I'm just another monster too. ~Carl Grimes.

Silbidos.

Narra ____.

Volvíamos a Alexandria, con Carl más adelante guiándome con la vista de su espalda y en completo silencio. Mis nervios permanecían a flor de piel, luego de que las cosas se calmaran, me di cuenta de que no quería que él me delatara.

Por primera vez me sentía cómoda en un lugar, sin verme obligada a cometer asesinatos o adaptar una personalidad desagradable. Y aunque algunos no me tuvieran confianza, el ambiente seguía siendo grato. Lamentablemente me culparían de traición, aquello sería bastante peligroso tanto como para mí, como para todos.

Unos gritos desesperados, me devolvieron al presente, me percaté que la voz le pertenecía a un hombre. La inquietud surgió dentro de mí, ¿Quién era?

– ¡Abran la puerta! ¡Abran la puerta ahora! –gritó el hombre. Con el corazón sobresaltado traté de llegar a un lado de Carl, pero él ya estaba corriendo hacia la entrada.

Todos los que estábamos cerca corrimos en la misma dirección que el castaño, para averiguar qué es lo que ocurría. Al llegar, algunos se miraron con extrañeza, mientras que las demás personas empezaban a reunirse para poder observar.

– ¡Es Rick! –gritó una mujer desde el puesto de vigilancia. Mi corazón se tranquilizó, al saber que no se trataba de otra persona.

De inmediato Michonne y Maggie se apresuraron en abrir el portón oxidado. Los jadeos de miedo se extendieron por todo el lugar, cuando una gran multitud de mordedores se vislumbró frente a nuestros ojos. Rick corría a lo largo de toda la calle, se le veía realmente agotado y a su lado estaba Jace de la misma manera.

Eric pasó de inmediato por mi costado con una cuchilla, luego vi a Shawn y a Brayden e iban dispuestos a ayudarle. El cuchillo de Eric comenzó a incrustarse en las cabezas de los mordedores, y al verlo no dudé en llevar mis brazos por arriba de mi cabeza, tomando mis Kukris, las apreté una en cada mano.

Junto con Michonne y Carl cruzamos el portón para abrirle paso a Rick y a Jace. Con la respiración acelerada y tan pronto llegué afuera, uno de los mordedores trató de agarrarme, pero fui un poco más rápida y pude partirle la cabeza en dos con mi arma. Estaba muy ocupada tratando de deshacerme de algunos de ellos, que no noté como los mordedores se acercaban cada vez más.

– ¡____, vuelve adentro! –gritaron desde Alexandria, giré mi cuello para percatarme que ya todos estaban en la zona segura.

De a poco regresé al interior, dándole la espalda a Alexandria haciéndole frente a los mordedores por si alguno de ellos me tomaba desprevenida, sabiendo que solo faltaba yo. Los mordedores aumentaron en número tan rápido, que por un momento me vi acorralada.

Incluso cuando unos brazos me tomaron y me tiraron hacia atrás, creí que iba a ser mordida. Pero sin embargo no fue así, el portón se cerró sobre mi rostro y los mordedores chocaron contra el, y quienes pasaron sus brazos por los fierros tratando de alcanzarme. Maggie con un movimiento veloz cerró la segunda cerca, ya que esta era doble.

Asustándome un poco por lo cerca que estuve de ser devorada. Me di cuenta que cada día me volvía más débil, como si fuera una inexperta, como si este lugar me hiciera mal. Quizás era una de las causas por las cuales yo no pertenecía a Alexandria.

– No vuelvas a hacer eso –me gruñeron al oído. Volteé mi rostro y los ojos azules de Carl me miraron fijamente.

Sus brazos me soltaron y con la mirada dura se acercó a su padre. Su actitud se me estaba volviendo muy dificultosa de entender, pero era aceptable. Michonne lo había visto, la mujer se volteó para verme fijamente y sintiéndome incomoda me concentré en mis amigos.