Christian
¡No te muevas, Grey! Sólo no te muevas.
Ana se revuelve una vez más en la cama.
¿En qué momento me pareció una buena idea acostarme con ella? Se veía tan pequeña en la gran cama y lo único que vino a mi mente fue hacerle compañía. ¿A quién quiero engañar? Dormir con Ana es una pequeña fantasía, que hasta ahora no puede cumplirse por completo ya que son pasadas las tres de la mañana y sigo sin conciliar el sueño.
Tengo unas inmensas ganas de despertarla y continuar con nuestra pequeña sesión de besos que teníamos en su habitación hace unas horas. No soy capaz de seguir así; dos besos un día, al siguiente nada de nada, y al siguiente únicamente uno. Quiero besarla todo el día, dormir con ella, despertar con ella... y sí, tenerla en mi cama no sólo para dormir.
¡Uf! Controla tus hormonas.
La luz de la mesita de noche ilumina a la perfección su rostro, dándole un toque angelical.
Joder, es hermosa.
—Christian— Balbucea. Aquí estoy, cariño.
Me arrastro en la cama para estar lo suficientemente cerca de Ana. Acaricio su rostro con las puntas de mis dedos y responde soltando un extenso y emocionante gemido. ¿Qué sueña, señorita Steele? Sigo con mi dedo la línea de sus suaves labios, suspira.
—Oh, Ana ¿Qué estás haciendo conmigo?
Bajo mi mano a su cintura y la introduzco dentro de su blusa. ¡Soy un pervertido! Lo sé, lo sé, pero necesito como el maldito infierno tocar su piel cálida y sedosa. No voy a sobrepasarme.
Jodido Grey, idiota.
Ana se retuerce, estira los brazos y abre los ojos. Grita. Realmente grita. Me han pillado.
—¡¿Qué diablos haces?!— Brama, saca con brusquedad mi mano de su cuerpo y se levanta de golpe. —¿Qué hacías, Christian?— Se pasa la mano por el cabello y observa mi habitación —¡Eres un idiota!
—Baja la voz, Ana.
—¿Baja la voz? Despierto en tu habitación y sólo me pides que baje la voz— Rueda los ojos, toma del suelo sus zapatos.
—Ana, espera— Tiro a un lado la sabana que me estaba cubriendo.
Detiene el paso, sus ojos viajan por mi cuerpo y el bonito color rosa se hace presente en sus mejillas. Punto bien hecho a dormir sin camiseta.
—Es-estás...— traga saliva, desvía la mirada al techo.
Continúa su camino, con agilidad me interpongo entre Ana y la puerta.
—Quiero pasar.
—Déjame explicarte, Anastasia— Alza una ceja —Mia no quería dormir aquí y como estabas dormida no quise molestarte, me pareció fácil traerte aquí y enviar a Mia a tu habitación.
Sueno tan desesperado.
—No tengo ningún problema con eso— Se encoge de hombros.
—Entonces, ¿por qué quieres irte?
—¡Tú mano estaba dentro de mi blusa! Dios, Christian ¿qué pasa contigo? ¿No podías esperar a que despertara?
—Bueno... estás despierta ahora— Ríe nerviosa.
—No es lo quise decir.
Y antes de que intente alejarse de mí, envuelvo mi brazo alrededor de su cintura, sus zapatos caen al suelo en un ruido sordo.
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Así empieza
FanfictionAnastasia Steele y Christian Grey, se vuelven compañeros de piso. Una Anastasia: tranquila, serena. Un Christian: vivaz, con una reputación entre las mujeres, el típico joven universitario. Anastasia es una chica distinta a lo que Christian Grey ac...