CAPÍTULO 8

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Drew salió de la casa, listo para ir a trabajar. Yo limpié un poco la cocina y salí en busca de la panadería de la aldea.

Al llegar, una mujer muy simpática me recibió.

-Hola, tu debes ser Charlotte.- Me saludó de mano.

-Hola, si, soy yo.- Le sonreí.

-Muy bien, mi nombre es Helena, me da gusto conocerte. Pasa.- Entré junto con ella, olía muy bien, la panadería es pequeña, acogedora y reconfortante. Hay varios estantes donde tiene el pan recién horneado.-Me alegra mucho de que por fin tenga algo de ayuda, después de mucho tiempo. Estoy algo vieja y me es más difícil recorrer casa por casa cada día.- En realidad no es tan vieja como ella dice. Si que tiene algunas cuantas canas en su cabello rubio, pero su rostro no lo demostraba tanto. Tiene unos bellos ojos color azul, es algo robusta y sus mejillas estan sonrojadas todo el tiempo.

-Bueno, será un placer ayudarle.- Ella me sonrió.

-Entonces manos a la obra. Te diré que tienes que hacer. Me ayudarás a mantener limpio el lugar mientras esperas a que esté listo el pan que repartirás. Y después irás casa por casa a repartirlos a cada persona.- Yo a sentí.

Y así comencé. Limpiando un poco el lugar y esperando. Una vez listos, los colocamos en una canasta grande.
Estaba lista para salir.

-Espera Charlotte.- Me tendió un pequeño pastel.- Esté es para Bob. Hoy cumple años y quiero que se lo lleves junto con esto.- Se sonrojó más al darme la carta.

-Claro que si.- Le dije y salí.

No sabía por donde empezar, pero busqué la manera. Comencé con Bob.

Llegué a donde es la granja, él se encontraba dándole de comer a los cerdos.

-Buenos días.- Saludé.

-Oh, Charlotte. Que te trae por aquí.

-Su cumpleaños.- Le dije y le ofrecí el pastel.- Helena lo ha hecho para usted, y me pidió que le diera esto.-Le di la carta.

-Esta mujer siempre tan generosa. Gracias por traerlo. Veré que ha escrito.

-Está bien. Hasta pronto y felíz cumpleaños Bob.

-Gracias a vosotros.

Una vez que me retiré de la granja, comencé. Tocaba las puertas de cada casa, repartiendo de los diferentes tipos de pan que había hecho Helena. Ella me comenzaba a caer muy bien, es muy carismática y agradable.
Cuando se terminaban iba en busca de más y esperaba a que estuvieran listos. Me preguntaba que le daban a cambio a Helena por dar pan a cada miembro de la aldea.

-¿Le puedo preguntar algo?

-Ya lo estás haciendo querida, háblame de tu, me siento mas vieja si me hablas de usted.- Contestó mientras colocaba mas pan en la canasta. Yo sonreí algo apenada.

-Está bien. Es sobre ¿Como es qué te pagan cada día por hacer pan para todas las personas de aquí?

-Oh, eso. La verdad es que no lo hacen. Es caridad.-Ella sonrió.- Tal vez te sea difícil de entender, pero el dinero no existe aquí. Todos necesitamos de todos. Del carpintero, del herrero, del agricultor, del ganadero...-Sonrió al decir eso.- Y en sí, de todos. No hay clases sociales. Es el mejor lugar en el que puedas vivir, de día.

-Y de noche...-Comencé a decir curiosa.

-Si, como todo lugar tiene sus defectos al no ser del todo perfecto.-Interrumpió.

-Es un lugar demasiado misterioso.-Dije.

-Bueno, puede que tengas razón, pero antes de descubrir esos misterios debemos estar preparados y hacer que esta tierra prospere. Y después arreglamos esos misterios que dices.- Sonrió y me guiñó un ojo.

Nuovodunia: El misterio en la oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora