Desastres (Rubelangel) Parte 11

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Narra Mangel

Desperté agitado y con un enorme dolor en el pecho.

-Porfavoh no de nuevo... por favoh- mi garganta susurraba o mas bien rogaba, las pesadillas habían vuelto y con ellas sabia perfecto que el terror a conciliar el sueño otra vez, conocía perfectamente ese infierno. Le seguían las ganas de correr de huir pero no saber a dónde. Me frote el rostro con desesperación, hasta que me ardió necesitaba un cigarro pero tampoco deseaba ponerme de pie tenía miedo y mucho miedo al tiempo miedo al día a que amaneciera y a que se hiciera de noche. Volvía a sentirme viejo, extraviado.

-No otra veh por favoh... ya basta

Mi voz se reventó en sollozos silenciosos y dolorosos que solo hacían que ese vértigo y el agujero enorme en el pecho se incrementara junto con la desesperación, la impotencia. Extrañaba mi casa, mi cuarto donde podría encerrarme, el cerebro me ardía por tanto dormir y mis huesos crujían pero no podía, busque en el piso mi pantalón y con desesperación metí la mano en los bolsillos buscándola casi sediento hasta que sentí en las yemas de los dedos un pinchazo

-Te tengo...- extraje la navajita del fondo de uno de los bolsillos delanteros retire las sabanas de un tirón y conduje el filo a mis muslos cerca de la entre pierna. Mire la carne abrirse pude ver una ligera capa de grasa que se escondía bajo ella más la siguiente capa de piel sonrosada y venosa para después empezar a derramarse de forma abundante, los muslos están llenos de nervios y la piel era extremadamente más delgada de la parte interna, aquello dolía mucho más que en mis brazos y era más fácil hacerlo profundo lo que provocaba que sangrase el doble o más, me puse de pie rápidamente antes de que el líquido llegase a las cobijas postrándome sobre el suelo donde deje fluir todo sobre mi pantalón que para mi suerte era obscuro, mi mente se perdió en todo, todos mis sentidos se concentraron en el dolor, la textura de la piel abierta ante mis ojos, la sangre fluyendo y mi mano temblorosa realizando dos cortes más. Me sentía drogado, recargue mi espalda en la pared y deje mis brazos colgando a los costados, empezaba a sentir frio pero no me moví.

Pudieron pasar horas no lo se, cuando decidí levantarme la luz que atravesaba la ventana había tomado un tono dorado, sabía que la habitación estaba sofocante lo percibía pero yo me moría de frio.

Agudice el oído, no escuchaba a nadie fuera, el lugar parecía estar completamente solo así que me puse de pie sintiendo la sangre seca en mi muslo cuartearse me coloque el pantalón sucio, me daba igual además de que no tenía otra ropa, la parte que había absorbido todo ya se había secado, para mi fortuna la sangre coagula rápido, endureciendo la tela y oscureciéndola mas pero no como para que se notase sin que pusiesen atención especial.

Abrí cuidadosamente la puerta asegurándome del vacío del departamento y me escabullí fuera cojeando un poco ya que el pantalón rosaba las heridas frescas recién coaguladas y las lastimaba lo cual no me desagradaba pero no quería causar otro sangrado que el pantalón no soportara absorber además que de seguro un pantalón recién empapado de glóbulos rojos sería muy notoria a simple vista si alguien decidía llegar en ese momento.

Llegue a la sala y mire las cobijas y las almohadas en el sofá, seguro Alexby estaría durmiendo ahí mientras yo estaba atrincherado en su habitación.

-Lo siento- susurre.

Quería fumar pero sabía que no había cigarros en esa casa, Alex no fumaba, tampoco deseaba comer así que solo bebí agua, un litro tras otro hasta que sentí el estómago hinchado, después camine hacia el sofá y me deje caer un momento, no quería volver a la habitación ya que sabía que si entraba no saldría otra vez y me sentía mal por dejar dormir a Alex en el sillón de su propia casa, mientras caminaba lentito mire las cajas apiladas en el recibidor y parte de la sala haciéndome un nudo en la garganta sabia perfecto que contenían mis cosas ya que reconocí algunas que sobresalían de uno que otro paquete.

Desastres (rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora