Ezra POV.
Cuando Aria salió del hospital decidimos que era hora de volver a casa, a San Francisco. Claire y yo estábamos haciendo las maletas mientras Aria estaba con sus padres preparando algunas cosas. Aria se iba a quedar en casa de sus padres mientras terminaba de hacer unas cosas que tenía que hacer. Al principio quería quedarse en el apartamento, pero sus padres se negaron y se quedará en su casa hasta que vuele a San Francisco con nosotros.
-Pensé que después de todo lo que había pasado... mamá volvería con nosotros ahora a casa.- Claire me dijo.
-Cariño, mamá tiene que hacer unas cosas antes de volar a San Francisco con nosotros. Pero estate tranquila, te prometemos que va a volver esta vez y para siempre.- La consolé cogiéndola en brazos.
-¿Me lo prometes?- Preguntó.
-Te lo prometo.- Susurré. Ambos cogimos las maletas y las dejamos en la puerta para yo poder apagar los electrodomésticos y cortar la luz del apartamento.- Estamos listos, podemos volver ahora.- Dije cogiendo nuestras maletas y bajándolas al coche.
-¿Vamos a ir a despedirnos de mamá?- Preguntó.
-Ellos van a estar en el aeropuerto cuando lleguemos.- Contesté. Después de diez minutos de viaje en el coche miré a Clarie y se había quedado dormida. Sonreí y fui un poco más despacio para no despertarla.
Cuando llegamos al aeropuerto, bajé las maletas del maletero y desperté a Claire.
-Cariño, hemos llegado.- Dije suavemente acariciándole la mejilla.
-¿Ya estamos en San Francisco?- Preguntó aún dormida.
-No, cariño. Estamos en el aeropuerto de Filadelfia.- La dije. Ella abrió los ojos de golpe.
-Tenemos que ir a despedirnos de mamá y de los abuelos y el tío Mikey.- Ella dijo bajándose del coche.
-Vamos, nos están esperando dentro.- Dije dándola la mano.
Una vez que entramos vimos a Aria y a su familia sentados en las sillas. Claire corrió a ellos y yo fui detrás de ella.
-Mami ¿me prometes que más tarde vendrás a San Francisco?- Ella la preguntó.
-Cariño, más tarde no voy a poder volar a San Francisco.- Ella la dijo a Claire y Claire estuvo a punto de ponerse a llorar.- Porque cuando estás en San Francisco no puedes volver a volar allí porque ya está allí.- Ella dijo.- Me voy a ir con vosotros ahora.- Ella terminó.
-¿Vas a volar con nosotros hoy?- Claire la preguntó con ilusión.
-Sí, cariño. No puedo volver a dejaros ir. Ya lo he arreglado todo y si falta algo ahora existe el internet. Y siempre podemos volar para ver a los abuelos y Mike.- Ella la contestó y la abrazó con emoción.
-¿Ahora vamos a vivir todos juntos, no? Como las familias normales.- Claire cuestionó.
-Claro que sí, cariño. Vamos a vivir todos juntos y vamos a ser una familia. Vamos a ir al parque, podemos hacer todo lo que tú quieras.- Aria la contestó y vi que tenía los ojos con lágrimas.
-Te quiero mucho, mamá. Y me alegro mucho de poder pasar mucho más tiempo contigo.- Claire la dio un beso en la mejilla y después la dijo algo al oído antes de ir a abrazar a Mike y a Ella y Byron. Aria se acercó a mí y me abrazó por el cuello.
-¿No te molesta que viaje con vosotros ahora, no?- Me preguntó.
-¿Cómo me va a molestar? Me hace el hombre más feliz del mundo. No puedo esperar a vivir todo lo que me queda de vida contigo y con Claire.- Contesté besándola apasionadamente.
-Cuanto te he echado de menos. No me canso de decírtelo.- Ella me susurró contra mis labios.
-No tanto como te lo hemos echado Claire y yo. Por fin va a tener a alguien que le sepa hacer trenzas y que la pueda ayudar con la ropa.- Me reí.
-Todos sabemos que tu no sirves para eso.- Ella se rio conmigo. Volvió a juntar sus labios con los míos. Está vez era un beso cálido, de esos que se dan en las películas y con los que la gente se queda embobados.
-Vuelo con destino a San Francisco. Pasen por la terminal 2.- Ese era nuestro vuelo.
-Es hora de empezar nuestra familia de verdad.- Aria susurró. Abrazó a sus padres y a su hermano y después cogió de la mano a Claire y yo también lo hice y caminamos los tres juntos hacia nuestro avión.
-Esperar.- Claire dijo dándose la vuelta. Ella corrió de vuelta a donde estaban Ella, Byron y Mike y le dio algo a Mike. Ella siempre llevaba un colgante de una sirena que le compramos Aria y yo cuando nació. Vi a Mike a punto de llorar y como la abrazó. Después de eso, Claire vino corriendo a nosotros de nuevo.
-Casi se me olvidaba dárselo.- Ella dijo suspirando.- Es para prometerle que vamos a volver a Rosewood y les vamos a volver a ver.- Ella dijo y volvimos a andar.
-Ellos vendrán muchas veces a visitarnos a casa.- Dije sonriendo.
-Lo sé, pero quería que el tío Mikey siempre me llevase con él. Dice que le traigo suerte en los partidos de Lacrosse, y como ahora no voy a poder ir a verle a todos los partidos... siempre voy a estar con el.- Ella dijo sonriendo.
-Eres la niña más buena que puede haber en este mundo.- Dijo Aria abrazándola.
Los tres nos montamos en el avión, por suerte nos había tocado los tres asientos juntos.
-¿Puedo sentarme en la ventana?- Preguntó Claire.
-Claro, yo me marearé si lo hago.- Dijo Aria sonriendo. Una vez sentados, Claire miraba por la ventana como íbamos cogiendo altura. Giré un poco la cabeza y vi que Aria me miraba con una sonrisa enorme.
-¿Qué pasa?- La pregunté.
-Simplemente me gusta mirarte. Aún no puedo creer que estemos volviendo a empezar de nuevo en una ciudad nueva con nuestra niña. Cuando estaba encerrada pensaba que nunca nadie me iba a sacar de allí. Pero me alegro de haber salido, lo único que cambiaría de mi vida sería haberos dejados solos.- Ella me dijo apoyando su cabeza en mi hombro.
-Te quiero, Aria.- La susurré.- Siempre lo he hecho y siempre lo haré. Todos cometemos fallos y siempre tenemos que tener una oportunidad para remediarlos.- La dije.
-No puedo esperar a pasar el resto de mi vida contigo.- Ella me susurró y se quedó dormida en mis brazos.
Ueh ueh ya tengo internet en mi habitación, ya era hora. Es lo malo de vivir en una casa tan grande, el wifi no llega a todos lados :)
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Gone
RomanceAria y Ezra tienen una hija en común, pero es Ezra quien está en la vida de su hija. Una mañana, Ezra recibe un mensaje y tiene que volver a Rosewood con Claire y todos los fantasmas que le seguían se le echan encima.