8 de septiembre

52 0 0
                                    

Una de las razones por las que fui tan infeliz durante años era porque nunca aceptaba mis emociones y trataba de mantener siempre el control.

No me di cuenta entonces que debido a ese desesperado intento de mantener el control de mi vida, era yo la que me perdía en el proceso. Mis adicciones me daban un falso sentido de seguridad. Estaba demasiado hundida para entender que cada día me alejaba más de mí. Me aferraba al dolor y usaba mis adicciones para adormecer mi sufrimiento. Cuando pedí ayuda por primera vez sentí que perdía el control por completo, ya no tenía nada que ocultar y odiaba esa sensación. No entendía que tenía que entregar mi poder a algo más grande. Hoy agradezco infinitamente haberlo exteriorizado todo y haber pedido la ayuda que necesitaba.

Meta: Cuando alguien te pregunte cómo te sientes, no respondas simplemente bien; dile exactamente cómo te sientes.


Staying Strong: 365 Days A YearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora