El lunes me desperté y vi que no tenía ningún mensaje de Abenchara, decidí enviarle uno yo , para ver si se había quedado dormida. Esperaba que me contestara antes de las 9, hora que empiezan las clases, sino, debería ir en autobús hacia el instituto.
Baje las escaleras ya preparada, me senté en la silla de la mesa para desayunar cuando mi madre me dijo lo que cambiaría mi vida en unos meses.
- ¿te has enterado de que tu profesora está de baja?
- No, ¿porque?
- Pues si hija, como oyes.
- Pues qué bien – dije con indiferencia
- Pero hay algo bueno en todo esto, al menos tendrán profesor sustituto.
- Pues mira qué bien – dije en tono falso.
Se hicieron las 9 menos cuarto y Abenchara no había dado señales de vida. Salí de mi casa camino a la parada de autobús. A la menos diez estaba ya en el autobús en el último asiento del todo, con mi iPod y mirando hacia la ventana.
Llegue al instituto a las nueve y cuarto. Toque el tiemble y gracias a dios me abrieron la puerta (No suelen hacerlo). Llegue corriendo a mi clase y cuando entre me di cuenta de que todos estaban de pie y hablando entre ellos.
Idaira me dijo que la profesora está de baja (ya lo sabia) y que el profesor sustituto no había llegado. Estaba mirando en la ventana, hacia la calle cuando una voz grave mando a sentarse a toda la clase.
- Soy el profesor Ferri, y os voy a dar Historia, por favor, tomen asiento – dijo
Me giré para ir hacia mi sitio y quede petrificada. Era Víctor, me puse colorada, algo así no me podía estar pasando a mí.
- Joder – dije casi gritando
- ¿Perdona? –dijo Víctor, y acto seguido me miró a la cara.
Se quedó igual o peor que yo. Se empezó a poner rojo. Se acordaba de mí y se acordaba del accidente que habíamos teñido semanas atrás.
- Por favor, tomen asiento, no vuelvo a repetirlo – dijo intentando aparentar normalidad.
Me dirigí hacia mi mesa, y allí Idaira me preguntó que qué había pasado minutos atrás. No le hice caso, no quería explicar lo que había pasado con Víctor.
- Como dije minutos atrás soy el profesor Ferri, mi nombre es Víctor, pero prefiero que me llamen por mi apellido. Os voy a dar la asignatura de historia. Ni voy a ser vuestro amigo ni nada por el estilo. Va a ser una relación profesional, profesor-alumno. En todo momento me guardaréis respeto como yo os lo guardare a vosotros y a la mínima insinuación de que no queréis estar en mi asignatura seréis expulsados indefinidamente de esta asignatura con el correspondiente suspenso, por los que deberíais presentaros en Julio y no podréis hacer la PAU hasta ese mes.
En ese momento he de decir que me acobardé un poco y permaneció callada toda la clase. Era el primer día que había llegado y ya había dado medio tema de la Segunda Guerra Mundial y para colmo no me había enterado de nada, porque o, al igual que todas las chicas de mi clase estuvimos todo el día mirándole. Cuando toco la sirena salí disparada de clase para que Víctor no se parara a hablar conmigo. Así pasó las tres primeras horas, hasta que en el recreo me lo encontré por un pasillo.
- He, Charlotte – dijo
- Hola señor Ferri – dije educadamente
- Quería hablar contigo de lo que pasó semanas atrás.
- Si claro, dime
- No quiero que cuentes que me conoces, aunque solo sea de unos minutos. No quiero dar la impresión de que tengo una favorita solo por conocerte, no sé si me he explicado bien
- Si , por supuesto señor Ferri, no diré a nadie que me conoce – dije simulando una sonrisa aunque por dentro estuviera un poco cabreada ya que quería ocultar de que lo conozco. Aunque a decir verdad, lo entiendo perfecta
- Muchísimas gracias Charlotte
- De nada señor Ferri
- Y hablando de lo de señor Ferri, me puedes llamar Víctor cuando estemos en tutorías o hablando en privado
- Vale, hasta luego señor Ferri, digo, Víctor.
Salí casi corriendo del pasillo, y cuando llegue al comedor vi que tenía un mensaje de Abenchara.
"Tía, me quede dormida, además, yo ya no tengo historia, me aprobó Carmen. Se iba de baja y para que ningún otro profesor me suspendiera ella con su tan buena voluntad me aprobó jajaja. Lo siento amor, después te lo compenso, te voy a buscar al instituto y te llevo a comer, envíale un mensaje a tus padres y diles que hoy comes conmigo. Te quiero bb"
Le envié un mensaje a mi madre y esta acepto sin dudarlo. Después volví a clase y cuando sonó el timbre para salir del instituto me dirigí corriendo hacia la salida.
Encontré a Abenchara con su coche y me subí en el. Lo único que dije fue.
- Arranca, te tengo que contar muchísimas cosas. Han pasado demasiadas cosas hoy.
Y ella arranco y se dirigió hacia el restaurante mientras yo permanecía callada. No pensaba decirle nada hasta que llegáramos al restaurante, por dejarme tirada en un día tan impórtante como el de hoy, el día en que mi amor platónico había ido a mi clase y había dicho que sería mi profesor de historia.
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La chica del autobús
RomantizmEl mismo hombre de siempre pasa por la misma parada de siempre, tiene que ser profesor teniendo en cuenta que en esta parte de la ciudad solo hay institutos. Charlotte coge todos los días el mismo autobus y ve a ese hombre pasar. Esta perdidamente e...