Narra Mangel
Volví a despertar un par de horas después, la boca me sabia completamente a sangre y un regusto metálico que me invadía hasta la nariz, la cabeza me dolía horriblemente que con la par de que tenía los ojos horriblemente secos además de que sentía que mis entrañas ardían como si por dentro alguien hubiese prendido fuego fue un horrendo despertar.
Trate de enderezarme como pude, la espalda me crujió, al menos no había vomitado mientras dormía, el par de rebanaditas de jamón había permanecido en mi estómago eso era bueno o eso esperaba. Me senté en el suelo apoyando mi espalada en el sofá tratando de centrarme, tenía mucha sed y unas ganas terribles de lavarme la boca, mi propia respiración apestaba a mierda así que me puse de pie cuidadosamente para evitar otro mareo que con ello me llevara a otro desmayo, no creía además de que después de un golpe tan fuerte en la cabeza haber dormido tanto tiempo hubiese sido buena idea, en primera me sentía peor que cuando me dormí, mis piernas apenas me sostenían y para segunda tenía que ir a la cocina si quería agua, no me creía capaz de lograrlo así que tomándome de las paredes camine hacia el baño que era más cercano y metí la cabeza bajo el grifo del lavamanos, abrí la boca ante el chorro frio y bebí a pesar del gusto a cloro en el agua, me daba igual, no pare hasta que sentí el estómago hinchado, metí el resto de mi cabeza y luego me seque con la toalla, evite mirarme al espejo y me arrastre dentro de la habitación de Rubiuh, me deshice de toda mi ropa hasta quedar solo en boxer y playera arrojándome sobre el colchón metiéndome en la sabanas, mis músculos parecían apenas aguantarme, era extraño cuando unas cuantas horas antes había peleado contra Cheeto y Frank, había roto un vidrio, bajado las escaleras de emergencia de dos en dos de un quinto piso, atravesado la ciudad casi corriendo, me había colado en un hospital y le había restregado la polla con descaro a mi mejor amigo en el baño mientras lo cargaba... Dios como me había atrevido, me frote la cara con las manos tratando de aclarar las ideas, lo había casi manoseado, pudo haberme mandado de nuevo a tomar por culo y yo después de eso tirarme del techo del hospital, me había arriesgado demasiado pero la desesperación de no haberle podido abrazarle siquiera en tantos meses me había ganado en el momento en que se arrojó sobre mí, le extrañaba más de lo era consciente y me descontrole un poco, tal vez mucho pero me pude detener a tiempo aunque mi guarres fue bastante obvia me sorprendió que él no dijese nada ni intentase retirarme, el recuerdo de sus glúteos sobre mi miembro se me llego inmediatamente a la mente, y ese gemidito mientras le deslizaba suavemente en el suelo frotándole todo mi ser...
-Jodeeeer, que mierda estoy pensando tio...
Me frote la cabeza con frustración, un pinchazo me atravesó el cráneo haciéndome ser consciente de que traía un chichón del tamaño de una pelota de tenis justo en el centro de la mollera lo que me hizo recordar las alucinaciones en el hospital, esas alucinaciones eran tan reales, las voces, aquel ser que se parecía tanto a mí, recordé el odio de verle lamer el rostro en llanto de Rubiuh eso me había puesto furioso, al remembrar todo aquello me estremeció un poco, se había sentido tan real... como sabría ahora que era cierto o no como saber que tal vez no estoy aquí si no en casa de Alex todavía en mitad de una pesadilla o tal vez estoy inconsciente debajo de los escombros de un edificio del día del temblor y estoy alucinando todo esto, tal vez llevo días sepultado bajo miles de toneladas de concreto y no han podido encontrarme, tal vez estoy muriendo y todo lo que e vivido hasta hoy es un sueño. Me sentía incapaz ahora de distinguir lo que era real y no, eso me aterraba, y si le hacía daño a alguien creyendo que lo que veo no es cierto? Comencé a rascarme los antebrazos con desesperación, mi navajita, se la había tragado el drenaje, como la extrañaba justo en ese instante. Tome las sabanas entre los dedos y hundí la nariz en ellas buscando ese aroma, la casa olía un poco a cerrado pero las sabanas olían a él al desodorante que tanto le gusta usar mezclado con su aroma propio que me hacía sentir mejor. Aunque aún sentía siento apremio, aun me dolía el pecho recordando lo inútil y culpable que me había hecho sentir...
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Desastres (rubelangel)
FanfictionUn terremoto desata Madrid, un derrumbe y Ruben queda atrapado bajo los escombros...