Desastres (Rubelangel) Parte 23

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Los primeros días de haber vuelto ambos al departamento pasaron rapidito para Mangel, para mi fue diferente, Deimira fue la que asistió un par de días después de que le hicieron las curaciones a darme instrucciones y enseñarme como atenderlo para evitar que el se moviese demasiado, trajo suplementos alimenticios, una dieta blanda para el mes, incluso a como ayudarle a bañarse, lo que no fue para nada agradable, ya que mientras Mangel yacía sentado en bóxer sobre el banco, en el que el varios meses atrás me ayudaba a bañarme, yo estaba de pie a un lado, miraba a Deimira con guantes de látex frotándole jabón por el cuerpo entero mientras no dejaba de darme indicaciones y una que otra sonrisita que Mangel le regresaba con gracia, gracia que yo jamás encontré, solo podía sentir que la sangre me hervía ante esa escena y la ansiedad de querer sacar Deimira a muletazos del apartamento.

Los siguientes tres días regreso diario por corto tiempo, pero llevo unos medicamentos nuevos, las instrucciones de la toma de las vitaminas y una cuenta de cobro ya que no podía abusar de la extracción de medicina del hospital donde ella trabajaba. Todas y cada una de esas visitas, aunque no pasaban de más de una hora, eran 15 min en los que me daba la bolsita con suplementos o medicina o vendas, gasas y algodones, mientras me explicaba a la velocidad de la luz con términos médicos que no entendía y luego me entregaba la hoja con todo lo que le había explicado por escrito con más detalle, luego, Mangel le preguntaba "¿Qué tal el día Deimi?" y el resto de la hora mi existencia era ignorada mientras tenia que tragarme las risitas, chistes y platicas absurdas de Mangel hacia aquella chiquilla de cabellos negros, mientras que conmigo su rostro se mantenía inexpresivo.

El ultimo día de su visita no aguante mas y tuve que interrumpir.

-Oye Deimira, y Michael ¿Dónde esta? ¿Por qué has venido tu en su lugar?

Ambos me miraron extrañados, Mangel me miro algo molesto ya que se notó mi obviedad por mi poco deseo de su presencia y ella tomo una actitud incomoda.

-Amm... pues me es mas fácil a mi salir ya que tengo dos horas de comida que a el ya que trabaja en un Hospital de Gobierno. Como soy enfermera en un particular tengo más facilidades

-Ya.... ¿Los estudios de Mangel aun no han salido?

-No, Michael los metió en su hospital para que no tuviese costo para ustedes así que supongo que tardaran un poco mas.

-Ya veo...

Deimira regresó su mirada a Mangel, tomo sus cosas y se puso de pie mientras acomodaba un mechoncito de pelo que se le había escapado de la trenza.

-Ejem... creo q me voy, aun no he comido y quiero dar una vuelta para comprar unas cosas antes de volver al hospital

-¿Por que no te quedas a comer?- La detuvo Mangel mientras ella se ponía de pie de los pies de la cama y caminaba a la puerta, ella volteo a mirarme y se negó, se despidió con la mano para después salir del departamento.-Eso fue muy grosero ¿Sabes?

-No se por que, yo solo pregunte por Michael y tus estudios

Me hundí mas en el puff mientras me cruzaba de brazos como niño haciendo rabieta, el suspiro torciendo los ojos y mirando hacia la ventana, exhaló aire y se rasco la cabeza con cierto cuidado, las heridas en ella ya sanaban, pero aun su piel estaba frágil, muy delicada.

-¿Por qué eres tan grosero con ella?

-¿Por qué eres tan simpático tu que apenas la conoces?

-Disculpa, ¿Me estas reclamando acaso?

-N-n-no ¿Por que lo haría?, si me ignoras en cuanto ella cruza la puerta, es como si no estuviera, estas sonriente, ¡pero a mi apenas me haces caso!!

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