24. Sin palabras.

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SHANNON POV.

Me desperté con el sonido de la puerta, había alguien en el living esperándome. Yo sin darme cuenta baje en musculosa y pantis.

- Vaya que espectáculo - Me decía Spencer, mirándome.

- Sácame una foto así te dura más - Decía en sarcásticamente.

-Vamos a empezar ahora con el entrenamiento, claramente te necesitan... Te necesitamos.

Me cambie rápidamente y al salir de la casa, todos estaban ahí esperando.

Los separe en dos grupos. Uno era con cuchillos y el otro con armas, claro sin balas para que sepan como moverse. Empecé mostrandoles como se tenían que mover y todo. Durante la lección sentía que él me miraba.

Luego de unas horas de estar enseñándoles todo. Me sentía bien, esas personas iban a poder defenderse, sobrevivir. Eso era lo que importaba, no el tiempo que me tome enseñarles, si no que puedan hacerlo.

Volví a ir a la casa, Deanna me había dejado mucha comida, claro que la iba a saber aprovechar. Todo funcionaba, había agua, electricidad. Puse algo a cocinar, no sabía en que momento se había vuelto de noche.

Empece a recordar como extrañaba a mis hermanos, a mi familia, a Carl. Si estaban bien o mal. Necesitaba despejarme de eso, agarre una majestuosa cerveza y me fui a sentar al porche a mirar la noche.

- ¿Te importa si me siento contigo? - Me decía Spencer.

- ¿Acaso me espías o sigues? - Decía sonriendo, pero no era una sonrisa de verdad.

- No... Quiero decir si.. no. - Se ponía nervioso al hablar.

- Tranquilo, agarra una. - Le señalaba las botellas.

En momentos así me encanta mirar el cielo, porque es lo único que sigue siendo igual. Ya nada queda, nada nos queda.

Y claro la culpa me consumía, haberme ido, dejarlos. Todo por mi deseo egoísta de no querer sufrir. ¿Les cague la vida? Posiblemente.

- ¿En qué piensas? - Me decía prestándome mucha atención.

- En mi familia, hice algo que no tenía que hacer. Pero ya no puedo volver, creo que ni siquiera estaba ahí desde hace tiempo.

- Si quieres descargarte... Estoy más que dispuesto a escucharte.

Le empecé a contar todo, desde el momento en que los conocí a todos, cada palabra, risa y lagrima. Mis hermanos, evite muchas cosas.

Solo me miraba fijo, lo cual me ponía nerviosa - ¿Y?

- Es mucho para tan solo tener 17 años.

- No creo, en cualquier momento podemos morir. Nada es mucho ahora.

- Sentimentalmente es mucho, si el mundo fuera lo que era antes y tuvieras la vida normal de un adolescente, sería más de lo que pensas.

- Eso lo se, pero lamentablemente no tengo la vida normal de un adolescente. Uso armas y ni siquiera es vivir, es sobrevivir esto.

- Prefiero sobrevivir a ser uno de ellos.

- ¿Por qué esto esta pasando? - Una pregunta que me venía haciendo hace tiempo.

- En el infierno no quedo más lugar, entonces todos volvieron... De la peor forma. - Por primera vez realmente lo mire a los ojos. - Pero no voy a dejar de tener esperanza de que todos vivamos.

- ¿Cómo puede importante tanto esto?

- Si hacemos esto, elegimos un mundo donde nada importa, donde nadie mas importa. Y todos recordaremos en este preciso instante como el momento en el que destruimos este sitio.

Me había dejado completamente sin palabras.

No se porque hice lo que hice, me pare para ir a caminar pero él me agarro de la mano, me estrello contra su cuerpo y me beso. Era una necesidad de los dos hacerlos, una guerra se desataba entre nuestros cuerpos. Spencer me tiraba de la cintura pegándome todavía más a él, yo entrelazaba mis dedos en su pelo. Mi cuerpo no reaccionaba a hacer otra cosa.

Me fue soltando lentamente, frente con frente.

- No se que causas en mi, pero creo que vas a ser mi perdición Shannon. Tu y todos tus misterios son tan interesantes. No eres solo lo que me contaste. Hay más en ti, con solo mirarte puedo saberlo.

- Todos tenemos nuestros demonios Spencer.

Mirar a los ojos a las personas era algo que me solía encantar incluso ahora, mirarlo a él me mareaba, mareaba mis pensamientos.

- Supongo. - Me dedico una sonrisa de costado. - Besas bastante bien, tengo que admitir. El mejor beso del mundo.

Riéndome lo abracé con mucha fuerza. Él volvía a hacer lo mismo, aferrarme a su cuerpo, como si soltarme o estar un centímetro separados haría que alguno de los dos muera.

- Tendríamos que irnos a dormir. - Le susurraba al oído.

- Tendríamos... Pero todavía tenemos cervezas y a nosotros.

- No puedes dejar de abrazarme ¿Verdad?

Su voz me causo un cosquilleo. - No podría.

- Me pasa lo mismo. Nos acabamos de conocer, pero hay algo en ti que me causa confianza.

- Eso es lo que quiero, a veces lo inesperado es lo mejor pequeña.

Por alguna razón los recuerdos me volvían, me dolían. Lo abrace con más fuerza, sin saber que era posible. No quería que me duela más, tenía que parar con todo eso.

- No quisiera perderme estar contigo, pero no me siento muy bien. Me iré a dormir. - Le dije mientras me iba soltando.

- Claro, tranquila. Si pasa algo sabes donde estoy. - Antes de irse nos besamos con más tranquilidad.

Subí a mi habitación, tirándome a mirar el techo. Quería dormir y me di cuenta que nada valía la pena si sufría. En ese momento decidí olvidar para siempre a Carl, olvidar que lo odie, lo ame, su sonrisa, su llanto, su piel, olvidar que todo paso. Solo fue un chico con el que compartí grupo y casa. 


Hola, holiwis... ¿Qué va a pasar con todo esto? ¿Qué son Team Carl o Team Spencer? Yo lo tengo en secreto... 

Gracias por leer, votar y comentar,  significa mucho para mi. Gracias por el amor. -L


Tenemos que sobrevivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora