Desesperación.

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Narra Daryl.

Con la mirada puesta en la carretera apreté el acelerador, luego de oír por la radio a Eugene pidiendo ayuda desde la comunidad, no pudimos evitar alarmarnos. Los nervios en la camioneta se sentían cada vez que respirábamos. Mis puños se cerraron sobre el volante, esperaba que los Walkers no hubieran entrado a la comunidad.

Pasé una de mis manos por mi cara, sacando el poco sudor que caía por mi frente.

– ¿Quiénes son esos? –susurró Sasha con el rostro mucho más alarmado que antes.

A lo lejos observé a un grupo de motociclistas, que nos apuntaban con sus armas a mitad de la carretera. Entonces supe que no había sido coincidencia toparnos y que ellos esperaban que nosotros frenáramos. No teníamos opción, no había otro camino antes de llegar a ellos, tampoco podíamos devolvernos y mucho menos tirarles la camioneta encima.

Eran muchos y podían matarnos desde donde estaban. Miré a Abraham y este me asintió. Suspiré con cansancio y frené a unos metros de sus motos.

– ¿Por qué no bajan y así podemos hablar? –habló uno de ellos, quien parecía liderarlos. El hombre estaba parado a un lado de su moto.

Gruñí por lo bajo, odiaba cada vez que nos decían que debíamos hacer. De igual modo en alerta los tres nos bajamos de la camioneta para saber qué era lo que querían esos imbéciles.

– Eso es fantástico. Están haciéndolo muy bien –dijo, refiriéndose a que le obedecíamos–. Ahora, segundo paso, suelten sus armas.

– ¿Por qué deberíamos hacerlo? –mi voz sonó más grave de lo común.

– Bueno, no son suyas –me respondió el hombre, como si lo que dijera fuera lo más obvio.

– ¿De quién son? –preguntó Sasha con un tono burlesco. Aunque sabía que en el fondo ella realmente quería conocer la respuesta.

El hombre que antes se mostraba tranquilo, puso su rostro serio y avanzó un poco hacia nosotros.

– Sus propiedades ahora pertenecen a Negan –todos en el lugar permanecieron en silencio con miradas llenas de frialdad, un silencio que no me agradaba–. Ahora quiero todas sus armas.

¿Quién demonios era Negan?

El hombre caminó hacia mí para pedir mi arma. No tuvimos de otra que entregárselas ya que el resto de sus hombres nos apuntaban. Lo miré fijamente para luego oír sus agradecimientos.

– ¿Quiénes son ustedes? –volvió a preguntar Sasha, pero esta vez con inseguridad al verse desarmada.

– Lo siento dama. Pero nosotros haremos las preguntas, mientras manejamos de vuelta a donde sea que ustedes llamen Alexandria –dijo con una pequeña sonrisa ante el rostro sorprendido de Sasha–. Aunque primero ¿Qué tienen para nosotros?

– Acabas de tomarlo –le respondí reprimiendo las ganas de golpearlo.

¿Cómo demonios sabían que veníamos de Alexandria o qué demonios sabían ellos de nosotros? Sin poder evitarlo volví a gruñir.

– Dejaremos las cosas claras. Todas su mierdas, lo que hay en la guantera, lo que hay en la cajuela, sus cigarrillos, sus alimentos, sus ropas, sus armas y puedo seguir enumerando... –tomó un respiro como si hubiera perdido la calma–. Todas sus mierdas ya no les pertenecen.

– ¿Quién es Negan? –preguntó Abraham ignorando las palabras del tipo.

Él hombre lo miró en silencio viéndolo de pies a cabeza. Lo pude ver, entendí su mirada. Él quería matarlo, o más bien, matarnos.

I'm just another monster too. ~Carl Grimes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora