Meredith no me miró. No dijo nada. Simplemente se quedó allí.
-¿Por qué lo hiciste?- Pregunté.
-Me arrebataste lo que más quería.- Ella me respondió.
-¿Mi padre? Mi padre nunca fue tuyo, una cosa es que te lo follases otra es que el quisiese algo más contigo, y déjame decirte, que solo te quería para eso.- Dije. Ella simplemente se calló pero me miró con una mirada fría y si no tuviese a Ezra al lado me habría asustado.
-Debí haberte matado cuando tuve la oportunidad.- Ella me dijo. Pero no la hice caso. Ezra y yo salimos de allí de la mano. Cuando estuvimos de nuevo con mi madre y con Claire, Claire saltó de su sitio y vino corriendo a mí.
-¿Mami, estás bien?- Ella me preguntó.
-Estoy perfectamente, cariño.- Contesté sonriendo.- ¿Quieres que vayamos a casa de los abuelos a cenar? Me muero de hambre.- Dije sonriendo.
-Claro, vamos. Prepararemos la cena todos juntos.- Dijo mi madre sonriendo.
-Creo que Ezra y Mike debería de quedarse en el salón y no acercarse a la cocina. No queremos salir ardiendo por su culpa.- Dije riéndome.
-Mis dotes de cocina han aumentado durante estos años. Ahora puedo hacer macarrones con queso sin quemarlos.- Me contestó Ezra fingiendo estar ofendido.
-Si no lo veo, no lo creo.- Me reí dándole un beso en los labios.
-Como te he echado de menos.- Él me dijo estrechándome en sus brazos tan fuerte que casi no podía respirar.
-Te quiero tanto.- Suspiré en sus brazos, no me quejé de lo fuerte que me abrazaba porque necesitaba tenerlo tan cerca.
Cuando mi madre vino a decirnos que nos íbamos noté que no quería interrumpir nuestro momento, me acerqué a ella y la abracé también.
-Te he echado de menos, mamá.- Suspiré.
-No tanto como yo te he echado de menos a ti, cariño.- Ella me respondió dándome un cálido abrazo como el que solo las madres pueden dar.
-¿Y yo no tengo mi abrazo?- Preguntó Claire con una mirada triste.
-Claro que sí.- Dije abrazándola. Como era pequeña para su edad la pude coger en brazos y su olor llenó mis fosas nasales. Como había echado de menos a mi familia. Después de dos años sin verlos... no dejaría que nadie me volviese a apartar de ellos.
Una vez que llegamos a casa de mis padres, mi padre y mi hermano estaban allí esperándonos. Claire corrió hacia Mike quien la cogió en brazos y la empezó a dar besos por todos lados. Me encantaba que se hubiesen tomado bien la noticia de que eran abuelos, se me había hecho muy difícil no poder disfrutar de los primeros años de la vida de mi hija, pero no quería ponerla en peligro, ni a ella ni a Ezra. Me arrepentía de haberme perdido sus primero años, pero no de haberla mantenido a salvo, sabía que si hubiese tenido aquí a Claire ahora estaríamos muertas las dos.
-Aria, ¿Por qué no subes con Ezra a la habitación a recoger algunas de tus cosas mientras que Mike y Claire van a comprar unas cosas que necesito para hacer la cena?- Mi madre me preguntó asomándose por la puerta de la cocina.
-Tío Mikey, ¿puedes comprarme un poco de chocolate cuando vayamos a la compra?- Preguntó Claire mirando a Mike con su cara de cachorrito. Ninguno nos podíamos resistir a esa carita. Se la enseñé yo cuando fui a visitarlos y ella tenía 5 años. Quería que Ezra la comprase un helado de chocolate, pero como era de noche y luego no querría ir a dormir Ezra no se lo quería comprar, digamos, que al final, Ezra tuvo que comprarnos un helado a cada una. Esa noche me lo pasé muy con mi familia, a pesar de que al día siguiente me iba a volver a ir. Aún me acuerdo de la cara triste de Claire cuando llegaba la hora de marcharme, estuve tantas veces de quedarme allí para siempre... Pero nunca pude dejar a mi familia sin decir nada, sin que ellos supieran donde estaba. Aun así lo acabé haciendo.
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Gone
RomanceAria y Ezra tienen una hija en común, pero es Ezra quien está en la vida de su hija. Una mañana, Ezra recibe un mensaje y tiene que volver a Rosewood con Claire y todos los fantasmas que le seguían se le echan encima.