capitulo 8

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- Oh... Este... ¡Hola, Jaden! ¿Qué estas haciendo aquí? - dije amablemente.
- Estaba por hacerte exactamente la misma pregunta... - respondió el Sr. Sensual.
- Yo... - reí nervioso - Vine por mi gato. - contesté.
- ¿Y dónde está el gato ahora? - preguntó Jaden, con ojos penetrantes... Esos ojos que sacan mi lado salvaje... Contrólate, Kam.
- Él... Se fue a tomar un baño con Katie, y ella me dijo que volvería en un rato, así que me quedé dormido. - me excusé, aunque no estoy completamente seguro de que se lo haya creído...
- Bien. - dijo indiferente - ¿Te gustaría algo de beber? - me preguntó levantándose.
- Sí. Leche, por favor. - pedí, a lo que él rió - ¿Qué es tan gracioso?
- Eres muy inocente, Kami. - respondió.
- ¿A qué te refieres? - estaba muy nervioso.
- ¿Quieres "leche"? - preguntó, yo incliné la cabeza sin comprender a lo que se refería - Nada, nada... No llevas tu gorro. - cambió de tema. Analicé la situación, y caí en la cuenta de que sin el gorro de lana se veían mis orejas de gato. El auto-reflejo de llevar mis manos a éstas para cubrirlas fue inútil, ya que Jaden ya las había visto.
- Jaden... Yo... Puedo explicarlo... - decía, pero él me interrumpió.
- No es necesario. Eres un neko. - dijo. Estaba realmente sorprendido.
- ¿Cómo lo sabes? - pregunté.
- Amo los mangas, y soy todo un fundanshi. - respondió con naturalidad - Quiero que sepas que no te considero un fenómeno. - me aclaró, lo cual hizo que me relajara.
- Supongo que debo agradecerte. - murmuré.
- Creo que sí deberías. - dijo con un aire de superioridad.
- Gra-gracias, Jaden. - dije, aunque creo que pronuncié mal su nombre...
- Se pronuncia "Yeiden". - me corrigió. Mi rostro se puso rojo, y no pude disculparme, ya que recordé que la ultima vez que me había disculpado con el amo Oliver, no había terminado muy bien... ¿O debería decir que terminó demasiado bien? - ¿No te disculparás?
- ¿Debía disculparme? - pregunté inocentemente.
- Oh, lo siento, señor "yo no me disculpo". - se quejó él.
- Yo... Lo siento, amo... Digo, Jaden. - me corregí.
- ¿Amo? ¿Soy tu amo? - que gran malentendido.
- No, no, no. Tu eres Jaden, sólo Jaden. - aclaré rápidamente. Hizo puchero.
- Qué mal... Sería genial ser tu amo. - dijo, con ojos pícaros y una sonrisa de lado. Quedaban perfectos con su estilo de chico malo...
Reí nervioso, rascando mi nuca.
- Sí... Genial... - susurré.
- Oye, Kam... - lo miré, y vi que estaba sonrojado y miraba hacia el suelo.
- ¿Qué sucede? - pregunté.
- ¿Oíste todo lo que le dije a "Kami" sobre ti? - preguntó Jaden avergonzado. Asentí lentamente.
Entonces noto cómo poco a poco se acercaba su rostro al mío. Al sentir sus carnosos labios sobre los mios, no dudé ni un segundo en corresponder. Y para tener mas control, tomé su rostro con ambas manos, intensificándo el beso.
- Oye... Yo soy seme. - susurré al separarnos. Él me miró confundido.
- Osea que eres gay. - asentí.
- El amo Oliver no es sólo mi dueño... - le expliqué.
- ¿Y piensas tener sexo conmigo mientras tienes a un chico esperando por ti? - me preguntó con su típica sonrisa.
- Todo depende... - dije.
- ¿De qué? - preguntó ansioso.
- De quién es el uke. - finalicé.
- ¡Yo no voy a permitir que alguien me la meta! ¡JAMAS! - gritó Jaden, saltando de la cama.
- Bien, bien... Tienes suerte de que sea suke. - dije con una sonrisa juguetona.
No sé cómo ni cuándo, pero me encontraba debajo de Jaden, ambos sin camisa.
Él, literalmente, intentaba devorarme, y yo, claramente, no me oponía.
Comenzó a bajar, dejando besos por todo mi cuello y pecho, y luego comenzó a lamer y morder mis pezones. Ya era la segunda vez que era el uke, y aún no me acostumbraba... Los gemidos salían de mi boca sin previo aviso, y el cuarto estaba lleno de ellos.
Jaden estaba quitándome los pantalones, dejándome en boxers y yo le hice lo mismo. Comenzó a tocar mi miembro por sobre la ropa interior, lo cual me causaba escalofríos.
Estaba a punto de quitarme los boxers, cuando oímos la puerta abrirse. Ambos miramos, y observamos a una mujer castaña con los ojos a punto de salirse de su órbita.
- Oh Dios Santo... - susurró horrorizada.
- Mamá... Yo... Puedo explicarlo. - dijo Jaden, separándose de mi y vistiéndose. Yo lo imité.
- ¿Qué puedes explicar? ¿Que eres gay y estabas teniendo sexo con tu novio en el cuarto de tu hermana menor? - eso sonaba muy, muy, MUY mal.
- En realidad, mamá, no soy gay, sino bisexual. Además, él no es mi novio, es un compañero de la escuela. - aclaró Jaden, con toda la tranquilidad del mundo, mientras yo estaba entrando en pánico.
- Ah, genial... - dijo la mujer sarcásticamente - Mi hijo es marica y tiene sexo con cualquiera que se le cruce por enfrente. - concluyó.
- ¡Eso no es cierto! - gritó él, muy enfadado.
- ¡Claro que lo es! No puedo creer que mi hijo sea un marica... - pensó la madre de Jaden en voz alta.
- ¡No me llames así! - gritó furioso.
- ¿¡Por qué no!? ¡Eso es lo que eres! ¡Si te avergüenza, no lo seas y punto! - respondió su madre. Qué bruja...
- ¡No es algo que uno decida, mamá! - gritó Jaden, con un dejo de tristeza en la voz.
- Pues entonces, ¡no te quiero volver a ver! ¡Eres una deshonra para la familia Brooks! - finalizó la mujer antes de largarse del cuarto.
Jaden se sentó en la cama, con el rostro entre las manos. Estaba llorando y yo no podía hacer nada para ayudarlo.
- Jaden... - susurré.
- Por favor, vete. No quiero hablar con nadie. - me interrumpió, aún con su rostro oculto. Asentí cabizbajo, y me fui de la casa.
Ya afuera de ésta, oigo a alguien gritar mi nombre. Doy media vuelta, y quedo enfrente de Katie.
- ¿Ya te vas? - me preguntó.
- Sí. Gracias por todo, Katie. Hazme el favor de cuidar a tu hermano, creo que hay un problema entre él y tu madre sobre su orientación sexual... - le expliqué a la niña.
- ¿Quieres decir que mi hermanito es gay? - preguntó incrédula.
- No. Es bi. - aclaré.
- ¡Genial! - gritó emocionada.
- Cuídalo, ¿sí?
- Por supuesto. - afirmó ella.
- Gracias. Nos vemos, Katie. - me despedí.
- Bye, Kami. - ese apodo viniendo de ella, no sonaba tan mal.

Caminé hasta un parque... El parque "new mount". Al sentarme en una banca, tomé mi celular y llamé a Shelby.
- Holis, Kam. ¿Qué pasa? - contestó ella.
- Hola, Shelby... Cambié de opinión, ¿pueden venir por mi? - fui directo al grano.
- Claro, amigüis. ¿Dónde estás? ¿Sigues en la casa de Jaden? - respondió.
- No, no. Estoy en el parque new mount. - dije.
- Okey, en 10 estoy allá. - dijo, y colgó.

El día era realmente precioso. El cielo estaba despejado, el sol radiante en su apogeo, una refrescante brisa azotaba con delicadeza todo lo que se encontraba en su camino, y los pájaros no dejaban de cantar ni por un segundo.
Sentado en la banca, cerré mis ojos, disfrutando de todos y cada uno de los sonidos que brindaba la naturaleza. Era realmente relajante... Perfecto después de una mañana tan agitada.
- Hermoso lugar. - dijo una voz femenina.
- Gracias por venir por mi, Shelby. - dije abriendo los ojos, y observando a mi pelirroja amiga.
- No hay por qué. - respondió sentándose a mi lado. Suspiró cerrando los ojos - ¿Por qué cambiaste de opinión tan rápido? ¿Sucedió algo malo? - preguntó preocupada.
- Bueno... - no podía contarle lo de Jaden. De seguro el amo Oliver se enteraría porque ella no sabe guardar secretos... - Sólo quería volver a casa. Han sido un par de días... Extraños. - finalicé. Shelby se limitó a asentir con la cabeza, sintiendo la brisa en su rostro. Hubo un largo, pero cómodo, silencio.
- Esto es relajante. - afirmó rompiendo el armonioso silencio - ¿Nos vamos? - preguntó parándose y extendiéndome una mano.
- Claro. - respondí tomándola.

Mi mascota (yaoi/gay)© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora