~Capítulo 8~

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Ya habíamos terminado de cenar sin, como habitualmente sucedía, la presencia de Kai. Durante la cena, compuesta por la famosa lasaña de Terri y el no tan famoso estofado de Jack, Katy nos contó como había sido su día en el colegio y como había ganado una piruleta en clase de dibujo por su retrato del pez Nemo, la mascota de la clase. Jack también nos contó acerca de su día en el trabajo. Él era un empresario de jornada completa, por eso era el miembro de la familia que menos conocía sin  contar a Kai. Sólo lo veíamos por las noches y los domingos que según él era "el día del respiro semanal". Por otro lado, a Terri la veíamos cada día a todas horas. Al encontrarse en el paro se pasaba los días en casa barriendo, limpiando, cocinando y haciendo todas las tareas inimaginables.

Después de la guerra de agua y espuma que Katy y yo habíamos iniciado en la cocina, tras ofrecernos para limpiar los platos, subí a mi habitación empapada y con una amplia sonrisa en mi cara "Adoraba a esa niña y a su media perfecta familia". Mi sonrisa no duro mucho cuando visualicé a Kai pasar despreocupadamente hacía su habitación. El chico se había escabullido de la magnifica cena que le habían preparado sus padres como de costumbre y, sabiendo que regañarle no serviría de nada, opte por ir a molestarlo un poco para compensar su menosprecio hacía sus familiares.

"¿Te has divertido con tus amigos?" grité en voz alta mientras deshacía mi cama ya que ya me había metido en mi habitación mientras ideaba el plan.

Noté como alguien entraba en mi habitación. A lo largo de las semanas había aprendido a tocarle la fibra sensible. Así que continué con mi juego...

"Son bastante simpáticos, pensaba que habías sacado ese humor de perros que tienes de malas influencias pero ahora mismo no se de donde proviene, sinceramente..." dije siguiendo prestando atención a mi cama, retirando los cojines lentamente así como las sabanas para mostrar tranquilidad ante él. 

De repente, el me giró de golpe y, por "sorpresa", pude ver la cara de enfado que siempre me mostraba y cuando digo siempre es siempre. 

"No te metas en mi vida ni con mis amigos ¿me entiendes?" me dijo gritando mientras apretaba fuertemente mis brazos.

"Fuiste tu quién viniste con ellos para molestarme así que no me digas que no me meta con tus amigos cuando fue por ¡tu culpa!" dije paulatinamente mientras intentaba zafarme de su agarre.

"Por favor, que patética eres, ¿no ves que cuando ven a una puta se acercan como polillas a la luz? Si fuera por mi hubiera pasado de ti como la mierda" soltó del modo más natural posible.

Me congelé. No sabia que decir. Mis manos dejaron de hacer fuerza con el fin de que me soltara. Me había llamado puta y sus amigos quizás también lo habían hecho. Mi juego de joderlo acabo a la inversa y la única que había quedado como una idiota había sido yo. Esquivé su mirada para que no viera lo mal que me sentía.

"¡Vete!" le dije en un susurro. Estaba a punto de llorar y no quería darle esa satisfacción. 

"Oh... ¿Ahora quieres que me vaya? Vaya, vaya... Parece que no estas tan contenta cuando te demuestran lo que realmente eres ¿verdad?" dijo girando mi cara hacia él para que le mirara a los ojos "Duele, ¿verdad? Ya sabes pues" dijo lentamente penetrando en mis ojos como si quisiera hipnotizarme "déjame en paz antes de que te derrumbe más de lo que ya estas".

Finalizado el discurso deprimente, me soltó del brazo y abandonó mi habitación dejándome paralizada en mi sitio con lágrimas que amenazaban por caer. ¿Puta? Yo no lo era. Nunca había hecho nada para merecer esa etiqueta, pero igualmente me supo mal que hubiera escupido esas palabras de su boca. Y en ese momento decidí que para mí él no existía. ¿Respeto? Él no me tenia respeto aunque yo tampoco solía mostrarle mucho. Aun así, esta vez había decidido ir un paso más lejos con la reciente actuación así que desde entonces.... 

¡Kai Parker no era NADIE para mi!

Luces en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora