AIRPORT 2: Volver a Volar ✈|Larry Stylinson|

Capítulo 5.

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  "Su amor ya había soportado tormentas en el pasado, por lo que sabían que una simple lluvia como esa, no podría arruinarlos."

Cuando el café estuvo listo, lo sirvió en tres tazas las cuales puso en una bandeja donde ya se encontraba un pequeño plato lleno de galletas de vainilla y avena – sus favoritas -, el bote donde metían el azúcar y tres pequeñas cucharas, todo en perfecto orden.

Tomó la bandeja en sus manos y cuidadosamente caminó hacia la sala de estar donde se encontraban Harry y Louis en un silencio terrible, sentados uno enfrente del otro mirándose directamente, dejando en evidencia el hecho de que tenían mucho por decir.

Al llegar ahí, colocó la bandeja en la mesa de centro de la sala de estar y se sentó en el sofá libre a pesar de que sabía que ahí podían sentarse los tres juntos. El ambiente era muy tenso y ni siquiera el olor al café recién hecho y el buen aspecto de las galletas pudieron calmar la situación a pesar de que él estaba seguro de que todo estaría mejor con eso.

- Bien – comentó, Zayn, intentando parecer animado – tenemos café y galletas, así que supongo que podremos tener una plática decente – aplaudió, logrando que Louis girara los ojos con fastidio.

- ¿Por qué sabe dónde están las cosas en la casa? – preguntó el de ojos azules, mirando directamente a su esposo - ¿Por qué hay algo más que café en la alacena? – señaló las galletas - ¿Qué haces vestido de esa manera? – apuntó al uniforme - ¿Qué está pasando?

Harry miraba directamente a su esposo, quien se veía realmente preocupado, confundido y un tanto molesto por la situación, así que, sin más, soltó un suspiro y, por primera vez desde que había llegado a su casa, se animó a hablar.

- Zayn conoce todo eso porque vive aquí y él se encarga de llenar la alacena, así que supongo que es por eso que hay más cosas que café – miró a su mejor amigo y le regaló una sonrisa que no logró tranquilizarlo ni siquiera un poco. – Y no – interrumpió a su esposo antes de que hablara – no estamos juntos, no es mi amante, no somos nada más que mejores amigos compartiendo casa.

- ¿Y cuándo pensabas decirme acerca de esto? – Louis se cruzó de brazos, molesto.al cafe estar y se sentl otro, mirequeño plato lleno de galletas de vainilla y avena – s – Porque si mal no recuerdo, esta también es mi casa.

- Amigo – habló, Zayn – yo tenía problemas y Harry me tendió la mano. Es lo mismo que yo hubiera hecho por él.

Louis y Harry lo miraron atentamente ya que el tono que había usado para decir aquello había sido un tanto grosero, pero definitivamente él no se iba a disculpar, y menos con el de ojos azules que lucía como un completo estúpido dudando de su esposo como si antes él no le hubiera demostrado lo mucho que le amaba.

- Bien – se rindió el castaño – Pero debieron tan siquiera avisarme. No pueden pretender que no piense mal si llego a casa y lo encuentro a él viviendo aquí como si nada.