CAPÍTULO 35

19 0 0
                                    

La lluvia retumbo entre estruendos fuertes. Cada vez parecía mas intensa.
Y la cuestión era ¿Cómo podría pasar aquel Río? La corriente tomaba mas fuerza con la lluvia cayendo encima. Y parecía muy peligroso.

  Miro preocupada a la criatura y podía jurar que esta se encuentra igual.-Bueno, es ahora o nunca ¿vendrás conmigo, peque?

La criatura no parecía muy convencida se aleja un poco como si quisiera regresar. La pobre estaba empapada que su pelaje se pegaba a su cuerpo y la hacia ver más pequeña de lo que es. Se cubrió bajo unas hojas grandes mientras yo pensaba que hacer.

Volví a mirarla una vez que estaba decidida, no podía perder tiempo, la noche se acercaba. Metí un pie al agua, esta fría pero ¿qué podía esperar? Después meto el otro pie. Busco mi maleta y observo a la criatura empapada casi arriba observándome. Sabia que no me iba a abandonar. Coloco la maleta justo enfrente de mi para intentar flotar una vez que estuviera en lo profundo. La criatura subió rápidamente decidida a la maleta antes de que me adentrara más a ese gran Río. Parecía asustada.-Todo saldrá bien, ya lo verás-Esas palabras hubiera querido que alguien me las dijera a mi. En cambio yo era quien las decía y consolaba.
  Comienzo a adentrarme más al Río hasta que pude sentir lo profundo que es, pero no es lo profundo lo que me aterroriza, es la fuerza de la corriente y toda la lluvia que cae en mi rostro quien me impedía moverme con facilidad.
Junté fuerzas y seguí empujando la maleta con la criatura mientras intentaba acercarme al otro lado del Río.  Me resbalo y pude sentir un poco de agua entrando por mi nariz. Ya era suficiente con que cubriera todo mi cuerpo excepto la cabeza, aunque de igual forma la lluvia que caía sobre mi rostro con fuerza me hacía sentir ahogada. Volví a empujar lentamente la maleta y cada vez parecía mas profundo, me encontraba encima de algunas rocas hasta que pude recorrerlas de puntillas evitando que el agua del Río me tapara la cabeza. -Sólo un poco más-Le avise a la criatura que me miraba asustada. -Si fueras mas grande no dudo que me ayudarías, ¿verdad?-Le decía esto mientras intentaba llegar a la orilla, empujando y aferrándome con fuerza. Volví a resbalar que casi suelto del todo la maleta. Me aferro a ella y me incorporo. Faltaba poco, y sólo había una cosa que podría hacer. Sumergir la cabeza y nadar.

Respiro profundo y sumerjo la cabeza, comienzo a empujar la maleta desde abajo con las mismas fuerza que antes. Me comienzo a relajar del todo a pesar de lo que estaba sucediendo y como si fuera lo mas fácil comienzo a sacudir los pies una y otra vez.
   Y no dejé de hacerlo hasta que pude llegar al otro lado.

Subo primero a la hierba que se encontraba en la orilla y después la maleta junto con la pequeña bola de pelos.-Lo logramos, peque.-Le digo tan cansada que no podía creer que había nadado hasta ahí.

Todo lo que había pasado parecía una aventura, necesitaba tiempo para asimilarlo y así descansar. La lluvia seguía y no parecía terminar. Me recuesto encima de la hierba, no podía más con el cansancio. Lloro y esta vez de alegría, y duro así unos minutos cuando decido seguir.

   Lo siguiente es ir a la izquierda y adentrarme entre el bosque de abetos que parecía oscuro y tenebroso.

Mientras camino, la criatura va detrás de mi, que también parecía cansada. El bosque hacía ver más oscuro el clima, con sus grandes abetos viejos y llenos de espinas. Algunos troncos estaban cortados y supuse que hasta aquí llegaban los taladores.
  Entonces recordé a Drew, era inevitable no hacerlo. Después de todo lo que pasé, su rostro aparecía en mi mente cada minuto que transcurría. Me entristecía pensar en él, jamás lo volvería a ver y eso no sabía si me alegraba o me ponía más triste.

El bosque era grande y aun no encontraba la salida. Después de unos minutos más la desesperación comenzaba a invadir mi mente.

-¿Puedes decirme si voy hacía la aldea?-Le pregunto a la criatura pero sólo me mira atenta y sigue caminando detrás de mi. Tal vez no lo sabía, no habría pasado jamás el Río y no conocía que había del otro lado.<<Está bien, peque. No nos perderemos en el bosque>> Eso le había dicho hace unos minutos, tal vez horas. No lo sabía. La lluvia había parado pero luego regreso con menos intensidad.

Habíamos caminado tanto y aún no encuentro la aldea, ni siquiera la salida de este bosque. El cielo comenzaba a oscurecer y temí por eso. No quería toparme con alguna criatura no amistosa como peque.

-Peque, estoy asustada.-Le digo sincera y desesperada. La criatura levanta una oreja y sólo sigue caminando. -Tendremos que correr, promete que me seguirás.-Tenía que hacerlo ya, comencé a correr y peque lo hizo también pero muy lento. Estaba cansada como yo. Me detengo al compadecerlo,  sus pequeñas patas dejaron de correr alborotadas y parecía agradecida.
  Seguimos así un par de minutos y asombrosamente el bosque había terminado. Parecía un sueño, a lo lejos alcanzaba a ver las enormes chozas de madera.-Mira peque, estamos cerca.-Le avise y está parecía contenta.

Pero no tanto al darnos cuenta que la oscuridad comenzaba a llegar. Observo a Peque con preocupación.
   Esta vez comenzamos a correr mas rápido sin parar. Estábamos evitando algo, llegar antes que las antorchas iluminarán la aldea. Y eso fue lo que sucedió, era el momento de temer.

Seguimos a toda prisa, no sabía si peque alguna vez había visto a una de esas criaturas monstruosas. Pero siendo así, no quisiera que las llegara a conocer. Estábamos muy cerca cuando uno de los animales de aquella granja soltó un gemido ahogado que me hizo temblar. Corrimos hasta llegar a la puerta de una enorme casa de piedra y madera, demasiado hermosa.

-¡Abran por favor, abran!-Grite mientras tocaba la puerta con desesperación.-Ayuda, por favor.-Volví a gritar.

Estaba tan nerviosa que miraba a todas partes. Pero con la oscuridad de la noche era difícil observar bien.

Nadie abría, nadie parecía escucharme. Me recargo en la puerta como si evitara que alguien me viera.  Estaba desesperada, temía gritar y que alguna criatura monstruosa me encontrara en aquella oscuridad.

Observo a Peque que se encuentra a mi lado, observándome con preocupación. Temía por ella y temía por mi. Dirijo mi mirada hacía el bosque donde había salido hace un rato, como si algo me llamara a mirar. Y ahí estaba, vigilando desde lo lejos, con odio como si fuera su siguiente presa.

En cualquier momento se dirigiría hasta mi. Trague saliva al ver esos ojos rojos arder de furia. A pesar de lo lejos que se encontraba, podía sentir la cercanía. Comienza a caminar despacio, parecía mas grande. Cada vez se acerca poco a poco encorvado, listo para atacar. Me comenzaron a temblar las rodillas. Cerré los ojos fuertemente, lista para lo que pasara.
Había llegado demasiado lejos, pero era momento de afrontar a mi peor miedo.

Respiré tan hondo cuando la puerta se abrió y caí justo dentro de aquella casa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 03, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Nuovodunia: El misterio en la oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora