervioso.
- Oh... ¡Hola! Soy Jenifer, un gusto. - me tendió la mano, la cual acepté.
- Igualmente, soy Kam. - me presenté.
- ¡Ya era hora de que te consiguieras un chico de verdad, Oliver! ¡Ese tal Gustaf, con el que solías estar, era UN COMPLETO IDIOTA! - reprendió a su hermano menor.
- No era un idiota, solo era... Bueno... Sí, era un idiota. - al decir esto, Oliver infló las mejillas, ¡quedando completamente tierno!
- En fin, tengo clientes a los cuales atender... - miré el lugar, y no podía estar mas vacío - Así que... Disfruten la comida. Vamos, Violette. - se alejó, tomando a la pequeña de la mano.
- Linda familia. - dije.
- Sí... Tengo suerte. En fin, amigo, ¿Después quieres ir al cine? - me preguntó, marcando la palabra "amigo".
- No. - respondí. Él me miró confundido - No quiero que seamos amigos, Oliver. No quiero que volvamos a ser amigos nunca. - dije.
- Pero, Kam... Yo... Por favor...
- Cállate. - lo interrumpí - No quiero que seamos amigos, porque quiero que seamos algo mas. Oliver... ¿quieres ser mi novio... Otra vez? No soporto verte y no poder decirte lo hermoso que eres, o cuánto quiero besarte, o... - me detuve al sentir mis mejillas arder, y... Sus labios sobre los míos. Sin dudarlo correspondí a aquel beso. No sé si lo que estoy haciendo es una estupidez, pero como dice un dicho argentino "el amor es ciego, sordo, mudo y, a veces, un poco pelotudo".
Nos separamos para respirar, y él dijo:
- Kami, prometo nunca volver a ser un idiota.
- Pero yo quiero que seas MI idiota. - ¿qué cosas estoy diciendo?
- Te amo. Ahora, antes, y por siempre. - susurró abrasándome.
- Yo también... Lo amo, amo Oliver. - volver a llamarlo así... Es como si todo volviese a la normalidad. A aquel día en el que me adoptó como su mascota, aquel día en el que lo vi y supe que debía ser mío, aquel día... En el que me enamoré de él.
- Aw, ¡que tiernos! ¿Ya terminaron? ¿Puedo levantar la mesa o van a seguir con su telenovela? - "Jenifer, cagando los momento románticos desde el día 1", oí murmurar a Oliver.
- Deberías cuidar mas a tu hija, porque está a punto de tirarse por aquella ventana. - dijo él mirándola con una sonrisa maliciosa.
- ¡NO LO HAGAS, VIOLETTE! ¡MAMÁ VA EN CAMINO, MI AMOR! - gritó mientras corría hacia la ventana donde Violette estaba observando tranquilamente las aves.
- Casi le das un infarto. - reí.
- Se lo merece. No puede interrumpir así a la gente. - rió.
Ver a Jenifer abrazando a Violette como si fuera su mas valioso tesoro por casi una hora fue lo mas gracioso del mundo.
Luego volvimos a casa.******
Perdón por la tardanza!! Espero y lo disfruten, aunque no tenia mucha inspiración y no ocurrió nada interesante!!
D. T. Lock.
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Mi mascota (yaoi/gay)©
RomanceEncontrar un gato en la calle y adoptarlo, nada raro. La cosa se pone extraña cuando descubres que tu supuesto "gato", es un "chico-gato". Y resulta aún peor cuando caes en la cuenta de que estás enamorado de tu mascota. *** ADVERTENCIAS: - Esta e...