Control

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-Te estoy diciendo que te quedes -le dice Itachi a Sasori golpeando la mesa.

Ambos giran la cabeza hacia mí al escucharme bajar las escaleras ¿qué hacen en mi casa? Sasori está sentado en el comedor, Itachi está de pié frente a él.

-Deidara -dice Sasori- ¿cómo estás?

Sinceramente, aturdido. No sé que demonios hacen en mi casa. Sasori se sorprende al verme. Me arde la garganta, detesto vomitar. Cada escalón que bajo es un corrientazo de dolor que sube por mis muslos, me tiemblan las piernas y es difícil caminar.

-¿Qué hacen aquí? -logro por fin forzar las palabras.

Itachi me mira y esboza una sonrisa.

-Te desmayaste en la ducha -se burla.

Comienzo a recordarlo, estaba tocándome mientras imaginaba a Itachi sobre mí, imaginaba a Itachi haciéndome suyo. Se me tiñen de rojo las mejillas, gemí su nombre fuerte, eso sí lo recuerdo. ¿Me habrá escuchado? ¿sabrá que estaba masturbándome por él?

-Deberías quedarte en cama -Sasori se levanta y va hacia mi.

-Sólo estaba débil no es para tanto -le quito la mano con desagrado- vete a tu casa.

No me gusta que hayan personas en mi departamento, lo detesto. Me siento mal por la forma en la que le hablo a Sasori, en realidad soy rudo con todos.

Eres rudo con los que significan algo para ti.

-Come algo -me dice tristemente- come algo y me iré a casa.

Aprieto los labios.

-Está bien -termino de bajar las escaleras. Me siento y Sasori va a la cocina, Itachi se sienta a mi lado.

No soy capaz de verlo a los ojos. Me toco los dientes con la lengua y la chasqueo mientras pongo los codos en la mesa.

-¿Qué te pasa? -susurra Itachi.

-Nada -muevo la cabeza y me miro las manos, inquieto. Siento sus ojos sobre mi ¿por qué está tan tranquilo? Me molesta.

-Ten -Sasori me pone un plato enfrente y se sienta.

-¿Te sientes bien? -digo, quiero iniciar conversación con él.

-Si -me sonríe.

-¿Por qué viniste? -noto mi voz de fastidio al hablarle ¿por qué tengo que ser así?

-Itachi fue a buscarme -lo mira escueto, hago lo mismo.

-Después de que te cayeras en el baño -comenzó- te llevé a tu habitación y te cambié -noto una leve mirada de perversión en sus ojos, Sasori está mirándome a mi. En parte me alegra porque quiero que esa mirada sea mía, quiero que Sasori me mire solo a mi- le pedí que viniera a acompañarme, me aburrí aquí solo.

-Pudiste irte -digo con la boca llena, él suspira.

-Estuve a punto de hacerlo, Sasori me convenció de quedarme -gira la cabeza y el pelirrojo le devuelve la mirada.

No lo mires Sasori, mírame a mí.

-Pudieron irse los dos -digo con disgusto, estoy celoso de ambos.

Quiero a Sasori para mí.

Quiero a Itachi para mí.

La culpa me recorre el cuerpo y me atoro con la comida.

-No hables con la boca llena -regaña Itachi pero está sonriendo ¿sonríe al regañarme?

Pasan unos minutos de incomodidad en los que la conversación no fluye, hay cierta tensión en el ambiente y cada bocado de doy a la comida parece aliviarlo lentamente. Itachi y Sasori están tan tranquilos, parece que nada hubiera pasado. ¿Por qué soy tan exagerado? He estado creando un espectáculo desde el principio, no es para tanto Deidara, NO ES PARA TANTO. Deja el drama, pareces ser el único al que le importa tanto lo que pasó o no pasó, olvídalo. Si ellos actúan tan despreocupadamente al respecto también debes hacerlo tú, el inmenso drama comenzó cuando Konan contó cosas que pueden ni siquiera ser verdad. Son tus amigos desde hace mucho tiempo ¿no? ¿por qué tanta tensión y desagrado al estar con ellos? ¿desde cuándo eres tan susceptible?

Lo que se quiereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora