Capitulo 28

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Narra Mangel

Rubius tardaba en contestar y yo sudaba del miedo que me respondiese que no.

-Vámonos Mangel...-El aire volvió a mis pulmones.

-Dio', creí que no querrías...

-Mangel... yo también te extraño.

Mi pulso se disparó, estaba seguro que si no fuera por mi prisa me soltaría a llorar

-Bien bien, tenemos el tiempo contado así que rápido, vístete- saque de la mochila una sudadera un pantalón y uno de sus tenis negros.- tenemos que irnos ahora, yo... yo... bueno, Cheeto les avisara en cualquier momento que me e escapado y será obvio que sabran que e llegado hasta acá.

No quería mentirle pero ni siquiera yo sabía como explicar lo que había pasado en el departamento, podría ver la silueta de mi otro yo vigilar la sala a través de las cortinas, tenía que hablarle a Rubén de el pero no ahora, después, cuando estuviésemos lejos y tranquilos.

-A... a dónde iremos?

-A Algarinejo, y tus muletas?

-Bajo la cama ¿Con tus padres? Pero...no te vez, muy bien y además podrían seguirnos hasta allá.

-No, iremos un par de días, hablare con ellos te explico en el camino solo apresúrate.

Le desconecte de los aparatos con excepción de la intravenosa, la descolgué de su gancho y le dije que la abrazara bajo la sudadera. No podíamos esperar a que se terminara el suero pero tampoco quería desconectarlo de ello.

Caminamos lento fuera de la sala, las enfermeras ya no estaba así que ya no era tan difícil ya que salir con alguien en muletas que además le faltaba una pierna no era en si ser discreto. Lo tome de la muñeca y camine rápidamente por el pasillo directamente a las escaleras pero a medio camino el ascensor se abrió y Alexby y Staxx aparecieron dentro, me di la vuelta inmediatamente y me puse frente a Rubén, lo orille discretamente a un lado del pasillo quitándole las muletas dejándolas a un lado, el por ende se abrazo a mis hombros y yo le cubrí con mi cuerpo pegando mi cabeza encapuchada a su oído como si le estuviese diciendo algo.

-Mangel, vienen

-Tranquilo, traemos las capuchas puestas y baja la cabeza finge que me abrazas.

Ellos pasaron de largo, Alexby nos miró unos segundos, lo que note por el reflejo del vidrio a espaldas de Rubén, pero no se detuvo, las manos me sudaban, en cuanto desaparecieron dentro de la sala tome a Rubén de la cintura para cargarlo, le di sus muletas y corrí con el hacia las escaleras, el tiempo corría teníamos que coger un taxi antes de que avisaran a las enfermeras que Rubén no estaba.

-Mangel!- lo baje estando ya dentro indicándole que se trepase a mi espalda y comencé a bajar los escalones tan rápido como pude, cuando llegamos al piso de sala de espera, le pedí que caminara tranquilo detrás de mi, cualquier cosa que pasara él debía adelantarse y esperarme en la central de trenes hasta que yo llegara.

Acepto no muy convencido.

Comenzamos a caminar directo a la salida, nunca la vi tan larga, mi otro yo esperaba junto a la puerta de cristal automática, estaba a unos pasos ya, podía escuchar mi pulso en los oídos, Rubén seguía caminando detrás de mí.

-Disculpe, ¿encontró a su esposo?

La recepcionista que me había atendido al llegar se atravesó en mi camino, traía una tabla con papeles en los brazos y un expediente. Rubén camino unos pasos delante hasta que la mujer menciono la palabra esposo, entonces se detuvo, tenía que seguir, tenía que irse.

Desastres (rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora