Sobrevive.

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– Uno de los camiones que mantiene a los Walkers podría irse por el borde en cualquier momento. Tal vez después de otra lluvia fuerte –se dirigió Rick a todos los presentes–. Esa salida los conduce justo hacia nosotros.

– Quizás haya otra manera, podemos mantenerlos ahí. Reforzar los puntos débiles... –el tipo de la construcción no dejaba de insistir.

– No –Deanna lo interrumpió de manera brusca, mientras miraba hacia la ventana dándonos la espalda–. Haremos lo que Rick dice.

Mi atención se fue sobre ella, su actitud había cambiado de un día para otro. Desde que su esposo falleció, su cabeza andaba en otra y solo confiaba en Rick. Podría decirse que el puesto de líder ya le pertenecía, y que solo hacía falta hacerlo oficial.

– El plan es así, Daryl los guiara lejos de aquí, Sasha y Abraham harán lo mismo...

Me hallaba afirmada en un mueble al final de la sala, junto a Jace, que por cierto fue aceptado en Alexandria. Cuando nos enteramos de la reunión no esperamos a que nos invitaran, teníamos que estar aquí. Después de todo, no podía dejar que Alexandria cayera.

De qué me serviría hacer planes sobre tomar este lugar, si iba a ser derribada antes por mordedores.

Mi intención era ayudar, pero sabía que la respuesta sería la misma que le dieron al Padre Gabriel, un rotundo NO.

Pero Rick estaba siendo muy confiado en que su plan funcionaria, y yo no me sentía completamente segura de que eso fuera a suceder.

– Y si de igual modo llegan aquí, ¿Qué haremos? –pregunté sin poder contenerme.

De manera que todos se voltearon a verme un poco confundidos por mi presencia, lo más probable fuera por el hecho de que, era una menor de edad presente en una reunión supuestamente para adultos.

Dejé de pensar en sus miradas, y en silencio miré a Rick. Esperando a que se dignara en responderme.

– Luchar. Mantendremos este lugar a salvo.

{...}

Corrí por las escaleras en dirección hacia mi habitación. Llevaba conmigo un par de galletas que Carol había cocinado hace un par de horas, estaban deliciosas pero obviamente ella no lo sabría.

Todo permanecía en silencio y no parecía ver nadie más en casa. Quería descansar sabiendo que eran las once de la mañana y que no era hora para dormir, pero durante la noche me había dado insomnio y los ojos me pesaban.

Empujé la puerta sin delicadeza queriendo tirarme a la cama, y cerrar los ojos de una vez por todas.

Pero la persona que estaba sentada en el borde de la cama, me había quitado el sueño.

– Es lindo verte Carl, pero en este momento quiero dormir –intenté no mirarlo demasiado, mi objetivo era la cama.

Pero lo que sostenía sus manos, era más importante que todo lo demás.

No podía despegar mi vista ni de sus ojos ni de lo que sostenía.

– Mi padre me dio la orden de que mientras él estuviera afuera yo debía portar un arma, aproveché que se descuidó y las tomé –Carl extendió el estuche con las Kukris en su interior.

Llevé lentamente mi mano hacia ellas para tomarlas, pero sentí que todo mi alrededor se detuvo. Y recordé que significaba volver a portarlas en mi espalda.

La realidad volvería a mí, con todas las muertes que causé con ellas, con la mirada dura y la personalidad de mierda que había heredado.

Volvería ese pensamiento de solo tomar decisiones que me convenían, sin importarme si las demás personas inocentes morían.

I'm just another monster too. ~Carl Grimes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora