Relajación

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Se ha vuelto una costumbre que mi corazón golpeé con fuerza cuando Itachi me habla, me desquicia el que sea tan dominante. Más bien lo que me desquicia es ser tan sumiso, ser el sumiso de Itachi, tiene la enorme facilidad de someterme con una mirada y castigarme con palabras. Pero ese sometimiento me embriaga, me llena de gozo. El temblor que el Uchiha causa en mis piernas es condenadamente adictivo y siento que cada vez necesito más de él, más de su fría y oscura mirada, más de sus dedos sujetándome con fuerza, más de su superioridad. Quiero creer que soy yo el que desea poseerlo pero en realidad él me maneja a su antojo, me tiene comiendo de la palma de su mano.

Es insoportable.

Pero me encanta.

Es insoportable que me encante.

Trato de que mi rostro no demuestre ninguna emoción al escuchar las palabras de Itachi. Me acomodo el cabello y sonrío a medio lado.

-¿De qué estás hablando? -le doy la espalda.

-No eres bueno mintiendo -lo siento respirar en mi nuca- respóndeme ¿qué cosas hacías mientras pensabas en mi? -se acerca a mi oído.

-Ya te dije que no sé de qué hablas -me muevo con disgusto, no me gusta que me vea así, débil.

No te engañes, te encanta ser débil ante Itachi.

-Te escuché gimiendo mi nombre, Deidara ¿por qué no lo aceptas de una vez? -se coloca una mano en la cintura con arrogancia.

Tengo las manos frías, Itachi realmente está un paso delante de mí, no puedo ganarle. Pero no quiero darle el gusto de que juegue conmigo, quiero hacerle las cosas difíciles.

-Y si fue así ¿qué? -resoplo mirándolo a los ojos.

-¿Lo aceptas? -sonríe, me encojo de hombros- tengo curiosidad, rubia, ¿qué hacías en el baño?

-Es obvio ¿no? me masturbaba, engreído -lo miro desafiante.

-Sería más divertido que lo hiciera yo ¿no te parece? -se acerca y me agarra de la cadera.

Instintivamente pongo las manos en su pecho y trato de alejarme. Los ojos llorosos de Sasori vienen a mi mente y parecen mover mis brazos con fuerza para empujar a Itachi.

-¿Qué clase de amigo eres? -refunfuño- sabes lo que siente Sasori y él es tu amigo y aún así ¿tratas de conquistarme?

-¿Conquistarte? -suelta una carcajada que me irrita, aprieto las manos mientras lo veo cerrar los ojos de la risa- por favor, no te creas tanto, no me interesa conquistarte.

-Entonces déjate de esos momentos lascivos -digo con asco.

-No lo entenderás por ahora - se mete las manos en los bolsillos y camina en dirección a la puerta.

-Le dijiste a Sasori que hiciera algo al respecto ¿no? -se detiene- ¿tú a qué estás jugando?

-Sólo sigo mi propio consejo -es lo último que dice antes de salir del aula.




-Deidara-senpai -Tobi corre hacia mí con mi mochila en brazos- aquí están sus cosas -me sonríe.

-Gracias, me iré a casa temprano, no tengo ganas de estudiar -digo con pereza.

-Tobi también regresará al edificio ¿puede irse con el senpai?

-Claro.

Camino con Tobi hacia el estacionamiento, él va dando esos brinquitos infantiles cada vez que hay un escalón. Al llegar a uno de los pasillos del edificio de Ciencias Políticas, una chica se acerca a nosotros y me mira con las mejillas enrojecidas.

Lo que se quiereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora