Semana 11

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~ Scott ~

- Tu maleta pesa una mierda, Grassi - me quejé cuando terminé de subir las cosas al autobús.

Escuché su suave risa detrás de mí.

- Es que llevo medio clóset, es comprensible - dijo, dando un beso en mi mejilla, quitando de forma inmediata la mala cara que tenía.

Nos sentamos en la parte de atrás del autobús, viendo como todos empezaban a subir, mientras que yo jalé de la cintura de Mitch, provocando que cayera en mi regazo entre suaves risas, apoyando su espalda en mi pecho, mientras entrelazamos nuestros dedos sobre su estómago.

-¿Te digo algo? - susurro contra su oído.

-¿Qué?- respondió con una sonrisa.

Besé el inicio de su cuello.

- Te amo - le volví a susurrar.

Giró su cara a mí.

- Yo también te amo - dijo antes de plantar un casto beso en mis labios.

Sonreí.

- Dios mío, la diabetes.

Nos giramos a la voz familiar, encontrándonos con Alme, que nos sonreía divertida, pero con un brillo de ternura en sus ojos. Me sonrojé.

- Alme, no seas tan seca - regañó Sarai.

- Quien lo dice - burló Vale.

Mitch y yo reímos al grupo de amigas.

-¿Mi reina seca? Jamás, ella es un bodoque de amor - intervino Rommy, que entró con una sonrisa y se acercó a dejar sus cosas en el camarote debajo de Sarai.

- Eso no te lo crees ni tú - burló una quinta voz que reconocí de inmediato.

La chica de cabellos castaños nos sonrió alegre, agitando su mano a nosotros, dejando un par de maletas junto al sofá.

-¿Cami? - inquirió Mitch, con sus mejillas cubriéndose con un suave color rojo.

- Holi - dijo sin quitar su sonrisa.

-¿Qué haces aquí? - pregunté, sintiendo mis mejillas calentarse por igual.

- A Esther le gustó como trabajo, y me contrato por un par de conciertos más, hasta que vuelva a integrarme al trabajo, estaba de vacaciones - dijo, sentándose junto a nosotros.

Mitch se tensó, pero soltó una sonrisa irónica.

-¿Pasas tus vacaciones trabajando?

Las chicas rieron ante, la aparente, inocente frase de Mitch.

- Estoy trabajando para Pentatonix, cree que estas son las vacaciones deseadas de mi vida - completó Cami, con una media sonrisa.

Mis mejillas quemaron a sus palabras.
Todos terminaron de subir al autobús, que no tardó en arrancar apenas estuvimos listos, preparados para otro largo viaje de noche a otra ciudad.

Ambos seguimos en la parte de atrás con el resto del grupo, mientras que las chicas, en busca de la misma privacidad, estaban en los sofás de adelante.

- Cami, vamos, por lo menos dinos de qué trata el shot - protestó Alme en español, tratando de ver algo en la laptop de la chica, pero que ella inteligentemente, bajó la tapa a tiempo.

Es tan intrigante cuando comienzan a hablar en español, les empecé a prestar atención de inmediato...

- No les voy a decir una mierda, aprendan a esperar - rió Cami.

Are the Scömìchers crazy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora