-¿Por qué estás tan acelerado? -tropieza al entrar.
-Estoy preocupado Konan -cierro de un portazo- no se qué pasó anoche -me mira confundida.
-¿No recuerdas nada?
-Pues -me tiro en el sofá. Me duelen los muslos, mucho- ay -me quejo- me duelen las piernas
Konan se sienta junto a mi y me mira fijamente ¿qué pasa que todos me miran en silencio como si fueran a soltarme una bomba? Me acaricio las piernas y trato de recordar. ¿tropecé anoche? ¿dormí en mala posición?
-Sasori me dijo pocas cosas que la verdad me preocuparon más -me late la cabeza- dice que Hidan quería ahogarlo con alcohol y que lo último que recuerda es que yo propuse un juego -ella se ríe- ¿que?
-Lo siento es que el juego fue idea mía, sólo te pedí a ti que lo dijeras porque me daba vergüenza hacerlo -sus mejillas se tiñen de rojo- tu aceptaste inmediatamente por eso me río. No pensé descubrirte tan fácilmente, eres un pervertido.
-¿De qué hablas? yo no soy ningún pervertido -admito que tengo varias revistas y suelo ver pornografía pero eso no me hace un pervertido. Bueno, no es pornografía ''normal'' como muchos la llamarían pero no soy un pervertido.
-Deidara, sé que te gustan los hombres.
Mi corazón estalla y siento un enorme nudo en la garganta. No puedo decir nada, he quedado helado ¿cómo sabe que me gustan los hombres? ¿acaso dije o hice algo que me delatara delante de todos? Siento gotas de sudor bajar por mi frente y mi dolor de cabeza empeora.
-¿Cómo... -se me nubla la vista- ...lo sabes?
Ella deja de sonreír y me coloca una mano en el hombro.
-Tranquilo, todos lo sabíamos desde hace mucho. No tienes por qué preocuparte o asustarte, estoy aquí para ti. Somos mejores amigos ¿no?
Konan y yo nos habíamos conocido en la primaria y era la única que me hablaba. Los chicos decían que yo parecía una niña y Konan piensa que las chicas tampoco me hablaban por envidia a mi belleza, pero ella es diferente. Siempre ha sido muy amable y confío en ella más que en nadie. Ella me pidió que le presentara a mi amigo Pein y ahora son pareja. Hemos sido mejores amigos desde entonces.
-¿Fui tan obvio?
-No es eso, creo que nos dimos cuenta porque te conocemos mucho -me sonríe, su sonrisa es hermosa y agradable, me tranquiliza verla sonreír- pero lo que te interesa saber ahora es lo que pasó anoche ¿no? -se inclina e inevitablemente miro su escote. Sus pechos son realmente enormes y su piel es blanca como el papel pero aún así, no siento ninguna clase de atracción hacia ella o su cuerpo. Hacia ninguna mujer.
Me gustan los hombres.
-Estás muy pálido, deberías comer algo -me pone la mano en la frente- te prepararé algo de comer ¿de acuerdo? -asiento.
Camina hacia la cocina y busca en la nevera varias cosas para preparar una sopa. Organiza todo y empieza a cortar las verduras. Konan es realmente hermosa, me alegra que tenga a Pein. Si él no fuera mi amigo no estaría de acuerdo con verlos juntos, no quisiera ver a Konan con ningún hombre, nadie es suficiente para ella. Es amable y dulce, se preocupa por todos nosotros y su belleza es inigualable. Puedo hablar con ella como con nadie más y la considero una hermana para mí.
Cuando nos graduamos de secundaria y empezamos la universidad decidimos mudarnos juntos en un departamento rentado. Nos iba de maravilla. Poco a poco fuimos conociendo a todos los demás y nos hicimos cercanos muy rápido. Todos hemos pasado por momentos muy duros en nuestra infancia y se nos hace difícil hacer amigos pero Konan y Pein nos unieron a todos y ahora somos inseparables. Ellos empezaron a salir no mucho después de que ella y yo nos mudáramos juntos y como era incómodo para Pein que Konan viviera conmigo se mudaron a un departamento en un edificio nuevo en la parte alta de la ciudad. El edificio tenía pocos apartamentos pero todos eran enormes, con tres pisos y balcones y ventanas por todas partes. Me enamoré inmediatamente y no dudé en mudarme en el departamento de al lado. Poco a poco todos se fueron mudando hasta que vivimos en el mismo piso. Nuestros lazos se han afianzado mucho más y somos como una familia.
-¿Quieres té caliente?
-Si me encantaría -mataría por una taza de té ahora mismo- pero no tengo.
-Enseguida vuelvo, tengo mucho en mi departamento -sale y cierra con cuidado.
Me acuesto en el sofá y me cubro los ojos con el brazo. Me siento muy mal, tengo náuseas y un remolino gigante de preguntas en la cabeza. Ha crecido un arrepentimiento poco a poco desde que vi las marcas en mi cuerpo pero no sé por qué. Sasori tiene las mismas marcas ¿hice algo con Sasori? Lo dudo mucho. Amanecí en mi departamento y no le he dado llaves a nadie ¿lo hicimos aquí? También lo dudo. Sasori es increíblemente desordenado y hubiera dejado la casa hecha un desastre ¿lo hicimos en su casa? no lo creo, no hubiera sido capaz de hacer algo en ese desorden sin importar lo ebrio que estaba. Entonces ¿qué relación tienen nuestras marcas? No le pregunté por qué las tenía pero sé que no me hubiera dicho la verdad.
-Tengo té verde y negro ¿cuál prefieres? -dice Konan al entrar.
-Me da igual, me estoy muriendo.
-Deja de exagerar tanto, ni que fuera tu primera resaca.
-Pero es la peor.
-Seguramente por... -se detiene de golpe.
-¿Por qué? -la miro. Ella baja la cabeza y prepara el té.
-Insisto en que comas algo primero, no te ves nada bien.
-No me importa dime rápido ¿qué paso anoche? -me siento, molesto.
-Te contaré todo -suspira- no te alarmes así. No hiciste nada grave, sólo nos divertimos.
Levanto una ceja dudoso ¿hice algo con ella?
-No hiciste nada conmigo -al igual que Sasori parece leerme el pensamiento- me refiero a todos, Pein, Hidan, Kisame, Kakuzu, Itachi, Sasori, Tobi, Zetsu, tú y yo.
-Empieza de una vez -me desespero- quiero saber por qué tengo estas marcas -me arranco la camisa.
Ella fija sus ojos en mí y camina con la taza en mano. La pone en la mesa de centro y me pone la mano en el pecho.
-Son chupetones ¿no te das cuenta?
-Claro que lo sé, dime por qué los tengo y por qué Sasori está igual.
-No sólo son tú y Sasori -baja el cuello de su blusa y me muestra las mismas marcas- todos las tenemos, fue parte de los juegos de anoche.
-Konan ¿qué pasó?
-La comida no tardará mucho. Tomate el té con esta pastilla y te contaré mientras comes.
-Bien -pongo la pastilla en mi lengua y trago todo el té de un sorbo, quemándome la lengua- te quedó muy caliente.
-Sólo a ti se te ocurre tomártelo así de rápido -va a la cocina- ve a darte un baño, cuando termines ya estará servido.
Me levanto como puedo del sofa y voy al baño. Me desnudo y me miro en el espejo, tengo muchas marcas que me causan cierto placer. Siempre me han encantado esas cosas, chupetones y rasguños, quizá si soy un pervertido. Abro el agua caliente y me meto bajo el chorro, me lavo el cabello y salgo de la ducha. Me visto con una camiseta blanca y un jean y voy al comedor secándome el cabello con una toalla. La mesa está servida y Konan está sentada esperándome. Me siento y empiezo a comer, quemándome nuevamente.
-Eres muy impaciente, terminarás haciéndote daño.
-Cuéntame desde el momento en que llegué hasta que me fui.
-De acuerdo -se quita el cabello de la cara y me mira a los ojos.
La segunda parte. Sé que es más corta y que no pasa mucho pero en el próximo capítulo comenzara el lemon. Konan será la que relata la historia a Deidara. ¿qué clase de juegos propuso ella? ¿qué cosas aceptaron todos hacer? Hoy mismo subiré la tercera parte, espero que les guste. Abrazos, Atem.
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Lo que se quiere
FanfictionFanfic YAOI (Gay) de Akatsuki adaptado a la actualidad. Hard-Lemon Romance +18 Deidara es un enfermo, Sasori un sumiso e Itachi un mentiroso. Todo se relaciona cuando el deseo los controla.