CAPÍTULO 11

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-Hola.-Digo calmada. Pero la verdad es que me sentía muy feliz, de que al fin podía conocerlo. Tenía el presentimiento de que podríamos ser amigos.

-Hola.-Contesta él, mientras me observa curioso. Él se encuentra detrás de la puerta solo asomando la cabeza.

-Espero no molestarle...-Subo enseguida los escalones para saludarlo.-Mi nombre es Charlotte Revell.-Le extiendo mi mano. Me mira unos segundos.

-Vittorio...Marinetti.- Dice algo nervioso con su acento italiano. Nos damos un apretón de manos.

-Me da gusto conocerlo, Señor Marinetti.

-Dime Vittorio, por favor.- Dice amablemente. Le sonrío.

Tomo un pan de la canasta y se lo ofrezco.- Helena ha sacado una nueva receta, se que te gustará.- Esa era mi idea, ofrecerle pan. Vittorio lo toma delicadamente y en un momento sale completamente, cerrando la puerta detrás de él.

-Gracias, eres muy amable.-Dice.

No me lo había imaginado así.
Tendrá menos de cuarenta años. Su cabello corto y oscuro es lacio fino y algo ondulado, los ojos relativamente grandes color verde claro, nariz recta, y labios delgados. Va bien afeitado y su piel es blanca pálida. Es alto y de contextura delgada tendiendo a esbelta. Y va vestido con ropa deportiva.

-De nada, trabajo en la panadería. Y no quería que ninguna persona de la aldea, no probara el delicioso pan de Helena.-Digo y él asiente tranquilamente.

-Me parece bien. Sólo que, no se si te has dado cuenta, pero yo no vivo en la aldea.-Dice y le da una mordida al pan. No sabía que contestarle.

-Bueno, yo...

-Descuida.-Sonríe.-No importa. Gracias.

-Esta bien, me tengo que ir. Helena a de estar preguntándose en donde estoy.

-Adiós Charlotte.- Dice al entrar de nuevo a su casa. Me despedí y caminé hacia la panadería.

Al entrar me encontré a Helena y a Bob conversando tranquilamente. Aunque Helena estaba muy emocionada, trataba de ocultarlo.

-Charlotte, ¿Dónde te has metido querida?- Dice algo preocupada.

-Helena, me eh quedado platicando con alguien.- Le digo.

-Oh, Bien. Bob me ha ayudado a limpiar el horno hoy. Pero mañana tu lo harás.-Ella sonrió y me entregó una bolsa con pan.-Toma, te veo mañana.- Me dice alegre. Salí de la panadería al despedirme, dejando a Helena y a Bob platicando.

Llegué a casa y ahí se encontraba Anis esperándome.

-Charlotte ¿Dónde estabas? Te busqué por toda la aldea.

-Estaba en el bosque. Pasa.-Digo al abrir la puerta.

-¿En el bosque? Pero ¿qué hacías allá?.- Dice algo preocupada al entrar a la casa.

-Tranquila, estaba con el hombre que vive en el bosque. ¿Sabes de quién te hablo?

-Oh, si. Vittorio Marinetti. Me contaron que vive solo, desde hace tiempo, a causa de la pérdida de la chica con la que vivía en la aldea.

-Si, es triste. Quiero ser su amiga, hacerle un poco de compañía- Le digo.

-Bueno, pues me alegra.-Me dice y sonríe.-Y ¿tu y Drew, como van?

-Pues que te digo...-Le comencé a contar todo lo que había pasado la noche anterior. Ella tampoco entendía porque esas notas aparecían debajo de mi cama.-Y me ha dicho Drew, que aun no conozco lo peor. Y eso me tiene con muchas dudas, Anis tu sabes que es, tu puedes decírmelo.

Nuovodunia: El misterio en la oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora