AIRPORT 2: Volver a Volar ✈|Larry Stylinson|

Capítulo 13.

"Y es común que para todos existan días en los que ni los pájaros canten a su alrededor".

Era un día frío y gris, justamente dos días después de que Louis había aterrizado en Londres - debido a que su trabajo había concluido – cuando todo sucedió, no tan sorpresivamente, pero igualmente doloroso.

Podía rememorar cada segundo de ese día en su mente como si se tratase una de las películas para las que su esposo trabajaba. Cuando cerraba los ojos aún podía sentir el frío del piso del pasillo del hospital, justamente el que pasaba frente a la puerta del espacio en el que se encontraba Jay. Sus piernas entumecidas por ese mismo frío y su pecho doliendo porque Louis ya llevaba demasiado tiempo dentro.

Ese día Lottie se había quedado a cargo de todo en casa para que él pudiese acompañar a su esposo al hospital. Ni siquiera le había importado que llevaran demasiado tiempo sin siquiera verse, eso realmente había quedado de lado.

Recordaba perfectamente el momento en que la puerta frente a la que había estado sentado tanto tiempo se había abierto de golpe revelando a un Louis con los ojos hinchados, llamando desesperadamente por una enfermera. Se había puesto de pie como un resorte, pero ni siquiera había podido llegar hasta el chico de ojos azules para sostener su mano porque en un abrir y cerrar de ojos ya estaba el lugar rodeado por enfermeras y un doctor – incluso Daniel se encontraba ahí -. Todo era demasiado confuso para su mente pero el ver a su esposo tan destrozado, abrazando a Dan que se encontraba en un igual o peor estado lo llevó a la cruel realidad.

Tuvo que esperar a que todos se fueran – seguidos por Daniel – para poder acercarse a Louis que se encontraba en ese momento apoyado en una pared fuera de la habitación que había ocupado su madre momentos antes. Tenía los ojos cerrados fuertemente, como si el abrirlos le fuera a mostrar algo que realmente no quería enfrentar y Harry tuvo miedo de siquiera tocarlo porque no quería romperlo.

- Hay que ver a las chicas – susurró, Louis, cuando Harry estuvo cerca.

El rizado saltó de sorpresa al darse cuenta de que Louis sabía que se encontraba a su lado pues él seguía con los ojos cerrados.

- Lo siento – fue lo único que atinó a murmurar.

Tal vez eso fue lo que le ayudó a él mismo a entender la situación en la que se encontrabajn porque en ese momento sintió sus ojos llenándose de lágrimas y un enorme dolor instalándose en su pecho como si lo estuviesen torturando.

Los ojos de Louis se abrieron de golpe para mirarlo atentamente al escuchar sus palabras, mostrándose completamente rojos. Su esposo negó levemente con la cabeza antes de acercarse a él y acariciar sus mejillas con ambas manos, consolándolo, incluso cuando eso debía de ser al revés.

- Nos has dado tanto apoyo durante todo este tiempo – su voz sonaba cansada y rota.

Harry se inclinó hacia enfrente, colocando sus frentes juntas mientras miraba al suelo. Negó con debilidad al tiempo que sentía más lágrimas avecinándose con fuerza.

- Son mi familia, Louis – dijo, seguro – Lo peor es que yo soy el que te debería de estar consolando en este momento – tomó la chaqueta del de ojos azules en sus manos y las apretó con sus puños.