Hacía ya varios minutos que Bobby había comenzado a hablar en un intento de desahogar todo lo que llevaba encima, a pesar de no estar diciendo prácticamente nada aunque de sus labios salieran infinitas palabras. Hana se mantenía en silencio, haciendo de la conversación un monólogo que el chico llevaba con unos ánimos pésimos.
Hana no era tonta, sabía que aunque eso pareciese, Bobby no se estaba abriendo para nada a ella. Y cuanto más lo escuchaba, menos lo conocía, o eso pensaba. Finalmente, tras dos minutos intensos llenos de maldiciones, quejas y lamentos hacia sí mismo Hana suspiró, viéndose no muy contenta por aquello.
—Pero tú no tienes la culpa de nada...
Jiwon ladeó la mirada hacia ella.
—No lo entiendes.
Y era cierto, Hana no entendía a Bobby. A decir verdad la chica no se veía capaz de poder entender a alguien a la perfección si ni siquiera lograba entenderse a sí misma. Eso era algo que había asumido desde hacía tiempo, algo que también la hundía en un pozo lleno de algo muy parecido a la soledad.
La mirada de la chica estaba puesta en él, en su rostro: Sus marcados pómulos, su barbilla, su pequeña nariz, esa marcada línea de la mandíbula... Y por fin llegó a sus labios, no pudo evitar sentirse atraída por éstos aunque no sean lo que más le gusta de él. Lo que más le gusta de él está más arriba, y no, no son sus ojos, es su mirada.
Las miradas de ambos coincidieron, haciendo que pareciera que el mundo hubiera parado durante un cuarto de segundo, acompañado de un nuevo pinchazo. Un presentimiento. Algo que no sabía definir. Hana continuaba con la mirada clavada en sus ojos y entreabrió los labios, para hablar, aunque las palabras no salieron de estos hasta segundos más tarde. Sin pensar siquiera lo que iba a decir, soltó:
—Entonces déjame entenderlo. –Soltó casi sin pensarlo antes–. Déjame conocerte y ábrete a la gente, no puedes recriminar que no te comprendan si eres tú el que se cierra a los demás.
—Es lo que estoy haciendo. ¿Qué más quieres que haga? –Preguntó, apartando finalmente la mirada de ella con un suspiro.
—No lo sé.
Terminó murmurando, apartando ella también la mirada. Al hacerlo, su atención se posó en las manos ensangrentadas del chico. Hasta ahora no había reparado en toda aquella sangre que manaba de las heridas que había en sus nudillos, tragó saliva, aunque parecía que el sangrado ya había parado podía notar que le dolía por el temblor de sus manos, que sufrían pequeños tics.
—Joder, tenemos que curarte. ¿Te duele mucho?
Preguntó Hana mientras cogía sus manos entre las suyas para poder ver más de cerca aquellas heridas, al hablar se encontró con la mirada un tanto sorprendida de Bobby.
—¿Qué pasa?
Él negó con la cabeza, restándole importancia.
—Nada, solo que... Nunca imaginé que te escucharía hablar de esa forma. "Joder" no te pega, chica perfecta. –Explicó, todavía con aquella mueca perpleja.
Fue entonces cuando Hana notó como continuaba sosteniendo sus manos, así que las soltó en un impulso, notando como la vergüenza enrojecía sus mejillas. Aunque Jiwon no lo notó por la oscuridad de la noche. Ella se levantó del banco en un pequeño salto y le dio una palmada en el hombro.
—Esa chica no existe esta noche. Venga, vamos, creo que hay una tienda cerca donde podemos comprar lo que necesitamos para curar eso. –Contestó algo nerviosa.
"No me jodas Hana, tranquilízate y actúa normal. No te expongas a él tan fácilmente. Tú puedes, eres una chica dura." Se repetía en su mente una y otra vez, intentando calmarse. Acababa de darse cuenta de que estaba a solas con él en mitad de la noche, Kim Jiwon estaba a su lado ahora mismo y era la mejor oportunidad de su vida.
ESTÁS LEYENDO
Tormenta || iKON || Bobby
FanfictionJiwon se esforzaba una y otra vez por escapar de la rutina en la que había quedado atrapado. Hana intentaba encajar y resaltar en un mundo de sonrisas y amistades falsas. Ambos eran los más populares del instituto. Ella fue la única que pudo ver l...