Día 2

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~ Scott ~

- No puedo más -exclamó Mitch, mis ojos se dirigieron a él, sorprendido por su ataque de desesperación-. Esas chicas me van a volver loco, es incómodo estar cerca de ellas, no puedo dejar de pensar que nos vieron haciendo... ya sabes.

- Hey, tranquilo -puse mis manos en sus hombros y lo miré a los ojos-. Es incómodo, sí, pero de seguro todo pasará, este es recién el segundo día, ya verán como todo va disminuyendo con el tiempo.

- Espero que tengas razón -respondió, abatido. No me gusta verlo así, con sus ojos sombríos y sus labios sin su característica sonrisa. Me incliné hacia él y lo besé, tratando de animarlo. Me respondió el beso y pude sentir que se relajaba. Me alejé y nos sonreímos.

- Así me gusta -dije, acariciando su mejilla- ¿Vamos a Starbucks? Sé que un café te hará sentir mucho mejor, además, tenemos tiempo antes de llegar al estudio, podemos sentarnos, conversar, ya sabes, tiempo para nosotros.

- De acuerdo -rió, luego se paró en puntillas de pies y rozó su nariz con la mía-. Te amo.

- Y yo a ti -respondí. Nos tomamos de la mano y nos dirigimos a la cafetería más cercana a nuestro departamento. Una vez dentro, nos acercamos al mesón y pedimos nuestros bebestibles. Quedaron en llamarnos cuando estuvieran listos y nos fuimos a sentar a una de las mesas.

Mientras esperábamos, unimos nuestras manos y conversamos de nosotros, de cómo nos habíamos conocido, de cómo me le había declarado, de todas las historias divertidas que nos habían pasado. Habríamos seguido conversando pero un estrépito nos distrajo.

Ambos dirigimos la mirada al origen del sonido y vimos una chica, vestida con el uniforme de Starbucks, que se levantaba del suelo, al parecer después de haber tropezado y botado los vasos que llevaba a una de las mesas, era un poco más baja que Mitch, su cabello era corto y liso, de color marrón. Mitch se levantó y se acercó a ella.

- ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda? -me acerqué a ellos, la chica se terminó de incorporar y se sacó el pelo de la cara.

- ¿Eh? No, tranquilo, todo está perfectamente... -dejó de hablar al reparar en quiénes éramos- ¡Oh Dios mío! ¡Scott Hoying y Mitch Grassi!

- Ehh, sí, somos nosotros -dijo Mitch, claramente incómodo, en eso se acercó una chica idéntica a la que nos hablaba y la regañó.

- ¡Paola! Debes dejar de estar tan distraída, te están pagando por esto -en ese momento nos miró-. Vaya, hola, mi nombre es Pierina, Pao y y somos gemelas, es un gusto, me encanta Pentatonix y nunca pensé que los llegaría a conocer.

Estiró su mano en nuestra dirección y la estrechamos, un poco aturdidos por lo raro de la situación.

- ¿Saben? Se acerca mi cumpleaños -a Pao le brillaban los ojos- ¿No han pensado en hacer un trío con Avi como regalo para mí?

- ¡¿Qué?! -gritamos Mitch y yo al mismo tiempo.

- No le hagan caso, está algo... exaltada -la disculpó Pierina, avergonzada.

- ¡Señores Grassi y Hoying! sus cafés están listos -nos llamó la señorita del mesón. Mitch fue a buscarlos, dejándome solo con las gemelas. Cuando volvió, me echó una mirada que claramente decía "vámonos, por favor", a la cual asentí.

- Ehh, disculpen, pero tenemos que ir a nuestro estudio -dije, empezando a caminar a la salida.

- Claro, nos vemos pronto -sonrió Pao mientras Pierina asentía. Se me revolvió el estómago, ¿en qué momento aparecieron tantas fans locas?

Mitch y yo salimos de la cafetería y caminamos con rapidez al estudio, aún impresionados con todo lo que acababa de pasar.

~ Mitch~

Are the Scömìchers crazy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora