Semana 7

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~ Avi ~

Abrí la puerta del estudio de un empujón, molesto por todo lo que ha pasado, el día está soleado pero lo siento tormentoso, nublado, diluviando, todos los desastres naturales juntos si es posible.

Anoche dormí muy mal, por lo que caminé a la máquina del café para servirme uno. Esperé a que estuviera listo, tomé el vaso de plumavit y le di un sorbo.

- ¡Mierda! -exclamé al sentir el líquido quemarme la lengua. Definitivamente iba a ser un mal día, debería haberme quedado acostado.

Soplé mi café mientras me lamentaba internamente por el dolor de la quemadura, más enojado que antes.

Miré hacia la puerta de entrada, y pude ver que Kirstie había llegado.

Junto con Jeremy.

Bufé mentalmente, desde que Kirst confesó su embarazo, esa parejita no ha hecho más que aumentar su aura de amor dulce y eterno, tiñendo de rosa todo a su alrededor.

Pero yo no me creo nada.

No puedo dejar de pensar en lo incómoda que Kirstie se ve cada vez que está cerca mío, y en lo asustada que estaba cuando nos ocultaba lo del embarazo. Somos sus amigos, ella sabe que haga lo que haga la vamos a apoyar.

Entonces, ¿por qué ocultarnos algo tan importante?

La rubia se despidió de su novio con un beso y entró al estudio, la miré con nostalgia, sintiendo mi corazón trizarse un poco más.

- ¿Por qué esa cara, Avi? -me interrogó con una sonrisa, suspiré y tomé otro sorbo de café, ahora sin quemarme, por suerte.

- El día no ha ido de la mejor manera -resoplé.

- Vamos, anímate, el tour empieza la próxima semana, ¿no quieres volver a ver a todos los fans?

- Sí... -respondí desanimado.

- Vamos, no te oyes muy confiado -me tomó del brazo y me obligó a caminar a su lado- ¿Quieres o no?

- Sí.

- No te escucho -rió.

- ¡Sí, quiero verlos! -muy a mi pesar, una sonrisa se formó en mis labios, es el efecto que Kirstie siempre provoca en mí, no puedo evitar sonreír como un bobo cuando se me acerca, cuando me habla.

Porque estoy perdidamente enamorado de ella, aunque me duela en el alma no se correspondido.

Kirst soltó una carcajada y me siguió guiando hasta la sala, dejando detrás nuestro mi molestia y mi terrible inicio de día.

~ Mitch ~

- ¡Scott! -exclamé, llamando la atención de mi novio.

- ¿Qué sucede, Mitchie?

- Te amo -dije sonriendo, logrando que se sonrojara y me devolviera la sonrisa.

- Yo también te amo -se acercó a mí y me besó dulcemente, luego se separó de mí y tomó mi mano-. Vamos, se nos hará tarde si sigues exigiéndome mimos.

- Los mimos son esenciales en toda relación de pareja -bromeé, empezando a caminar para llegar al estudio, que ya era visible en la distancia.

- Sí que lo son -concordó-. Y hablando de pareja... Mitch, estoy muy feliz por que hayamos durado tanto, al principio tenía miedo de que no funcionara, pero me has demostrado que estamos hechos el uno para el otro, no había forma de fallar.

- Claro que no -reí-. Créeme, me casaría contigo.

Scott no rió con mi broma, solo soltó mi mano para pasarme el brazo por los hombros y entrar al estudio abrazados.

Are the Scömìchers crazy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora