CAPÍTULO 31

27 0 0
                                    

-Te he traído algo.-Anuncia Drew al entrar.

-Hay no, Drew. Ardilla de cenar otra vez no.-Estas últimas dos semana había traído ardillas, no dudaba del delicioso sabor de su carne pero estaba siendo tan rutinario que estaba un poco aburrida.

-Pero ¿qué dices? ¿Ya no te gusta?-pregunta sorprendido.

-Claro que me gusta, pero este día quisiera cenar algo diferente.-Le digo tratando de convencerlo.

-Lo se, hoy estamos cumpliendo un mes desde la llegada a Nuovodunia. Pero no, no es ardilla. Hoy cenaremos como vegetarianos. Y no sólo eso he traído, también esto- me tiende unas hermosas flores silvestres que traía detrás de su espalda. Son hermosas y tienen un brillo tan mágico en cada uno de sus pétalos rojos.

-Son hermosas, me encantan-Le digo al darle un beso de agradecimiento.-Gracias Drew.

-Tan hermosas como tu.-Me ruboricé ante sus tiernas palabras, aun no me acostumbraba a sus bellos elogios. Me volvió a dar otro beso-  ¿Preparamos la cena, ya?

Comenzamos a preparar la cena alegremente mientras charlamos de varias cosas.

-Cuando era pequeño ayudaba a mi madre a cocinar.-Drew nunca me había contado de su vida y ahora que comenzaba a hacerlo, guarde silencio mientras lo escuchaba con atención.-Tenía doce años. ¿Puedes creerlo? Quería ser un famoso chef -Rió por lo bajo. Yo le sonreí, imaginé a un niño pequeño con rizos oscuros y ojos grandes.-Tenía todas las ganas, pero mi padre no me lo permitió. Falleció cuando cumplí dieciocho y me heredo la empresa familiar de aviones al cumplir la mayoría de edad. Hací que no pude estudiar gastronomía.-Dice un poco afligido ante el recuerdo- No me gustaba al principio la empresa de mi padre, pero con el tiempo lo acepté. Ganaba demasiado dinero del que podía esperar.-dejo de rebanar vegetales y lo miro.-Viví con mi madre hasta los veintidós que fue cuando ella murió de cáncer. Y mi vida comenzó a empeorar, gastaba más de lo que necesitaba y el vino me acompañó por mucho tiempo, hasta que perdí todo en menos de un año. La empresa fue vendida y entendí que lo había jodido todo. Me sentí culpable por no seguir la petición de mi padre. Si mi madre hubiera vivido también la hubiera decepcionado... Aunque fue por ella quien descontrole la empresa.-Nunca me había preguntado por sus padres como hasta ahora que me ha hablado de ellos.- Así que con el dinero de la empresa y con el trabajo que conseguí con Marlon pude hacer mi propia empresa comercial, donde vendía todo tipo de transporte aéreo, y así fue como volví a llevar el control de mis ganancias y mi vida en sí hasta ese momento. Pero aun así, no fue lo suficiente ni lo que mis padres hubieran querido.

-No lo creo...- Había escuchado su historia y me entristeció pensar en un hombre que perdió todo lo que podía unirlo a su familia. Nunca imaginé a Drew de esa manera, pero me sentí orgullosa por él, que saliera adelante después de todo.-...No creo que tus padres se decepcionarían. Amaste a tus padres de eso no hay duda, elegiste lo que tu padre te heredo en vez de lo que tu querías, y a tu madre la amaste tanto que era de esperarse que cayeras en el vicio del alcohol por su muerte. No puedo lograr comprenderte amor, pero lo lamento tanto que puedo imaginar lo triste que es como separarse de tu familia. Yo se que ellos estarían orgullosos al ver a un hombre que tras perderlo todo, se recupero con lo último que le quedaba. Yo estoy orgullosa por eso, y me alegra a pesar de todo que hayas salido adelante. A veces un error estropea todo, pero no hay un segundo error.

Drew me mira tan atento. Me acerco a él y lo abrazo por la cintura mientras  mi rostro se recarga en su pecho.

-¿De verdad lo crees?

Lo miro a los ojos y me pongo de puntillas para besarlo. -Claro que sí, lo creo con todo mi corazón.-Él sonríe y vuelve a besarme.

  Tras la cena no platicamos más de su vida, era suficiente con lo que me había contado. Conversamos sobre algunas recetas que él inventó como pizza de chocolate o helado de jamón. A él eso le parecía cómico pero a mi me parecía tierno. Un niño de doce años cocinando era lo más dulce que podía imaginar.

Lo demás era como una bella cita  y podía imaginar escuchar una melodía de fondo, de Chopin titulada Nocturne. Era una de mis favoritas, y era perfecta para la hermosa velada.

-¿Qué quieres hacer ahora?-Me pregunta al terminar de limpiar la cocina.

Lo miro a los ojos y un destello de brillo surge de sus bellos ojos.-Lo que tu quieras, sólo quiero estar contigo.

 
       Drew inclina más la cabeza y  cubre mis labios con los suyos.  Suspiro contra sus gentiles y pacientes labios. Nos encontrábamos en la habitación, estaba segura de lo que podría suceder pero lo deseaba, y era lo que quería.
Comienzo a quitarle la camisa, botón por botón mientras aún sus labios me besan y después dejo caer su camisa al suelo. Él comienza ahora con los listones de mi vestido, desenreda y en unos segundos el vestido cae en mis pies.
Quedo en ropa interior mientras él aun trae puestos sus vaqueros. En unos segundos más Drew se había encargado de ellos, para dejarlos junto a su camisa.

Permanecimos inmóviles observándonos en la oscuridad.

-Eres demasiado bella.-Me susurra. No puedo evitar sonreír.

Nos recostamos sobre la cama, y un beso apasionante surgió al deshacerse de mi ropa interior. Sentía un ardor de satisfacción por todo mi cuerpo. Entre respiraciones entrecortadas, besos apasionantes y movimientos de deseo, hacían la situación mas excitante. Desnudos en aquella larga noche, demasiado cerca para sentir el latido de su corazón. Hicimos el amor con cada beso, cada caricia que surgía, y cada mirada. Todo lo complementaba. Éramos uno solo.
Permanecimos mirándonos como si la vida se nos fuera en ello. Hasta que nuestros ojos se cerraron para lograr dormir.

   

  La lluvia repiquea contra la ventana.

La poca luz que inunda la habitación me despierta del profundo sueño, abro los ojos. Drew se encuentra profundamente dormido, acurrucado detrás de mi, sin soltarme.

  Me sorprende que esté todavía en la  cama. Me giro para mirarlo de frente, al verle me hace recordar la noche anterior y sonrío por eso.

Sus labios, gruesos y cubiertos casi del todo con su larga barba, están ligeramente abiertos. Y el cabello se encuentra por todas partes alborotado que logra hacerme cosquillas en el rostro.
Yo rio sin querer, y él abre los ojos. Tomo un mechón de su cabello y me lo coloco debajo de la nariz formando un bigote falso.

-Tuve una noche maravillosa, con la chica más hermosa. Y ahora despierto con un hombre bigotón.-Reclama con humor. Yo suelto una carcajada que no recordaba cuando había sido la ultima vez que había reído así. Me acerco hacía él para darle un beso de buenos días.

-Es muy tarde ¿No vas a trabajar hoy?

Drew se acurra entre las sábanas, y entrecierra los ojos en modo de satisfacción.-Cuando hay lluvia no se puede trabajar bien, así que tomaré este día como descanso.

-Tienes suerte-le digo al darle un toque a su nariz como una caricia.-Yo si tendré que trabajar.

-Mmm- se queja- Puedes pedirle a Helena él descanso.-Sugiere.

-¿Cómo? ¿por teléfono?-Drew ríe ante mi sugerencia absurda.

-Eso es imposible- dice aún con los ojos entrecerrados.-Mejor, podrías mandar una carta-Hoy Drew había amanecido de muy buen humor.

-Con esta lluvia. Dudo que la reciba.

-Eres una traidora, me quieres abandonar. Pones demasiados pretextos para no quedarte conmigo.-Exclama con exageración.

-Drew...-sonrío ante su declaración. La lluvia deja de caer.-Oh, vaya. Me temo que alguien si va a trabajar hoy.

Nuovodunia: El misterio en la oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora