5 de julio

42 2 0
                                    

La mejor medicina para la vergüenza es la capacidad de reírse de uno mismo.

Me he caído en el escenario muchas veces. La verdad es que soy un poco torpe y es algo que he aprendido a aceptar e incluso apreciar. Cada vez que me caigo puedo elegir entre avergonzarme y salir corriendo o ponerme de pie tranquilamente, posar y sonreír. Si consigo que el público se ría conmigo antes de que se ría de mí, entonces la caída no duele.

Meta: Ríete de ti misma. No te tomes todo tan en serio.


Staying Strong: 365 Days A YearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora