Furiosa era el término que me detallaba en esta situación, golpeaba cada uno de los objetos y una que otra vez la pared. Me detuve al ver acercarse a Daryl quien traía en su hombro mi mochila, lleve mis manos detrás de mi cuerpo impidiendo que viera las heridas que me había causado.
– Saldré por unos días, iremos en busca de medicamentos para los enfermos, no estaré para ayudarte, no te muevas de aquí, si alguien se aproxima con la intención de dañarte, trata de noquearlo y vete, te buscare –la mochila descansaba en una esquina de donde yo me encontraba.
– Todos ustedes están locos, me están acusando de algo grave –saco unas llaves y prosiguió para cerrar la celda.
– Lose, pero tarde o temprano se sabrá quién fue y es por eso que es preferible que estés aquí encerrada –camino dispuesto irse pero se volteó para mirarme–. ¿La tienes? –asentí con la cabeza, sabiendo a que se refería.
Había comenzado a sentir el dolor en mis nudillos, le di una vista a mis manos y el ardor aumentaba, a pasos rápidos me acerque a mi mochila, no tenía alcohol para desinfectarlas y no pediría ayuda, mi orgullo me lo impedía, observe el lugar y esta solo tenía una cama con un retrete, me acerque a ella y vacié el contenido, había encontrado unas vendas de azul marino, le di vueltas alrededor de mis manos para poder apretarlas y al final sentir nuevamente ese horrible dolor.
Me había olvidado de la sangre que se encontraba en mi ropa, me dispuse a sacármela y a ponerme unos pantalones negros muy ajustados, para arriba llevaba una camisa a tiras negras y encima un polerón negro y volví a ponerme mis Caterpillar igual de negras, Creo que ya había dejado en claro que me gustaba el negro, colgué mi bandana en mi cintura y me acomode para intentar descansar no sin antes guardar todo lo que sobraba en la cama.
Había pasado una hora y yo seguía ahí, el silencio se apoderaba del lugar en el que me encontraba, rodee por la cama frustrada por mis malas decisiones y golpee la almohada para luego hundir mi rostro, el sonido de un objeto caer al suelo me obligo a sentarme y por curiosidad me asome para ver de qué se trataba.
Yo no recibía órdenes, sabía perfectamente lo que hacía y lo que no, he sido una mala persona pero soy consciente de todas mis faltas y se perfectamente que yo no lo he cometido, recogí la pequeña cajita que se hallaba en el suelo, no me haría mal uno, necesitaba relajarme y este era el momento, levante mi rostro y examine los barrotes que me separaban de la libertad, y si ya estaba sonando como una prisionera afectada por la soledad.
Narra Carl.
Estaba furioso ellos me veían como un niño, me ocultaban cosas y se negaban a contármelas, no había forma de que entendieran de que ya no lo era, a esa chica, la veían como un adulto pero ¿cuál era la diferencia entre ella y yo?, creo que tenemos la misma edad, tal vez sería porque ella debía sobrevivir a solas sin la compañía de alguien tan fastidioso como mi padre, si me dieran la oportunidad dejarían de verme de esa manera, pero ahí estaba yo sentado contra la pared cuidándoles el cu.lo aun par de niños.
– ¿A dónde vas? –pregunte al ver a Hershel caminar hacia la salida.
– Estoy aquí abajo, lejos de ustedes, porque se supone que los niños tienen estar lejos de mí –me pare del lugar para acercarme a él.
– Estuve caminando por los pasillos, mi papá me dijo que los vigile a todos –baje mi mano para posicionarla en mi arma.
– Deberías mantener tu distancia –levanto sus brazos con la intención de detenerme.
– Estas yendo hacia la salida –mi tono de ironía cada vez era mayor.
– Necesito salir –me respondió.
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I'm just another monster too. ~Carl Grimes.
Fiksi PenggemarEl tiempo pasa y las personas cambian, es lo que he presenciando en mi corta vida. He perdido a las personas a los cuales yo amaba, pero esto me ha hecho fuerte, obligándome a madurar en un corto tiempo. Algunas veces miro a mi alrededor y todo est...