Epilogo || Parte 1

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Tres años después.
Dinah.
El tiempo había pasado muy rápido y mi vida desde hace tres años fue muy distinta pues mi familia y yo decidimos dejar aquel asunto de las sirenas y tritones, la verdad ya no quería saber nada del asunto así es que decidí mudarme a Australia, así es, Australia es un lugar muy grande y pensé que podría reconstruir mi vida.
Vivía en una humilde casa con un adorable perro, él era como mi hijo, pero para poder brindarle alimento y cosas materiales decidí trabajar como ayudante de alguna escuela preescolar.
Los niños que no eran mayores de cinco años me brindaban felicidad y apoyo, pensaba que ayudarlos a escribir y a leer podía sentir esa feliz juventud. Debía admitir que la profesora era muy ruda aveces pero cuando ella se daba la vuelta yo era el pan de Dios con ellos.
Un lunes, la profesora del salón tercero amarillo no asistió así que la maestra y yo recibimos alrededor de quince alumnos, solo iba a ser por un día así que decidimos realizar alguna actividad didáctica con ellos.
—Muy bien niños, agarren su libreta y dibujen a su familia usando sus pinturas—exclamó la maestra, los pequeños con una gran sonrisa recurrieron a sus mochilas y se juntaron en equipos para compartir sus pinturas con los pequeños del otro grupo.
De repente, la maestra tuvo que retirarse pues tenía que hablar sobre unos asuntos con la directora. La verdad, así que me gustaba, estar yo con los dulces niños.
Mientras ellos dibujaban ambulaba alado de ellos y veía sus creativas creaciones... Fue hasta que la vi, vi aquel dibujo que me trajo tantos recuerdos, sentí algo en mí estomago como un remordimiento y sobre todo mis manos empezaron a sudar.
Me acerqué a aquella pequeña niña y me hinque para poder hablar con ella.
—¡Hola!—exclamé con una dulce voz.
La pequeña niña sin despegar su vista del dibujo me contestó con un gran "Hola".
—¿Cómo te llamas?—pregunto de modo que nuestra conversación diera inicio.
—Sarah—contesto la pequeña niña. Sarah tenía su pelo sumamente negro, tenía ojos verdes y su cara era muy dulce. Por otro lado, llevaba puesto un vestido de flores con un pequeño suéter rosa echo de algodón. En términos generales, la niña era muy hermosa.
—¡Muy bien Sarah!... ¿Me podrías explicar tu dibujo?—pregunte con una gran sonrisa. Sarah al escuchar mi pregunta, tomó su dibujo y lo alzó orgullosamente, tenía una gran sonrisa que hacía mostrar unos hermosos cachetes.
—Mi dibujo representa la historia de amor entre Lauren y Camila...

[...]

Durante el receso le pedí a Sarah que me contara más sobre Camila y Lauren. Cada palabra que decía ella era como una daga en mi corazón, la forma tan dulce en como lo contaba hacía que mordiera mi labio y bajara de vez en cuando la mirada pues no quería que mis ojos sé humedecieran.
Ella contó cómo se conocieron sus mamás, al decir esa frase... Ellas son mis mamás fue como una inmensa alegría pues después de la tormenta que les ocasione vino la paz en forma de una adorable niña.
Deje que disfrutara lo que restaba de su receso y me dejara ver con más detalló su dibujo. La pequeña salió y pude llorar, así de simple pues Sarah había dibujado la primera vez que Lauren y Camila rozaron sus labios, a un lado estaba Normani y sus padres y del otro lado, estaba yo con una gran sonrisa de oreja a oreja.
Lo extraño es que la pequeña no me reconocía, tal vez su madre Lauren no le había detalle de cómo era.
Su madre, eso era, tome una hoja de mi libreta y con una pluma azul redacte una carta, planeaba dársela a Sarah para que si por una simple razón ella llegara a dársela a Lauren.
Había acabado la escuela, los padres habían llegado a recoger a sus hijos. En aquel momento le di la carta a Sarah y le pregunté si podía ver a su mami pero ella negó con la cabeza, había dicho que su madre trabajaba durante todo el día y solo su tía estaba a cargo de ella.
—Bueno, solo dale la carta a tu mami y dile que es parte de Dinah—dicho eso, llegó una camioneta negra y sin decir nada, Sarah se retiró pero antes de subirse al auto grito.—¡Gracias Dinah!—subió al auto y este arranco.

Fin de la narración.

Sarah al llegar a su casa, dejó a un lado su mochila pues al día siguiente ella no iba a ir a la escuela. ¿Por qué? Su madre y ella harían un viaje de madre e hija, iban a celebrar el cumpleaños número cuatro de Sarah en las playas de Cedeña.
—¡Bien! Lávate las manos para comer—exclamó Normani, así es, Normani estaba a cargo de la pequeña niña mientras su madre estaba ausente.
Normani durante esos tres años había tenido un gran éxito en sus estudios, así que por su gran mérito tenía largas vacaciones.
La chica al ver que la pequeña subía al baño, decidió sacar todas sus libretas y ponerlas en la mesa, tal vez lavaría aquella mochila rosa.
Mientras la vaciaba salió disparada una carta, su curiosidad hizo que la tomara y la empezará a leer.
"Lauren y Camila,
Han pasado tres años y mi vida se ha basado en enseñar a pequeños niños, así es, mi familia decidió abandonar todo lo relacionado a sirenas y tritones... Nunca pensé en volvérmelas a encontrar, pero ese pequeño rayo de sol llamado Sarah hizo que mis recuerdos regresarán.
Han sido muy valientes ambas al portar el valor del amor verdadero a su hija.
Sarah y yo hablamos en la escuela y me contó una bella historia de amor.
Les pido perdón por ser la antagonista de su historia, hay veces que el dolor me llega y no puedo evitarlo...
En fin... Lauren te tengo que confesar que si no fuera por tu amiga Normani de seguro Camila estaría muerta. Normani fue un ángel conmigo, así que, si todavía sigues en contacto con ella... Dile que... Es la chica más generosa, amable y hermosa que he conocido.
Les mando todo el amor y les pido perdón.
Con amor.
Dinah"

Deep ||AU|| (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora