Capitulo 21

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Roncaba demasiado fuerte y un pequeño hilo de saliva salía de sus labios. Lauren estaba completamente dormida pues había caído rendida en la cama del hotel. No había cenado, no se había bañando y no había visto a sus padres.
Lo único que quería la chica era dormir pues cuando su despertador sonará a las 8:00 am sus nervios crecerían, así es, ya era la final del torneo de surf.
Su alarma sonó puntual y con un tono de gallos. La chica abrió lentamente sus ojos y por un momento vio todo borroso, sus párpados le pesaban y volvió a cerrar sus ojos.
—¡Lauren!—escucho que alguien anunciaba su nombre así que para no volverlo a escuchar, aventó sus sábanas y lentamente se levanto de la cama mientras con sus puños frotaba sus ojos.
Se dirigió al baño y se dio un baño a agua fría. Se puso su traje de baño que había encontrado alado de su cama con una nota. "Para nuestra campeona" sus padres le habían comprado un traje de baño color negro con toques azules.
Encima de este, una playera blanca y un short rojo fueron sus prendas. Salió del baño y se topó con un espejo de cuerpo completo, tenía que admirar a aquella pequeña niña que había crecido con el gran sueño de tener un trofeo de surf en sus manos.
Solo que por un momento sus labios decayeron. ¿Por qué? Porque hay momentos en la vida que son de felicidad pero pensar mucho en ello puede contraer remordimientos.
¿A qué se refiere? Hoy sería la última vez que vería a Camila.
Se sintió afortunada por saber que las sirenas y tritones existen, pero a la ves se sintió culpable y sucia por lo que iba hacer.
—No es momento de ponerse triste, Camila tendrá un mejor lugar, la familia de Dinah sabe sobre cosas místicas del océano, ella la cuidara, ella sabe cómo cuidarla... Yo no—se dijo a sí misma de modo que se creyera su propia mentira.
—Lauren, ¿por qué demoras tanto?—escucho la voz de su madre apoderándose del cuarto. La chica de ojos desvío su mirada y se encontró a su madre parada en la puerta con una mirada de asombro.
Sus mejillas se coloraron al escuchar las palabras que decía su madre.—¿Tú eres mi hija? ¿Quién es esta mujer hermosa?—decía su madre mientras se acercaba a la oji-verde con los brazos abiertos.
Madre e hija se hundieron en un cálido abrazo.—Lauren, ten mucho cuidado hoy, esas olas son feroces...—Lauren no pudo retener una risa simple.—¡Mamá! Todo va a salir bien—aclaró la chica.
Madre e hija se separaron por unos centímetros, por esos centímetros la madre de Lauren dudo de la felicidad de su hija, es decir, es su hija y la conoce como la llama de su mano. Sabía que su hija no estaba cómoda y feliz pues sus ojos verdes no brillaban.
—¿Qué pasa? Algo te molesta—dijo su madre mientras pasaba su mano sobre la mejilla de la chica.
Por otro lado, Lauren tenía un impulso de decirle a su madre sobre Camila pero no iba a ser sencillo. Dejando a un lado que se enamoro de una mujer la cuestión era que se enamoro de una mujer-sirena, lo último era muy raro.
Su madre sabía las preferencia sexuales de su hija.
—Es que, no sé qué hacer...—soltó Lauren mientras se apartaba de su madre y camina al balcón de su cuarto.
—¿A qué te refieres? Dímelo—dijo la mujer mientras se ponía alado de Lauren y tomaba de su mano.
—Mamá, tú qué harías si conocieras a alguien pero por obtener dinero extra tienes que entregarlo a una familia que no sabes si lo cuidara bien—primero que nada, el pequeño problema de Lauren estaba muy extraña.
—¿Te enamoraste de un pez?—bromeó su madre.
—¡No! O bueno, contesta a mi problema—intervino Lauren.
—Bueno, hay un punto que te da la solución, el dinero, quieres intervenir en la libertad de alguien sólo por tu beneficio propio, eso es egoísta.
—¿Y si no es para beneficio propio? Tal vez le des el dinero a alguien que lo necesita.
—Sigue siendo egoísta, hay mil maneras de conseguir dinero sin intervenir en la vida de alguien más. Pero, ahora es mi turno de preguntar... ¿Por qué te preocupa esto?
Lauren tenía en la punta de la lengua la frase "Me enamoré de una sirena" pero tenía miedo, tenía nervios, quería hacer pipí pero sobre todo, pensaba que su madre creería que se había vuelto loca.
—Lauren, dímelo...—insistió su madre.
La oji-verde estaba un 75% decidida de decirle, miraba el mar y solo pensaba en aquellos hermosos ojos cafés.
—Lauren, sea lo que sea no me burlare o te ofenderé, pero dímelo, soy tu madre y debo saberlo.
—Me enamore de una sirena

~.~

Por otro lado, la playa donde sería la sede del torneo se estaba llenando de aficionados, familiares y periodistas. Todos querían tomar un buen asiento para contemplar la final del torneo de surf.
Había mucho movimiento y eso le llamaba la atención a la pequeña sirena Camila que se escondía tras las rocas.
—Lauren, ¿dónde estás?—se preguntaba a sí misma, porque la oji-verde había prometido llevarla a rescatar a su hermano antes de que la competencia diera inicio.
Un pequeño impulso empezaba a crecer dentro de la sirena, quería acercarse más a la costa pero aguardaba.
Pasaban los minutos y no había señales de la chica, solo pequeño botes empezaban a salir de la costa.
Camila se empezaba a desesperar, miraba el sol y las nubes, miraba a los humanos y miraba abuelos extraños botes.
Dejaba recargar su cabeza en las rocas y se decía a sí misma. "No tarda en llegar, de seguro se está poniendo hermosa" una y otra vez.
Un fuerte golpe se presentó, unas redes se presentaron alrededor de la sirena, varias sogas enredaron su cuerpo y unas manos cubrieron su rostro.

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Hola! Perdón por si hay alguna falta de ortografía o algo mal redactado.
L@s amo!

Deep ||AU|| (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora