CAPÍTULO 12

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-¿Hay algo más, en lo que pueda ayudar?-Le pregunto a Helena.

Hoy es un día distinto, desde que he despertado. La lluvia no ha parado y el cielo nublado en su color blanco y gris.

-Creo que será todo por hoy, no ha terminado de llover. Y él pan ya esta repartido.-Contesta.

-Bueno, hay alguien que aun falta.-Le digo. Ella me mira confundida.-Vittorio, ayer le he llevado el pan, de tu receta nueva.

-¿Enserio? Pero...¿como fue?

-Bueno, fue muy normal podría decirse.

-Me alegra, mucho por ello, ese hombre necesita algo de compañía.

-Si, yo siento que debo de conocerle más y creo que llevar una amistad sería buena idea.

-Pues vaya que si. Y ¿Drew?-La miro enseguida.-¿Qué piensa de esto? De que visites al hombre.

-No lo se, no se lo he dicho. Además no entiendo porque debería de pensar algo.

-Charlotte, Drew y tu, ¿no están juntos?

-No, claro que no. ¿Porque pensaste...?Oh, Helena lo lamento. Es que no te he dicho el porqué estoy aquí, con Drew...

-Bueno cariño, pero no deberías lamentar. Yo no lo he preguntado, nunca me ha gustado preguntar sobre eso. Yo solo supuse que estaban juntos, bueno todos lo creen.

-De acuerdo.- sonrió.

-Anda, ve con Vittorio, que ha terminado de llover.-Ella me tiende el pan dentro de la canasta.

-Gracias Helena.-Le digo y me despido antes de salir de la panadería.

Aun no ha salido el Sol, pero la lluvia ha terminado. Me dirijo hacia el bosque, y llego a la casa de Vittorio. Apenas he llegado y la lluvia comienza de nuevo. Lo llamo a la puerta.

-Vaya, que lluvia. Pasa rápido.-Dice después de abrir. Entro deprisa a su casa.

-Creí que había terminado.-El sonríe.-Mira, he traído panqués de manzana.-Él los toma.

-Son mis favoritos, gracias Charlotte.

-No hay que agradecer. Te importa si yo igual como, no he desayunado.

-No, claro que no, adelante. ¿Quieres algo de beber? Tengo leche, he ordeñado a mi vaca esta mañana.-Me sorprendía que tuviera una vaca.

-Claro, por favor.

-De acuerdo, toma asiento.-Dice antes de entrar a la que debe ser su cocina.

Me dispuse a observar su casa. Es muy linda, y me hace sentir mas cómoda. No es como las demás, esta tiene mas parecido a la normalidad. Todo es de madera, al lado de la puerta principal, hay un librero, hay cuadros de pinturas antiguas colgados en la pared. Tomé asiento en uno de los sofás antiguos que tiene, y en medio de estos hay una pequeña mesita, y sobre esta un candelabro con un par de velas encendidas.

Vittorio regresó y me entregó un vaso con leche.-Gracias.-Le digo al tomarlo.

-De nada.-Él toma asiento justo enfrente de mi. Y comenzamos a comer.

-Y ¿ya has terminado de trabajar?-Yo asiento.Él guarda silencio por un momento algo pensativo.-Nunca te había visto. ¿Hace cuanto que has llegado?

-Hace unos días.-Nisiquiera tenía una semana, y ya comenzaba a sentirme más tranquila el estar aquí.

-Oh, ¿cuál es tu historia?-pregunta.

-¿Cómo? ¿Quieres saber cómo es que llegué aquí?-Su pregunta había sido muy directa. Me sorprendí.

Nuovodunia: El misterio en la oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora